La política en las historias: ¿cómo manejarla?
La política en las historias: ¿cómo manejarla?
Si eres un fanático de historias como el Conde de Montecristo y Game of Thrones, seguro que la política como elemento narrativo es algo que disfrutas.
Las intrigas de la corte, el constante choque de intereses, el cuestionamiento de la validez y justicia del sistema social y político… todos son panoramas que abren puertas narrativas interesantes, y es normal que, si eres un escritor aspirante, te entusiasme replicar estos conflictos en tu historia.
La pregunta clave es “¿cómo hacerlo de una manera efectiva y memorable?”. ¡Lee este artículo y descúbrelo!
¿Por qué incluirías política en tu historia?
Si bien es cierto que los fanáticos de este elemento entienden a la perfección por qué incluirlo, es muy probable que los que no somos muy adeptos a la política nos sintamos inclinados a pensar lo contrario, es decir “¿Por qué rayos metería política en mi historia? ¡No recuerdas lo aburrida que fue en las precuelas de Star Wars!”.
Bueno, sí, en esas historias estuvo mal incluido, pero porque eran películas cuyo principal atractivo eran los elementos fantásticos del mundo y la acción; la política no es ideal para esa clase de historias.
¿Cuándo es bastante oportuna? Cuando estás trabajando en un mundo complejo, con muchos intereses distintos y donde es importante manejar la ambigüedad moral; es decir, no es que el villano sea malvado, sino que tiene que velar por la facción que lidera y sus intereses.
La política no debe ser un vehículo para crear personajes tramposos y mezquinos, sino líderes que necesitan utilizar su inteligencia y la diplomacia para resolver conflictos complicados y lograr que su ciudad, nación o facción tenga una posición favorable en el mundo.
Elementos que necesitas para manejarla bien
Ahora que definimos por qué te conviene incluir la política en tu historia, hablemos sobre cómo hacerlo. ¡No pares de leer!
No favorezcas una filosofía política particular
Pongo este punto de primero porque la peor forma en la que podrías incluir política en tu historia es elevando una ideología particular y atacando las otras.
Para empezar, eso hará que tu historia sea propaganda en lugar de arte, pero también será deshonesta, porque todas las políticas tienen aspectos positivos y negativos. Obviamente, la tiranía es peor que la democracia (creo que todos podemos estar de acuerdo con eso), pero hay ventajas en la tiranía y desventajas en la democracia, y necesitas trabajar las dos cosas.
Olvídate que eres de izquierda, derecha, centro, arriba, abajo… Maneja tu obra con honestidad y verás como tu escritura se vuelve amplia y profunda, como un océano de sabiduría.
Crea personajes con motivaciones e intereses complejos
En las historias que se enfocan fuertemente en la política, no pueden existir villanos puros. Pueden existir personas con moral dudosa y corrupta, pero, al final del día, no lo hacen por ser malvados, sino porque persiguen intereses propios y necesitan defenderse en un mundo hostil.
Algo que hacía a la perfección Game of Thrones (antes de que la arruinaran) era que balanceaba a la perfección los intereses y motivaciones políticas de cada facción. Unos buscaban el trono, otros querían acomodarse junto a la familia en poder, otros traicionaban a sus aliados si eso significaba su salvación, etcétera.
Un héroe hoy, podía ser un villano mañana, porque al final del día son personas tratando de sobrevivir en un universo complicado donde no pueden resolver todo a golpes.
Explora el lado negativo y positivo de la política
Sé que a todos nos decepcionan nuestros políticos y es casi imposible no ser cínico ante los resultados que la política tiene en nuestras vidas, pero es indiscutible que no todo es malo.
La política, cuando da buenos resultados, permite que las personas se entiendan, que las cosas se hagan y que la sociedad avance. Constantemente hay que pelear contra la terrible corrupción, la soberbia y la avaricia, pero eso no es TODO lo que significa tener líderes diplomáticos.
No escribas como un adolescente activista superficial, que no sabe hacer otra cosa que criticar un sistema que no entiende y ni siquiera sabe por qué funciona como funciona.
No creas que tú tienes las respuestas, sino que aprovecha tu historia para explorar las preguntas y deja que tu lector saque conclusiones por su cuenta.
Construye tu mundo con cuidado
De nada sirve incluir política si tu mundo no está bien construido. Si tus lectores no entienden el contexto de la conversación diplomática, entonces no tienen las herramientas para involucrarse intelectualmente en ella (algo que siempre deberías promover en esta clase de historias).
La economía, los recursos naturales, el poder militar, etcétera, todos son factores que afectan la relación entre un reino y otro, y entre un líder político y su contrincante.
A su vez, no es lo mismo una monarquía que una república, ni tampoco un imperio que una tribu. Las conversaciones políticas deben reflejar esas diferencias porque afectan directamente los intereses y motivaciones de cada facción.
Si tú no lo construyes, tu lector no entenderá la idiosincrasia de la política y, por ende, le aburrirá.
¿Listo para trabajar la política en tu historia?
La política es un elemento bastante especial y complejo, y las historias que le sacan provecho pueden volverse legendarias.
Ojalá te hayan ayudado estos consejos y ya tengas una mejor idea de cómo incluir este elemento en la obra que estás trabajando.
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