Redundancia narrativa: ¿qué es y cómo evitarla?

Redundancia narrativa: ¿qué es y cómo evitarla?

Redundancia narrativa: ¿qué es y cómo evitarla?

Si has participado en una clase o curso de escritura, seguramente te han hablado sobre la redundancia lírica, que está más relacionada con la forma en que escribes los párrafos de tu historia.

Ya sabes, algo como colocar “Juan avanzaba hacia delante”, “observó con sus ojos” o “sintió con el tacto”, etcétera. Son expresiones que agregan información innecesaria y redundante que el lector, por mera lógica, ya conoce.

Sin embargo, aunque este tipo de redundancia es importante y se debe evitar, existe otra más perniciosa y que pueda afectar de forma más dramática tus historias: la redundancia narrativa.

Si quieres aprender todo sobre este concepto, ¡lee este artículo hasta el final!

¿Qué es la redundancia narrativa?

La redundancia narrativa se refiere a la inclusión de elementos repetitivos en el desarrollo de personajes, creando un sentido de déja vu en la historia.

Dicho de otra forma, la redundancia narrativa ocurre cuando un personaje vive un arco que se ha explorado de manera extremadamente similar en la historia, cuando un mismo personaje repite simbólicamente el mismo arco o cuando una escena tiene como único propósito establecer un elemento de un personaje o del mundo que ya se había trabajado a fondo con anterioridad.

En el caso de la redundancia en arcos de personaje, este error suele aparecer en las secuelas que no están bien estructuradas, como la nueva trilogía de Star Wars donde Rey vive el mismo arco que Luke, o en Shrek Por siempre donde nuevamente vemos a Shrek teniendo que dejar a un lado su mentalidad de soltero para ser un hombre de familia ejemplar.

¿Por qué debes evitarla?

El problema de la redundancia narrativa es que no ofrece avenidas frescas e interesantes para progresar la historia y los símbolos incluidos en ella.

De cierta forma, un arco redundante lo único que hace es exponer a la narrativa a una dinámica comparativa poco sana, donde el lector está constantemente impulsado a establecer similitudes y diferencias entre los tomos de una saga.

Es algo así como en Los Increíbles 2, donde tenemos dos arcos redundantes en nuestros personajes principales: Elastigirl y Mr Increíble.

En la primera película, Mr Increíble vivió un arco que le ayudó a entender que su vida de superhéroe, aunque emocionante y atractiva, no tiene el mismo significado o importancia que la vida que podía tener junto a su familia; una vida que estaba desaprovechando e infravalorando.

En la secuela, tenemos a Mr Increíble nuevamente frustrado por la vida en el hogar, y a Elastigirl viviendo un arco extremadamente similar al de su esposo, teniendo incluso muchos puntos en la trama siendo literalmente los mismos (como el hecho de que el empleador termine siendo el verdadero villano y los niños deban salvar el día cuando todo parece perdido).

Quizás estarás pensando, “JEFS, ¿cuál es el problema? Podemos ver más de Los Increíbles haciendo algo que ya nos gustó, ¿qué tiene de malo que se explore otra vez si ya nos consta que a la audiencia lo disfruta?”.

Bueno, el principal problema es que este tipo de redundancia levanta dos preguntas:

  • Si es lo mismo, ¿cuál es el punto de la secuela?
  • Si los personajes necesitan aprender la misma lección otra vez, ¿cuál es el punto de la primera obra?

Es decir, la redundancia narrativa no solo impacta negativamente la secuela, sino que demerita los símbolos y el poder narrativo del arco de la historia original. ¡Prácticamente estás matando tu franquicia!

De la misma forma, incluir escenas redundantes en la narrativa de tu historia mata por completo el ritmo y frena la progresión de la obra.

Esto es algo que vemos muy seguido en historias que usan de más el shock factor, ya que constantemente sienten la necesidad de mostrar escenas fuertes en las que un personaje inmoral nos demuestra nuevamente que no es una buena persona.

Estas escenas sobran desde el punto de vista narrativo y debes procurar cuidarte de ellas.

3 tips para evitar que tus arcos sean redundantes

Ahora que ya sabes lo que es la redundancia y por qué debes evitarla, seguro te estás preguntando cómo rayos puedes evitarla.

¡Aquí te van 3 tips para lograrlo!

Dale varias fallas a tus personajes

Si estás trabajando una saga, es muy importante que te asegures que tu elenco principal tiene varias fallas que trabajar. ¿Por qué? Porque de esa forma te resultará mucho más sencillo definir el camino de crecimiento que estos personajes deben tener en cada tomo.

Si tu personaje es alguien avaricioso, retraído y paranoico, lo que puedes hacer es que cada libro de la saga explore una de estas fallas a la vez, permitiendo que el personaje crezca, pero dejando espacio para que todavía tenga margen de mejora en las secuelas por venir.

Algo así es lo que vemos con Iron Man, quien en la primera película abandona una vida de placer a favor del desarrollo de una brújula moral, luego abandona su ego y soberbia explorando su propia mortalidad, y finalmente deja a un lado su propio bienestar para convertirse en un héroe puro.

La razón por la que el personaje de Tony Stark se quedará grabado a fuego en nuestros corazones, es porque cada historia en la que apareció logró explorar un aspecto distinto de su carácter, permitiéndonos conocer distintas facetas de su ser que demuestran que es una persona compleja.

Esto fue posible en parte gracias al amplio abanico de debilidades que el personaje necesitaba trabajar, algo que facilitó drásticamente la inclusión y planeación de su arco de personaje a lo largo de las distintas películas.

Permite que tus personajes crezcan

El ejemplo que mencioné antes de Shrek es realmente una de las razones por las que, después de la segunda película, la franquicia se fue en picado.

Las primeras dos películas, debido a que se enfocaban en problemas y dilemas reales del personaje, permitieron que este creciera al trabajarlas.

En la primera, Shrek tiene un complejo grande, sintiéndose un monstruo porque el mundo lo mira como uno.

Shrek aprende que lo importante no es la forma en la que los demás lo definen, sino la forma en la que está dispuesto a definirse a sí mismo. Esta trama resolvió la falla de Shrek que giraba en torno a su identidad.

Sin embargo, cuando termina la película, Shrek todavía tiene una falla crucial: su sentido solitario y dificultad para formar vínculos con los demás.

La segunda película se enfoca en esto último, porque obliga al personaje a abrirse no solo a alguien que lo valora como Burro o que lo ama como Fiona, sino personas que todavía lo observan como un simple y bruto ogro.

Al final de la película, Shrek consigue elevarse a la altura de la situación y conectar con esas personas que antes lo rechazaban.

Lamentablemente, la tercera y la cuarta exploran esta misma idea, ignorando por completo el hecho de que el personaje ya debería haber aprendido la lección.

Su crecimiento sufre una regresión porque los escritores no saben qué otros aspectos del personaje se deben explorar, y recurren a repetir el éxito del pasado.

Esto es una pésima idea. Como regla general, debes asegurarte que tu nueva historia permitirá al personaje crecer. Si no es así, entonces quizás un cambio de protagonista (o de universo) sea la mejor opción.

Explora el presente del personaje

Otra forma de encontrar pistas que te ayuden a encontrar avenidas para darle arcos nuevos y únicos en cada historia a un mismo personaje, es explorar la situación presente del mismo.

Dicho de otra forma, debes considerar el estado mental, social, familiar y físico del personaje al momento que la historia comienza.

Quizás ahora tiene una hija y ha adquirido los clásicos miedos de padre; tal vez ha sufrido una tragedia y se ha dejado llevar por la tristeza o, tal vez, todo es perfecto en su vida y lo único que quiere es proteger lo que tiene.

Lo interesante aquí es que estás abriendo la posibilidad a introducir nuevas fallas que el personaje no tenía o mostró en la historia original. Esa flexibilidad puede apoyarte muchísimo a encauzar el arco del personaje. ¡Solamente ten cuidado con que los símbolos se repitan!

Es decir, si el personaje primero tuvo que aprender a ser más abierto con aquellos que quiere, no hagas que, debido a sus nuevos temores, tenga una regresión y vuelva a mentir y engañar a las personas que ama.

Simbólicamente, ¡eso seguiría siendo un arco narrativamente redundante!

¡Y con eso acabamos! Espero que todo te haya quedado bastante claro. Si no fue así o simplemente quieres agregar algo a la conversación, ¡deja tu comentario!

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