La adaptación de una obra ¿qué aspectos del original debería conservar?
La adaptación de una obra ¿qué aspectos del original debería conservar?
Las adaptaciones de obras literarias a películas han estado presentes prácticamente desde los inicios del séptimo arte. Incluso mucho antes, la humanidad ya adaptaba las primeras historias orales a obras de teatro y escritos.
Las adaptaciones tienen un enorme peso en nuestra cultura, pues permiten presentar historias en diferentes formatos y revitalizarlas para que puedan llegar a más personas.
Comprenderlas no sólo nos dará un mejor criterio a la hora de opinar cuando nuestro libro favorito sea llevado a la gran pantalla, sino que también puede ayudarnos a mejorar nuestros propios escritos, recordándonos algunos de los elementos claves en la construcción de historias.
Y sí algún día tienes la fortuna de hacer una adaptación, propia o de terceros, espero que el articulo te ayude.
¿Qué es una adaptación?
Cuando hablamos de adaptar una obra nos estamos refiriendo al cambio de un medio por otro. Por ello, es indispensable que conozcamos los tipos de lenguaje a utilizar, tanto de la obra a adaptar como la del formato final.
Después de todo, no es lo mismo expresar un sentimiento descrito en una novela que ver a actores expresando dicho sentimiento en el cine. Así como tampoco podrá ser lo mismo una pelea con barcos en medio del mar que ocurra en las páginas de un comic o en un escenario de teatro.
Estas limitantes en cada uno de los medios, donde unos serán mejores que otros para ciertas labores, son la razón por la cual una adaptación no debería ser nunca una calca de la obra de origen y también es la razón por la cual hay obras inadaptables.
Por ejemplo, el cine aún no ha encontrado un recurso equivalente al monólogo interno, por lo tanto, las novelas que hagan un enorme uso de este recurso también estarán dificultando la labor de adaptarlas. Así, las obras que tengan muchos de estos recursos “únicos” de cada lenguaje, serán las que presenten mayores dificultades a la hora de ser adaptadas.
La importancia de conocer el material de origen
Esto podría parecer otro paréntesis, pero creo que es muy importante mencionarlo pues, aunque parezca obvio no lo es.
Solo piensa en todas las adaptaciones de videojuegos a películas, o recuerda la horrible Dragon Ball Evolution de 2009 o la terrible película de El Último Maestro Aire de 2010 (la adaptación de la serie animada de Avatar).
Todas ellas comparten el hecho de que tanto sus guionistas como sus directores no conocían el material original o, lo que es lo mismo, no lo entendían.
Pero ¿por qué es importante conocer el material de origen? Dejando de lado que estarías trabajando con la obra de otra persona y que merece todo tu respeto, solo conociéndola y estudiándola a fondo podrás saber cuáles son los puntos importantes que debes conservar, los que la hacen especial y los que la llenan de idiosincrasia.
De igual manera, tratar de entender la mente del autor y a su obra, te ayudará a comprender que es lo que quería lograr con ella y así saber hacia qué puerto dirigirte con la adaptación.
¿Qué tanto deberías cambiar?
Considerando lo anterior, dividí los conceptos entre los que se deberían permanecer relativamente iguales y los que pueden cambiar.
Conceptos que son buena idea mantener
Personajes
Muy diferente a lo que Hollywood nos quiere hacer creer, un personaje no se reduce a su aspecto físico, por lo tanto, cambiar su apariencia no lo hará mejor ni peor. Y si bien es buena idea que el aspecto físico se mantenga, sobre todo cuando éste se relaciona con la temática o los símbolos de la historia, si la apariencia no es importante en la obra de origen tampoco debería serlo en la adaptación.
El punto se refiere a los aspectos narrativos del personaje, como lo son su backstory, sus poderes, sus motivaciones, sus metas, sus características reconocibles, su forma de hablar o de ver el mundo, lo que desea alcanzar, lo que en realidad necesita, etcétera.
Incluso, quitarles algunos de sus defectos de personalidad puede terminar afectando su arco de crecimiento.
Recuerda que es muy probable que el autor haya pensado en cada uno de los elementos de sus personajes; por tal motivo, suprimir o cambiar alguno podría afectar la agencia del personaje y, con ello, modificar los símbolos; teniendo como consecuencia que muchas partes de la adaptación pierdan su peso narrativo por no estar amarradas a los personajes.
Temática y argumento
La temática es la idea principal que busca explorar una historia y es la razón por la cual historias con premisas similares terminan siendo tan diferentes. Identificarla nos ayudará a interpretar los símbolos y a comprender el mensaje central para mantenerlo.
Si esta cambia, prácticamente podríamos decir que la adaptación será una historia diferente a la de origen. Independientemente de si la historia resultante es buena o mala, simplemente no sería la misma.
Una buena forma de saber que se va por el camino correcto es observando que el argumento sea el mismo para ambas obras. Esto quiere decir que, al resumirlas, los acontecimientos principales no cambian y que, además, ocurren por las mismas razones; teniendo consecuencias parecidas.
Por ejemplo, supongamos que Pablito golpeó a su mejor amigo porque éste se comió su torta sin pedirla.
Ahora, si cambiáramos las razones, también estaríamos cambiando la temática, aunque conservásemos a los personajes y el evento.
Porque no es lo mismo que su mejor amigo se coma la torta porque es pobre y tiene mucha hambre, a que se la coma porque era de jamón y ese era su sabor de torta favorito, o si se la comió en venganza porque Pablito le había quitado algo con anterioridad.
En todas esas opciones estaríamos manteniendo los mismos personajes y el mismo suceso principal, pero con cada una de las versiones estaríamos explorando temáticas distintas y por lo tanto historias diferentes.
Comprender muy bien la temática de la obra puede ayudar a expandir o contraer la trama sin que esta pierda fidelidad ni cohesión; cosas muy importantes al adaptar obras a formatos de diferentes extensiones.
Conceptos con cierto grado de flexibilidad
Construcción de mundo
Si bien es buena idea respetar el mundo en el que una historia transcurre, puede existir la ocasión en que haya la necesidad de cambiarlo, ya porque la época en la que fue escrita es muy lejana y poco interesante para las audiencias actuales, o ya porque hay una época o sociedad que permitiría explorar mejor la temática, por poner algunos ejemplos.
Lo cierto es que, aunque la parte más superficial del mundo cambie, no deberían hacerlo las partes más profundas, que son las que afectan el cómo transcurre la historia. Algunas de estas partes importantes serían los problemas sociales, las limitantes físicas, el sistema mágico o cualquier otro elemento que afecte a la historia.
Pongamos un ejemplo simple: La Isla del Tesoro de Robert Luis Stevenson y El Planeta del Tesoro de Disney.
Siendo la segunda una adaptación que se toma sus licencias creativas (aunque ha pasado mucho tiempo desde que leí la novela de Stevenson, estoy casi seguro de que al final la isla no explota), podemos afirmar que ambos mundos son iguales.
Estoy seguro que más de uno acaba de levantar la ceja en señal de incredulidad, pero permíteme explicarlo.
Aunque en una historia haya barcos espaciales voladores con ciborgs y armas láser, y en el otro solo barcos y muy poca tecnología, las partes centrales del mundo para que la historia transcurra son las mismas: el lugar donde los viajeros paran a descansar, el lugar perdido que esconde un tesoro, el espacio desconocido y gigantesco que se recorre en barco, el lugar viejo y olvidado en el que se atrincheran, la regla que dice que salir del barco cuando se navega significa la muerte, etcétera.
Podrán cambiar su apariencia, pero las funciones, las reglas y las limitantes del mundo se mantienen.
Conceptos que por lo general van a cambiar
Narrador y tono
En una novela, el narrador es la voz textual que relata la historia. A través de él conocemos a los personajes y los acontecimientos, y nos da pistas de cómo interpretar el texto (lo que vendría siendo el tono), de modo que no puede haber relato sin narrador.
En una película, el narrador vendría a ser el director, en una obra de teatro serían los actores y en el comic, aunque puede haber un narrador que nos introduzca a algunas escenas, la función recae propiamente en los dibujos.
Debido a que el concepto de narrador cambia en cada uno de los distintos medios, cambiando incluso varias de sus funciones, le resulta imposible saltar intacto de la obra de origen a la adaptación, siendo necesario que el nuevo narrador domine las nuevas herramientas del lenguaje final.
Y con el cambio de narrador también viene el cambio de tono, que es inevitable, ya que, aunque se trate de imitar el tono de origen, es difícil que llegue a ser el mismo. Esto se debe a que cada persona tiene una forma diferente para narrar lo mismo.
Solo piensa que dos personas pueden contar el mismo chiste y no necesariamente ambas versiones serán graciosas, aunque digan exactamente las mismas palabras.
Es el director, por poner el ejemplo del cine, quien no solo tendrá que conocer la obra de origen e interpretarla correctamente; también tendrá que tener la suficiente destreza para plasmar el nuevo guion en pantalla.
El nuevo narrador es crucial pues de él depende arreglar las carencias del cambio de lenguaje. Aunque muchos expertos opinan que de él depende que resulte una buena película, más que una buena adaptación. Razón por la que una historia puede sentirse tan diferente a otra, aunque en esencia sea fiel al material de origen.
La trama
La trama simplemente es la secuencia en la que los acontecimientos ocurren. Y casi siempre cambia por temas de extensión.
No es lo mismo explorar una idea en una novela de 500 páginas que en una película de 2 horas. Siempre habrá la necesidad de acortar o de extender la trama.
Por eso, en ocasiones, los guionistas deben agregar personajes con sus respectivos arcos para hacer series o quitar enormes partes de la historia para poder narrarla en el espacio de una película.
Si se hace bien, la obra final no perderá calidad y seguirá siendo una adaptación fiel.
En resumen, una obra nunca podrá pasar exactamente igual de un formato a otro, pero la buena noticia es que el hecho de que no mencione o incluya ciertas tramas no le impedirá ser una buena adaptación.
Si comprende bien la temática y a los personajes, puede hacer cambios importantes con la intensión de explorar de mejor forma los símbolos, como fue el caso de la adaptación de La Niebla de Stephen King, en donde a la película le cambiaron el final y el mismo Stephen aceptó que el final de la adaptación era mucho mejor que el suyo.
En mi opinión, lo que necesita conservar una adaptación es la temática, la forma de explorarla y trasladar intactos a los personajes. Además de hacer un buen uso de las nuevas técnicas del lenguaje para no terminar con una buena adaptación, pero una mala película.
Pero, al final, cada obra y cada adaptación son mundos diferentes, así que siempre habrá excepciones y si las tocáramos todas en este artículo nunca terminaríamos.
Si te gustó el artículo o si agregarías algo más, déjame saberlo en los comentarios.
Estuve esperando a que publicaras otro artículo la espera valió la pena te extrañe JEFS
Muy interesante artículo. Como alguien interesado en adaptar su obra a una serie animada (ya que siento que mi obra jamás funcionaria como Live action), estos son factores a tener en cuenta.
Aunque, eso si, los cambios serán inevitables, ya que no es lo mismo un libro que un formato más audiovisual
Muy interesante lo que dices. Como alguien que desea adaptar su propia obra a una serie animada (ya que siento que mi obra jamás funcionaria como un Live action), supongo que tendré que tomar todo eso en cuenta.
La verdad es que, sí, los cambios son inevitables, ya que no es lo mismo narrar cosas en un libro que en un formato más audiovisual.