Secuelas espirituales: ¿qué son y qué tienen de especial?

Especialmente en el universo de los videojuegos, es muy común que entradas de mucha calidad, pero que no recibieron el éxito comercial esperado, reciban una secuela espiritual.

Dicho esto, las secuelas espirituales no son algo específico de este medio y también se pueden encontrar con mucha frecuencia en las películas, las series e, incluso, en la literatura.

Pero ¿qué es exactamente una secuela espiritual? ¿Qué las hace distintas a una secuela normal?

Si quieres aprender más al respecto, ¡sigue leyendo!

¿Qué es una secuela espiritual?

Una secuela espiritual (también conocida como sucesor espiritual), es una historia que extrae muchos de los elementos, temáticas y estilo de una obra anterior sin continuar la historia como tal o, siquiera, compartir el mismo universo.

Las secuelas espirituales suelen aparecer cuando una obra inspiradora es descontinuada, tiene mucho tiempo fuera del mercado o se desvía por completo de sus raíces. Algo así como sucedió con Bayonetta, sucesora espiritual de Devil May Cry, cuando Devil May Cry 4 terminó siendo una decepción en cuanto a historia y construcción de niveles.

La franquicia original se quedó estancada en medio de un futuro incierto, y ahí es cuando apareció un juego nuevo, para revivir esa chispa que caracterizaba a Devil May Cry y que la industria no quería perder.

Bayonetta es un juego genial de acción por mérito propio, pero también es una oda a su predecesor, replicando su carácter divertido, personajes extravagantes, situaciones cargadas de adrenalina y un combate fluido y catártico.

¡Eso es lo que la hace una secuela espiritual genial!

¿Por qué aparecen con tanta frecuencia?

¿Alguna vez has estado expuesto a una historia o experiencia y has sentido que es la cosa más increíble que has experimentado en tu vida? Ya sabes, algo tan genial que sientes que jamás te cansarías de vivirlo.

Bueno, si tienes un alma creativa y ese “algo” que amas de repente desaparece o se corrompe, es normal que sientas la necesidad de rescatarlo, de crear algo que te permita a ti y a tu audiencia redescubrir las emociones que el material original produjo.

Esa es la razón por la que las secuelas espirituales existen. Están tratando de recuperar algo que se siente lejano y necesario, creando algo nuevo al mismo tiempo, pero respetando la esencia del material original.

Digamos que es una forma en que los autores pueden producir algo nuevo al mismo tiempo que le escriben una carta de amor a aquello que los inspiró.

Características de una buena secuela espiritual

Estoy seguro que a lo largo de este artículo has estado tratando de pensar en otros ejemplos de secuelas espirituales y no me queda duda de que tienes muchas dudas al respecto. Después de todo, ¿cómo diferenciar una secuela espiritual de un simple copy/paste que solamente quiere aprovecharse de la popularidad de algo más?

Es decir, ¿es el Aprendiz de Mago una secuela espiritual de Harry Potter? ¿Es su propia historia? ¿Es un intento de copia?

¿Qué tal con Vampire Diaries y Twilight? ¿Es la primera una secuela espiritual?

¿O qué sucede con franquicias similares como Star Trek y Star Wars? Digo, ambas tienen “Star” en el nombre, eso debe significar algo, ¿no es así?

Pues, en realidad ninguna de las que mencioné previamente son secuelas espirituales, y eso se debe a que no cumplen con las características que deben poseer esta clase de historias.

¡Sigue leyendo y descúbrelas!

Entiende a fondo el material original

Lo primero y más importante que debe poseer una secuela espiritual es un profundo entendimiento del material original.

La razón por la que Vampire Diaries no es un sucesor espiritual, es porque simplemente copia las ideas más superficiales de Twilight (que de por sí es una saga superficial) y trata de llevarlas a la enésima potencia.

Esa es la típica pista de que estamos lidiando con una historia oportunista, que solamente quiere montarse en la ola del éxito creada por alguien más.

Las mejores secuelas espirituales buscan reconstruir los elementos más sustanciales de la ambientación, las luchas de los personajes y el sentimiento único y especial que el predecesor logró capturar.

Por ejemplo, Bayonetta hace bien su trabajo porque entiende que Devil May Cry no es solamente un videojuego sobre un superhéroe confiado y payaso, sino una historia que habla sobre un personaje que esconde su tristeza con una fachada de arrogancia y humor, que realmente ha sufrido mucho en su vida y que no tiene un lugar al que llamar “hogar”.

Detrás de toda esa acción loca y desenfrenada, detrás de todos los monstruos y superhumanos, hay un componente profundamente humano, y eso es lo que logra que el producto como tal deje una marca en la audiencia.

¡Es gracias a esa comprensión que Bayonetta logró capturar a todos aquellos fanáticos de Devil May Cry que extrañaban ver a su juego favorito en lo más alto!

Continúa aquello que lo hace genial, pero crea algo nuevo

Otra muestra clara de que no estás lidiando con una secuela espiritual, es que el producto trata con todas sus fuerzas de copiar absolutamente todos los elementos de la historia original, pero ninguno golpea con la misma fuerza.

Por mucho que he estado alabando a Bayonetta por incluir los elementos más poderosos de Devil May Cry en su historia, lo cierto es que la saga no se queda ahí, sino que intenta llevar la fórmula más allá, según su propia interpretación de lo que la franquicia debió haber hecho.

Eso es lo que la hace una “secuela”, porque procura expandir lo que su predecesor logró y añadir elementos únicos a la fórmula.

Es lo mismo que sucede con Carlito’s Way que, siendo una secuela espiritual de Scarface, intenta explorar el mismo personaje, pero invirtiendo la progresión de eventos, haciendo que en lugar de ser una “ascensión al poder” se convierta en un escape de la vida criminal.

Los elementos más intensos y profundos de Scarface están presentes, pero se exploran de una manera distinta y fresca.

Es un tributo al predecesor

Al final del día, lo que debe buscar la secuela espiritual es llenar ese vacío que el material original dejó detrás de sí. Recuerda que estamos hablando de un producto legendario, algo que marcó a las personas de una forma única que, hasta entonces, nadie ha logrado replicar.

Las secuelas espirituales se están beneficiando de esa necesidad y, por lo tanto, necesitan mostrarse agradecidas. No se trata de atacar la nostalgia de las personas como hacen la mayoría de los remakes de Disney, sino de hacer pequeños guiños que permitan a la audiencia reconectar con aquello que adoraban.

Pueden ser pequeñas piezas de diálogo o reconstrucciones de escenas que hacen alusiones sutiles al material original. Detalles que pasarán desapercibidos para un miembro de la audiencia regular, pero que significarán mucho para un fanático que vuelve a sus raíces.

Es algo así como cuando Dark Souls coloca un enemigo muy parecido a uno de Demon Souls, o permite que un NPC diga una frase muy similar a la del predecesor.

Este tipo de detalles permiten que la secuela espiritual y la audiencia creen un vínculo, porque en estos momentos se miran a los ojos y se dicen “a ti también te marcó esa experiencia, ¿no es así?”.

Replica las temáticas, pero no las copia

El corazón de una historia, el mensaje central de su narrativa, siempre está encerrado en su temática. Los símbolos narrativos siempre son lo que determinará el verdadero sentimiento que evoca un producto artístico, y la secuela espiritual necesita entender esto para tener éxito.

Como mencioné antes, no debes copiar la trama de una manera superficial, sino que debes tomar la temática y explorarla a tu manera.

Si el original manejó la dicotomía del monstruo y concluyó que el ser humano es igual de monstruoso, quizás tu puedas explorar la misma temática, pero concluir que un ser humano abominable se puede redimir.

Es la misma idea central, pero se expande sobre ella, se le permite evolucionar. Esto le dará más valor a tu historia y le permitirá brillar por luz propia.

¡Y con eso acabamos! Ahora que sabes qué son las secuelas espirituales, espero que te animes a crear una algún día. ¡Asegúrate que es un proyecto que te apasiona!

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