5 elementos que todo romance debe tener
5 elementos que todo romance debe tener
Por ahí se dice que toda las historias tienen en su centro tres posibles temáticas: la muerte, la libertad y el amor. Estos tres elementos son cruciales para entender la experiencia humana, y por eso el arte intenta captar cada una de sus facetas.
Y entre esos tres, sería muy fácil argumentar que el romance es el que recibe mayor atención, aunque eso no significa que siempre esté bien representado.
Al contrario, creo que para nadie es un secreto que el mundo narrativo está repleto de romances mal construidos e inconsecuentes, y entender lo que los separa de los grandes es la mejor forma de aprender cómo construir uno inolvidable y especial.
En este artículo, te hablaré un poco sobre los elementos que todo romance debe tener. Si te interesa aprender más al respecto, ¡no pares de leer!
Nota: en este artículo me enfocaré en los romances reales, no en los amoríos, las relaciones obsesivas, las disfuncionales o las desbalanceadas. Todas ellas merecen su propio artículo.
Una relación entre iguales
Una historia romántica ilustra de una forma sublime cómo los caminos de las personas se cruzan y se encauzan por medio del amor. El flujo de la vida cambia para la pareja, que ahora en lugar de seguir una trayectoria por su cuenta, sigue una en eterna compañía.
Entonces, así como no ves un río que fluye con dos colores de agua distintos, un lado más rápido que el otro o un costado más limpio que su contraparte, de la misma forma el romance tiene que estar conformado por dos seres que están al mismo nivel; ni más ni menos.
Esto no significa que deben ser lo mismo (de hecho, eso sería un error), sino que ambos personajes deben considerar al otro alguien igual de valioso que ellos, quizás un poco más.
Ahora, esto en las historias también debe estar justificado narrativamente. Es decir, no puedes “actuar” como que los personajes están al mismo nivel, si en realidad no lo están. Si uno nunca escucha al otro, o uno aporta mucho menos a la relación que su pareja, los símbolos están demostrando que el romance no es puro, sino que está siendo manipulado por el enamoramiento y el ensimismamiento.
Esto es tan cierto que, en las mejores historias románticas, una buena parte de lo que mantiene separados a los personajes son aquellas fallas que les impiden estar a la altura de lo que su pareja exige.
Un ejemplo clarísimo es Orgullo y Prejuicio, donde tanto Darcy como Elizabeth necesitaron crecer como personas para eventualmente convertirse en individuos dignos de merecer el amor del otro.
Hasta que ese balance no exista, la relación romántica no estará completa. Es por esta misma razón que en Jerry Mcguire, cuando Jerry y Dorothy se casan sientes que algo no está bien. En ese momento, Jerry no se merecía a su esposa, y su esposa se consideraba a sí misma inferior a él.
Por esa razón, su amor se marchita en lugar de florecer, y por eso no sientes que los personajes están realmente juntos hasta que Jerry culmina su arco y rectifica.
Un conflicto atado con el arco de los personajes
No te confundas. Cuando hablamos desde el punto de vista narrativo, el romance no es simplemente un concepto abstracto, sino que es un elemento narrativo que debe ayudarte a mover la trama y, más específicamente, los arcos de los personajes enamorados.
Dicho de otra forma, un romance debe servir a la historia de la misma forma que cualquier otro punto de la trama lo hace. No se trata de hacer a la audiencia sentir bonito, sino de crear un conflicto que obliga a los personajes a evolucionar a lo largo de la obra.
Sin esto, tu romance se sentirá hueco y rápidamente será olvidado por tu audiencia.
Un dejo de antagonismo
Algo muy curioso que es, de hecho, exclusivo de las tramas o subtramas románticas, es que la pareja siempre debe cumplir un cierto rol antagonístico.
Esto puede parecer contraintuitivo, pero es crucial para que una trama romántica puede alcanzar profundidad desde el punto de vista narrativo.
Recordemos lo que es un antagonista: alguien que representa un obstáculo para las metas del protagonista, obligándolo a crecer, pero que ultimadamente persigue lo mismo que él o ella.
Pongamos de ejemplo a Arwen y Aragorn de las películas de El Señor de los Anillos. Al inicio, Aragorn se rehúsa a convertirse en rey, sintiendo que el legado de su linaje lo condiciona a fallar tal y como Isildur lo hizo. Su meta es seguir siendo lo que es, aunque en el fondo lo que quiere es estar con la hermosa elfa y salvar la Tierra Media.
Arwen también quiere salvar la Tierra Media y estar con Aragorn, pero se opone al hecho de que Aragorn se quede igual. De hecho, constantemente se propone evitar que suceda, inspirándolo a continuar creciendo y a tomar su respectivo legado.
Arwen es una fuerza poderosa para el arco del personaje, precisamente porque se rehúsa a actuar como una mamá alcahueta, sino que reta a la persona que ama para que alcance su verdadero potencial.
¡Ahí está la clave! Un romance bien construido no estará lleno de besitos y asentimientos con la cabeza, sino que exigirá al otro convertirse en algo más de lo que es, y justamente de ese conflicto es que la narrativa puede beneficiarse.
Una escala moral similar
Uno de los principales problemas del “romance” entre Kylo Ren y Rey en la nueva trilogía de Star Wars, es que la brújula moral de los personajes es tan distinta, que te cuesta creer que existe la menor química entre ellos.
No se trata de que ambos sean buenos o malos, sino que claramente tienen perspectivas éticas diferentes, y por eso sientes que su relación no tiene mucha magia de la que agarrarse.
Compara eso, por ejemplo, con Cersei y Jammie Lannister, dos personajes que tienen una de las relaciones más tormentosas que existen, pero sería muy difícil cuestionar que se aman.
Hay química entre ambos y cierta armonía precisamente porque su perspectiva del mundo, de lo que está bien y lo que está mal, es muy similar. Esto es tan cierto que justo lo que crea una ruptura entre ellos es el cambio moral que experimenta Jammie a lo largo de la historia.
Es gracias a esta regla que los villanos pueden enamorarse también y ser amados. ¡Es lo que le añade complejidad a este elemento narrativo!
Una escala de valor donde ambos colocan al otro en la cúspide
Algo que vemos muy seguido en la mayoría de las comedias románticas es que constantemente colocan a un personaje que se sacrifica a sí mismo por el bien de la “carrera profesional” de su pareja o por las ambiciones terrenales que este posea.
Luego, vemos que la pareja se da cuenta que esas ambiciones son inconsecuentes, especialmente si las compara con estar con aquella persona que ama con todo su ser.
Este elemento es extremadamente común, justamente porque es necesario. Simbólicamente, lo que ese gesto representa es que cada miembro de la pareja acaba de establecer al otro como lo más importante en sus vidas; como aquello por lo que vale la pena sacrificar eso que antes valoraba más.
Estos gestos nos conmueven porque entendemos que lo que los une es muy fuerte, que su individualidad se ha roto y ha dado paso a algo mucho más bonito y especial.
Por ejemplo, si eres amante del género romántico, es probable que LaLaLand te haya gustado porque “rompe clichés”, pero yo te diría que, en realidad, esa no es una historia sobre un romance, sino simplemente la de dos sujetos que algunas vez fueron novios.
Al final, cuando ambos deciden que sus carreras son más importantes que estar juntos, simbólicamente nos están diciendo que su romance es superficial y pasajero, que ambos saben perfectamente que no hay mucho que rescatar ahí.
La sorpresa puede ser interesante, así como verlos preguntándose “what if”, pero en realidad el amor nunca existió, y es por eso que jamás considerarías LaLaLand como un clásico romántico, sino una película con un final particular.
¡Y ya llegamos al final! Espero que hayas aprendido una que otra cosa sobre el romance en las historias. Si fue así, quieres agregar algo o tienes alguna duda, ¡déjame un comentario!
Gracias, buen aporte a quienes tenemos como adicción escribir “Romance” Prosa, verso, además es grato que haya apuntes Acerca de este método para hacer mejores escritos. Me apasiona escribir.
siempre y cuando este regulado
o simplemente dejo que los personajes elijan.