Queísmo y dequeísmo: ¿cómo librarte de estos vicios del lenguaje?

Queísmo y dequeísmo: ¿cómo librarte de estos vicios del lenguaje?

Evitando el queísmo y dequeísmo: dominando el uso correcto de “que” y “de que”

¿Alguna vez has sentido que las palabras “que” y “de que” parecen un laberinto lingüístico en el que te pierdes fácilmente? No te preocupes, no estás solo. Los vicios del queísmo y el dequeísmo son como trampas ocultas que acechan en tus oraciones.

Pero, ¡tranquilo! Estoy aquí para desenmarañar este enredo y mostrarte cómo evitar estas trampas gramaticales. Si te interesa, ¡no pares de leer!

¿Qué es el queísmo?

El queísmo sucede cuando se utiliza el “que” de manera excesiva o incorrecta, creando un desequilibrio en la estructura de la frase.

A menudo, este vicio se manifiesta en la creencia errónea de que añadir “que” automáticamente enriquece la oración. Sin embargo, lo que realmente hace es causar un choque en el ritmo y la comprensión de tus lectores. Permíteme mostrarte un ejemplo que ilustra perfectamente esta trampa y su corrección.

Uso incorrecto: “Me di cuenta que tenía olvidado que debía asistir a la reunión.”

Uso corregido: “Me di cuenta de que había olvidado que debía asistir a la reunión.”

En el uso incorrecto, la presencia innecesaria del segundo “que” crea un tropiezo en la oración. La corrección elimina este obstáculo, permitiendo que las palabras fluyan suavemente y manteniendo la coherencia en la estructura.

¿Qué es el dequeísmo?

El dequeísmo se produce cuando se utiliza el “de que” de manera incorrecta o excesiva, interrumpiendo la fluidez natural de tus oraciones. A primera vista, puede parecer que añadir “de que” añade claridad y profundidad, pero en realidad, introduce una disonancia en tu prosa. Veamos un ejemplo con este vicio y su corrección.

Uso incorrecto: “Estoy seguro de que podré terminar el proyecto de que encomendaron.”

Uso corregido: “Estoy seguro de que podré terminar el proyecto que me encomendaron.”

En la versión incorrecta, la repetición innecesaria de “de que” es como un eco molesto en una conversación. Al corregirlo, la frase fluye suavemente y la idea se comunica de manera más efectiva.

¿Cuál es el problema que surge al caer en estos vicios del lenguaje?

Caer en las redes del queísmo y el dequeísmo es como tropezar en un sendero aparentemente sencillo. Estos vicios gramaticales pueden parecer pequeños, pero sus efectos pueden ser devastadores para la claridad y la efectividad de tu escritura. Veamos más de cerca cuáles son los problemas que estos vicios pueden causar.

1. Distracción del mensaje

El queísmo y el dequeísmo pueden convertirse en obstáculos que desvían la atención de tus lectores. En lugar de concentrarse en tu mensaje principal, pueden quedar atrapados en la repetición innecesaria de “que” y “de que”, lo que dificulta la comprensión de tus ideas.

2. Pérdida de fluidez

Una de las maravillas de la buena escritura es su fluidez. Las palabras deben fluir como un río, llevando a los lectores de manera natural de una idea a otra. Sin embargo, el queísmo y el dequeísmo interrumpen esta corriente fluida, creando obstáculos en el camino y ralentizando el ritmo narrativo.

3. Falta de elegancia

La elegancia es un componente esencial de la escritura impactante. Al caer en el queísmo y el dequeísmo, tus oraciones pueden perder su gracia y su estilo. En lugar de una prosa elegante y pulida, puedes terminar con frases que parecen forzadas y desarticuladas.

4. Confusión para los lectores

Los lectores merecen una experiencia de lectura sin complicaciones. Al emplear incorrectamente “que” y “de que”, puedes confundirlos y hacer que retrocedan para intentar entender el sentido de tus oraciones. Esto puede agotar su paciencia y disminuir su interés en tu contenido.

5. Dificultad en la comunicación

El objetivo último de la escritura es comunicar ideas de manera efectiva. Caer en el queísmo y el dequeísmo socava este propósito al crear barreras en la transmisión de tus pensamientos. Si los lectores luchan por comprender tus oraciones, tu mensaje puede perder su impacto.

¿Cuál es la forma correcta de utilizar el “que” y el “de que” para no caer en el queísmo y el dequeísmo?

Ahora que hemos destapado la caja de Pandora de los vicios gramaticales del queísmo y el dequeísmo, es hora de armar el rompecabezas del uso correcto de “que” y “de que”. Aprender a utilizar estas palabras con maestría es esencial para escribir con claridad y fluidez. Aquí te presento algunas pautas que te ayudarán a evitar estos obstáculos en el camino de tu comunicación escrita.

1. Presta atención al sentido

La clave para evitar caer en el queísmo y el dequeísmo radica en comprender la relación entre las ideas en tus oraciones. Si el “que” está indicando la causa o el propósito de una acción, es probable que necesites el “de que”. Sin embargo, si el “que” está introduciendo una nueva idea o una declaración, es probable que no necesites el “de que”.

2. Simplifica cuando sea posible

En muchas ocasiones, menos es más en la escritura. Si puedes expresar tu idea de manera más directa y sencilla, hazlo. No te sientas obligado a añadir “que” o “de que” si no son esenciales para la comprensión de la oración.

3. Lee en voz alta

La lectura en voz alta es una herramienta valiosa para detectar vicios gramaticales. Si una oración suena torpe o forzada debido al uso excesivo de “que” o “de que”, es una señal de que algo podría estar mal.

4. Practica y revisa

La práctica constante es la clave para perfeccionar tus habilidades lingüísticas. A medida que escribas y revises tus textos, presta especial atención a cómo utilizas “que” y “de que”. Con el tiempo, te volverás más consciente de su uso correcto.

5. Consulta fuentes confiables

Si tienes dudas sobre si usar “que” o “de que” en una oración específica, no dudes en consultar guías gramaticales confiables. Estas fuentes pueden proporcionarte ejemplos claros y explicaciones que te ayudarán a tomar decisiones informadas.

¡Listo para seguir mejorando tus habilidades de escritura? Explora estos consejos sobre el proceso creativo y desbloquea tu potencial como escritor.

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