¿Qué hacer cuando tienes una historia compleja estancada?
¿Cómo evitar que una historia compleja te detenga?
Este artículo fue escrito por Booker Crow. Un amante de las buenas historias y un escritor que ha quedado finalista en varios concursos y que busca seguir soñando. Puedes encontrar sus escritos en Wattpad y en Ifreddoms. Para recomendaciones de películas y algo de humor, puedes seguirlo en su página de Facebook El Sendero Del Cine. También puedes seguirlo en Facebook y en Twitter.
Como escritores nos enfrentamos a un montón de problemas cada que debemos avanzar en una historia. Podrías creer que esos problemas son mucho más grandes cuando estamos comenzando y, si bien no estarías equivocado, la verdad es que hay un montón de contratiempos por sortear durante todo el trayecto, y de esas adversidades hay algunas que destacan y que por sobre todo han rondado mucho por el canal de Discord: sentir que tu historia se estanca o que no es tan profunda como quisieras.
Muchas de las personas que sueñan con ser escritores lo hacen porque anhelan la fama o la fortuna y, aunque claro que es posible llegar a ello, no es algo tan fácil como la mayoría creemos; pues aparte de crear y cultivar nuestro talento, también debemos tener algo de suerte. Incluso dedicándonos tiempo completo, puede que nos tome una buena cantidad de años llegar a ser autores reconocidos, y ya ni hablar de best sellers.
Aun sabiendo todo aquello, hay quienes deciden aventurarse en las bravas, pero hermosas aguas de la escritura. Para estos, su motor, lo que los motiva y obliga a escribir, es algo diferente a la mera fama: me refiero a una idea, o a un sentimiento que desean explorar; al cual muchas veces ni siquiera saben identificar por un nombre, porque es algo tan profundo en su interior que no puede ser expresado en palabras.
Esto les quita el sueño y les roba la atención durante el día. Así se ven (nos vemos) en la necesidad de recurrir al arte para darle un poco de forma a esos sentimientos.
Para los que comenzamos a escribir de esta forma, es muy seguro que al pasar el tiempo releamos nuestros escritos y nos demos cuenta de que no son para nada lo que creíamos que serían y que incluso después de muchas revisiones sigan tan apartados de un buen puerto como en su primera versión.
Esto puede llegar a causar una enorme frustración y llevarte a abandonar la escritura. Déjame decirte que si lo haces te estarías haciendo un flaco favor, porque incluso si logras mantener tus inquietudes en silencio, es muy seguro que con el tiempo vuelvan, y regresarás a intentar explorarlas, pero tus habilidades seguirán tan poco pulidas como antes lo que hará que el círculo vicioso nunca acabe.
Para que esto no te pase, déjame darte algunos consejos. No todos los casos son iguales, así que aplica aquellos que tengan sentido para ti.
Unos consejos básicos antes de arrancar
Antes de comenzar déjame brindarte dos recomendaciones de pilón:
- Aunque escribir requiere disciplina y mucha práctica, tanto para crear talento como para explotar el que ya tienes, precisamente por eso no deberías desanimarte si con tus primeros intentos no logras escribir algo medianamente decente. Muchos comenzamos aprendiendo a escribir un renglón de forma correcta. Lo importante es que comiences a trabajar en lo que te falla y vayas avanzando a tu ritmo. Somos escritores, no velocistas. Hay grandes genios a los que les tomó toda su vida explorar el tema que les interesaba. Goethe con Fausto es un buen ejemplo.
- Si eres de los que ya escribió una obra que no te termina de convencer porque sientes que no avanza o que tu idea se queda en lo superficial, déjame felicitarte. Significa que eres una persona compleja y que la idea que te atormenta no cualquiera podría explorarla, por eso es tan importante que no te rindas y que nos permitas ver el mundo a través de tus ojos.
Ahora sí, comencemos con los consejos de verdad.
¿Cómo crear una historia con una temática compleja y no trabarse en el proceso?
Los consejos que te compartiré son muy fáciles de entender, pero no tan sencillo de aplicar, por eso haré todo lo posible para explicarlos a detalle. ¡Aquí vamos!
Estructura tu obra
Ya sea que lleves 15 episodios o que apenas te estés planteando escribir el primero, una buena práctica sería estructurar tu historia. Y no me refiero a tener una escaleta de personajes y varias notas escritas en una libreta. Esos serían los primeros pasos.
A grosso modo, una correcta estructuración tendría que abarcar una generalización completa de tu obra, lo que vendría a ser lo mismo que escribir todos los capítulos de tu libro de forma muy vaga.
Esto te ayudará a ver el panorama completo de tu obra y, por consiguiente, a entender cómo se hilan los capítulos y cómo interactuarán tus personajes, tu trama y tu idea con la temática general y los eventos transcurridos.
Al estructurar tu historia podrás manejar el ritmo de manera más eficiente, agregar o quitar personajes, escenas, arcos e incluso te ayudará a no quedarte trabado al final de cada capítulo por no saber cómo continuar.
Lo mejor de todo es que, al ser tan general, se puede modificar con facilidad mientras escribes tus verdaderos episodios.
No entro en detalles de cómo realizarla porque ya hay varias entradas del blog explicándolo e incluso tenemos una dinámica en la que entre todos estamos estructurando una historia, por si te interesa aprender a aplicar esta herramienta correctamente.
Una buena estructuración te ayudará a encontrar qué aspecto de tu idea no exploraste y los arcos o personajes que sobren o falten. Cabe destacar que, una vez que entiendas completo tu obra, modificar el ritmo narrativo y el estilo será pan comido.
Otro beneficio es que podrás ver con claridad cómo la trama afecta a tu protagonista y, por consiguiente, qué tan a fondo has explorado tus ideas, pues son el protagonista y tus personajes secundarios quienes encarnan esa idea.
La regla de oro para estos casos es que tus personajes deben ser personas diferentes al inicio y al final de la historia. Digamos que o maduran o se corrompen, pero un cambio debe de haber en ellos.
Y aquí ya no puedes negarme que es más fácil revisar una estructura de 10 páginas que volver a reescribir un libro de más de 100.
Practica con temas sencillos
La estructura te ayudará a armar tu historia de principio a fin, sabiendo qué cosas van a pasar en cada momento, pero una cosa es saber qué va a pasar y otra muy diferente es hacer que pase.
Ya que estamos hablando de ideas complejas, puede que tengas o que necesites explorar más de una en tu obra, entonces es necesario que practiques la forma de hacerlo.
Hay una infinidad de maneras de explorar un tema porque todo depende ti y de tu visón. Como escritor eres tú quien decide el tono, el narrador, los personajes, las situaciones y todo lo hay alrededor de tu historia, pero a veces con las ideas complejas, la mejor manera para explorarlas es la más sencilla.
Con esto no digo que debas poner en tu libro lo primero que te venga a la mente, pero no es precisamente eso a lo que me refiero. Por poner un ejemplo, si vas a saltar en moto por primera vez, no vas a saltar una rampa de 50 metros y menos a poner en medio del trayecto aros de fuego ni vendarte los ojos. No, lo primero sería practicar saltando una rampa pequeña, y después irás agregando los demás elementos. A eso me refiero cuando digo que podrías comenzar a explorar tu idea de la manera más sencilla.
Para hacerlo basta con que escribas un cuento o una escena donde trates de explorar únicamente una parte de esa idea. Esto te ayudará a no meter tus opiniones personales en la obra y a adquirir nuevas perspectivas o formas de abordar la idea.
Por ejemplo, imagina que quieres explorar la idea de la familia. Pues, escribes una escena donde un padre juega con su hijo en el parque, luego escribes la misma escena, pero ahora es la hija con quien juega el padre. Luego ya no es el padre, sino la madre quién está jugando en el parque, o ya es en un barco o una fábrica. Todos esos cambios, por pequeños que sean, irán afectando las interacciones y por consiguiente a los eventos y la forma en la que se desarrollan.
Después escribes un cuento de un niño huérfano que se une a un perro callejero para sobrevivir, luego lo cambias por un gato. Ambas opciones crearían tramas diferentes e incluso si decidieras que los eventos deberían ser los mismos, la forma de solucionarse cambiaria, simplemente porque el tamaño y el carácter entre los dos animales varía.
Ahora imagina que escribes un diálogo entre una mujer de 40 años y su madre de 80. ¿Sobre qué hablarían? ¿Qué reclamos o agradecimientos serían dichos? ¿Y si ahora el diálogo fuera entre dos hermanos o dos primos? ¿Qué pasaría si cambiamos las edades a 12 y 17 respectivamente? La conversación seguramente giraría en torno a temas completamente diferentes.
Parece mucho trabajo, lo sé, pero no tienes que crear una historia de 10 páginas para cada opción. Bastará con que elijas las que te ayuden a explorar tu idea. Y si simplemente debes explorar un diálogo o una escena, pues, simplemente escribes un diálogo y la escena, no más.
Si te das cuenta, todos los ejemplos anteriores giran alrededor de la familia sanguínea y exploran la idea de que esos lazos incluso pueden ser creados con otras especies. Lo importante en este punto es que comiences a aterrizar tus ideas de manera más clara y concisa.
Imagina que tu libro tiene que llegar a un punto y que al llegar a él descubres que nada de lo que hay detrás tiene que ver con la escena. Pues al estructurar tu historia y al escribir una escena parecida desde antes, ya sabrás de ante mano qué elementos necesitas para hacerla funcionar y el camino que debes tomar para llegar a esa escena de la mejor manera.
¿Vas viendo cómo los dos puntos se complementan?
Lo más importante aquí es que aprendas a identificar cuáles cosas importan y cuáles no. Y si crees que es mucho trabajo o que no sirve explorar tus ideas con cuentos o relatos cortos, déjame decirte que Borges se convirtió en uno de los grandes referentes de la literatura escribiendo cuentos y poesía.
Ve a los relatos cortos, no solo como una forma de practicar tu escritura, sino también como una forma de explorar una pequeña parte de ti, la cual luego te ayudará a enfrentarte a tus ideas más profundas.
Necesitas varios personajes con diferentes puntos de vista
Para explorar un tema complejo necesitas al menos dos personajes que representen ideas completamente opuestas sobre la misma cuestión. ¿Por qué? Bueno, porque al enfrentarse dos puntos de vista contrarios, estos están obligados a probar su validez, y en el proceso exponer sus fortalezas y debilidades. Y claro que no tienen que ser únicamente dos, puedes ocupar el número de personajes que creas conveniente.
Aquí es importante que, y aunque todo tu ser te lo pida, evites a toda costa meter tu propia opinión en la historia. Es muy tentador hacer que sea nuestro punto de vista el correcto, pero es una mala práctica al escribir, y es una aún peor al momento de explorar una temática compleja.
No vale hacer que el personaje con el que estés de acuerdo gane siempre, ni que sea él quien tiene los mejores argumentos. Lo más seguro es que no haya una verdad absoluta y que, si la hubiera, TÚ no sepas cuál es de todas formas.
Debe ser tu lector quien decida la postura que desea tomar, y en la historia deben ser las consecuencias de las decisiones las que determinen quién está más cerca de la verdad, en caso de que esa verdad exista.
Sé que puede doler descubrir que estamos equivocados, pero esa es la razón por la que decidimos escribir algo complejo en primer lugar, para comprender esa idea. Tampoco digo que comiences a escribir pensando en que tu postura es errónea. Lo realmente bueno sería que no tomaras ninguna postura y que vayas comprendiendo todo el enramado a la par de tus personajes.
Si ya practicaste escribiendo cuentos o escenas o diálogos parecidos, como sugerí en el punto anterior, es muy probable que esté consejo se te facilite. Pero si no lo has hecho, una buena práctica para que tu historia tenga una agencia propia es darle mayor fortaleza a las posturas contrarias a tus creencias. Probablemente, no lo lograrás las primeras veces, pero con el tiempo irás escribiendo sin meter tu cuchara en la trama.
Lee autores que te sirvan
Aunque este no es un punto estructural, muchas veces nos sentimos estancados porque nuestros párrafos no son lo suficientemente bonitos para nuestros estándares, o porque nuestras elecciones en narrador o estilo terminaron dificultando la escritura más de lo sospechado y hay que reescribir todo lo ya avanzado, porque cada narrador y estilo son mejores para explorar ciertos tipos de tramas.
Aquí el consejo no es simplemente leer mucho, sino leer autores o libros parecidos a lo que quieres lograr. No solo verás cómo ellos resolvieron problemas a los que seguramente tú también te enfrentarás, sino que puedes aprender de su estilo de escritura.
¿Quieres ser directo y práctico con tus metáforas? Lee autores americanos. ¿Quieres un lenguaje bello y a la vez sencillo o quieres explorar tus ideas por medio de la naturaleza? Lee a los rusos. ¿Buscas algo más filosófico? Puedes aprender cómo los alemanes estructuran sus historias.
Busca algún autor que te guste o una historia que explore algún tema parecido al tuyo. No debes preocuparte por pensar que así no desarrollarás un estilo propio, créeme que lo harás. Quizá alguien pueda notar tus influencias, pero lo más seguro es que con el tiempo desarrolles un estilo propio simplemente por el hecho de escribir y pensar como solo tú puedes hacerlo.
Tómate un descanso
No temas darte un descanso cuando lo necesites. Recuerda que un tema complejo es eso, complejo. Muchas veces nos falta aprender alguna cosilla esencial para descifrar esas encrucijadas que se nos presentan.
Ve a tomarte un café con un amigo y habla sobre el tema. Ve alguna película. Lee algunos ensayos. Sal a caminar o a escuchar música. Te sorprendería las veces que tu cerebro puede encontrar una respuesta mientras tienes una conversación trivial o mientras vives tu vida cotidiana.
La escritura, así como los temas o tramas o ideas complejas que queramos explorar, llámales como quieras, suelen ser explicaciones que buscamos sobre los aspectos más profundos de la vida. Y para conocer la vida hay que vivirla. Quizá te falten algunos años de existencia para comprender todo lo necesario para terminar esa obra. Aquí lo importante es que no dejes de escribir en el trayecto. La práctica es importante.
Aun así, de todos los consejos, este es el más flexible. Si decides no tomarlo y que ese libro complejo sea el primero o el único que escribas y no puede esperar ni un segundo más para ser terminado, pues, hazlo. Enfréntate a él con inquebrantable ánimo.
Ahora ya estás listo para tomar tu pluma y tu hoja en blanco. Vamos, sal, enfréntate a esa idea que tanto te atormenta. ¡Y conquístala!
Si todavía te queda alguna duda o quisieras agregar algo, ¡hazlo en los comentarios!
“…déjame decirte que Borges se convirtió en uno de los grandes referentes de la literatura escribiendo cuentos y poesía…”
Eso es lo que dice el texto. No menciona novela
¡Hola, Marino! Perdona, de hecho, gracias a ese comentario ajustamos el texto. De todas formas, muchas gracias por el voto de confianza, pero también nos equivocamos. ¡También gracias por darte la vuelta por el artículo!
Hola. Muy bueno el blog pero debo corregirte la siguiente expresión: “déjame decirte que Borgues creaba a sus personajes para sus cuentos y, si le gustaban, los usaba en sus novelas”.
Si con “Borgues” estás aludiendo al argentino Jorge Luis Borges, te comento que él jamás escribió novelas, sólo cuentos, poesías y ensayos.
Saludos.
Gracias por la corrección.
Es una frase que le escuché una vez a alguien y creí que se refería a la novela que supuestamente pudo haber publicado bajo un seudónimo. Pero ahora que lo dices, igual y no tiene mucho sentido. Investigaré con más rigor en el futuro. Muchas gracias.