¿Cómo evitar las frases cliché?
¿Cómo evitar las frases cliché?
Si ya has leído este blog con anterioridad, es probable que sepas que no estoy en contra de la presencia de clichés en las historias. En su justa medida, pueden ser herramientas con valor práctico y narrativo, por lo que no hay razón para demonizarlos de inmediato.
Dicho esto, si hay algo con lo que debes tener cuidado es la inclusión de frases cliché en los diálogos más importantes de tu historia.
¿Por qué? Bueno, si te interesa descubrirlo, ¡este artículo es para ti!
¿Deberías hacer el esfuerzo de evadirlas?
De entrada, estoy seguro que te llama la atención el hecho de que esté separando el concepto de “clichés” del de “frases cliché”, y hay una razón muy clara para esto: afectan la historia de distintas maneras.
Mientras que un cliché arquetípico (como la princesa atrapada en una torre, el ladrón con un corazón de oro o el consejero traicionero del rey) impactan la trama y las expectativas de la audiencia, las frases cliché impactan el realismo de los personajes y utilizarlas con frecuencia terminará convirtiéndolos en criaturas sin alma ni fuerza narrativa.
No tiene nada de malo que incluyas uno de los arquetipos antes mencionados si la forma en la que tus personajes enfrentan dicho arquetipo se siente idiosincrásica y única. Sin embargo, por mucho que tu trama sea original y especial, si tus personajes no lo reflejan al expresarse, no te servirá de mucho.
¿Cómo te afectan las frases cliché?
Como dije antes, el principal problema de las frases cliché es que no permiten que los personajes se expresen libremente, sino que se conviertan en la versión más superficial de sí mismos; esa que la narrativa necesita para que el conflicto aparezca.
Por ejemplo, cuando Leia le dice a Han “Te amo”, si este hubiera respondido “Yo también”, no habría nada idiosincrásico en su respuesta. La importancia narrativa de la escena no hubiera cambiado, pero sí disminuido el impacto del personaje. Sin embargo, el hecho de que responda “Lo sé” dice mucho sobre él, la clase de persona que es y la forma en la que maneja sus sentimientos.
Es un momento que se siente muy “Han Solo”, como que solo él hubiera respondido así y por eso se vuelve memorable. Son estos momentos los que permiten que la audiencia conozca a los personajes y, por ende, se encariñe con ellos.
Por supuesto, no estoy diciendo que tu historia se arruinará si colocas una frase cliché de vez en cuando. Después de todo, si resulta que tu personaje utilizaría esa frase, no te queda de otra que ponerla.
El punto es que no se vuelva costumbre, que siempre escribas tus diálogos con cuidado y te asegures de que evitas la mayor cantidad de clichés posible.
¿Cómo evadirlas?
Ya sabemos la importancia de evitar las frases cliché, así que ahora solamente nos hace falta entender cómo se hace.
¡Aquí te van algunos tips que te ayudarán!
Ponte en los zapatos del personaje
Si tus personajes están bien construidos, entonces cada uno tendrá una forma de ver el mundo, una filosofía de vida y una manera de interpretar lo que sucede a su alrededor. Esto afectará notoriamente el funcionamiento de su mente y, por ende, las palabras que eligen para expresarse.
Si esto es así, entonces ponerte en sus zapatos es la mejor forma de descubrir cuál es la mejor frase para el momento, cuál es la que mejor representa el sentir del personaje.
Recuerda, tu elenco es el que debe dar vida a la historia, y por eso necesitas ser el primero en creer que están vivos.
Si suena artificial, quítala
Cuando trabajé en la novela de El Halcón y el Dragón, descubrí un fenómeno bastante curioso que me ha ayudado a darle más profundidad a los diálogos de mis personajes.
En pocas palabras, me di cuenta de que si en las escenas de pelea podías incluir un “¡Jajá!” en los diálogos y la línea tenía sentido, entonces lo más probable es que los personajes estuvieran actuando como caricaturas en lugar de personas de carne y hueso.
Déjame darte un ejemplo.
—No puedes detenerme —dice Villano.
—Ya lo he hecho —dice Protagonista.
A ambas líneas le podemos agregar la frase que mencioné antes, y nada cambiaría.
—¡Jajá, no puedes detenerme!
—¡Jajá, ya lo he hecho!
Claro está, no funciona en el 100% de los casos, pero en la mayoría sí lo hace, y eso lo único que demuestra en que la línea está simplificada, no representa la seriedad del momento ni lo que está en juego para los personajes. No hay peso ni drama en la línea en sí, sino en el tono que el lector le dará.
Podrías intercambiar al héroe con el villano y tampoco habría mucha diferencia. Es una pieza de la historia que aporta muy poco o nada a la construcción de los personajes.
Ahora veamos un ejemplo con más idiosincrasia.
—¿Por qué buscas detenerme? Quiero entenderte, Protagonista, de verdad quiero hacerlo. Desde que te levantaste contra mí, no has hecho más que perder y arrastrarte por el lodo. Vamos, las atrocidades que has hecho para estar frente a mí hoy y perder nuevamente… Debe ser frustrante enfrentarse a lo inevitable.
—¿Nunca has escuchado que es malo regodearse cuando todavía no has ganado? Eso que llamas “inevitable” ya sucedió, solo que todavía no te has enterado.
La diferencia entre un diálogo y el otro es abismal, aunque el mensaje central de ambas líneas es el mismo. Los personajes, a pesar de que realmente no sabes nada sobre ellos, fueron capaces de transmitirte pequeñas piezas de su personalidad y la clase de personas que son.
¡Esa es la diferencia entre crear un diálogo artificial y uno que está vivo!
Relee en voz alta los diálogos
Otra forma genial de darte cuenta si tus diálogos suenan reales es que los digas en voz alta, intentando emular la emoción que viven los personajes al momento de hablar.
Si todavía quieres estar más seguro, también es buena idea que te grabes a ti mismo y trates de entender qué es lo que transmite la escena. Está claro que lo más probable es que tus habilidades de actuación no sean las mejores, pero aún así tendrás información suficiente para pulir el diálogo.
También trata de hacer una especie de role play y copiar la personalidad de tu personaje. Si se siente que las frases salen de forma natural, ¡probablemente vas por buen camino!
¡Y ya llegamos al final del artículo! Espero que tenga más herramientas para darle vida a tus diálogos y evitar las frases cliché.
Si te gustaría leer otros contenidos como este, ¡no olvides suscribirte al newsletter del blog!