¿Por qué te conviene construir personajes virtuosos?
¿Por qué te conviene construir personajes virtuosos?
A mí siempre me ha resultado extraño ver la inmensa cantidad de personas que no disfrutan la presencia de personajes virtuosos en sus historias favoritas, ya sea porque los encuentran aburridos o simplones.
Si bien es cierto que cuando se construyen mal estos personajes perfectamente pueden merecer esos últimos adjetivos, lo verdad es que también tienen muchísimo que aportar a una historia cuando se realizan bien.
Entonces, si eres de esa clase de escritores o lectores que suele encontrar sentimientos negativos con los personajes virtuosos, deja que en este artículo te explique por qué son mucho más profundos e interesantes de lo que piensas.
¡No pares de leer!
¿Qué es un personaje virtuoso?
Para empezar, quiero que quede muy claro que cuando digo “virtuoso” no me refiero a “perfecto”. Cualquier personaje que cumpla con esa segunda descripción está mal construido y resultará un problema para la narrativa, no al revés.
No, en realidad, cuando hablo de un personaje virtuoso, me refiero a alguien que está alineado hacia el bien y que constantemente lo busca. Se trata de un personaje que tiene fuertes convicciones morales y que actúa de acuerdo a ellas, incluso cuando eso conlleva un gran costo para su persona.
Ojo, no estoy incluyendo personajes que actúan de manera inmoral por supuestos fines altruistas, sino de aquellos que jamás justificarían los medios que utilizaron para llegar a la meta y que, por lo tanto, les importa tanto la forma de alcanzarla como el hecho de hacerlo.
¿Qué tienen de especial?
Los personajes virtuosos solamente son aburridos cuando no somos capaces de ver los profundos conflictos morales y filosóficos que los atacan. Claro está, esto puede suceder porque el escritor no los colocó en la historia, pero si están ahí no debemos cerrarnos a ellos.
Es comprensible que te resulte frustrante que un personaje no tome la decisión racional más obvia, como matar al villano para que no vuelva a sus andadas o que decida no robar a pesar de que es la opción más sencilla y práctica, pero lo cierto es que estas son las situaciones que ayudan a que una historia pueda llegar un poco más allá y, en lugar de evaluar solo la parte lógica de la existencia humana, logre tomar en cuenta la más emocional y abstracta, esa que es mucho más compleja y rodeada de matices grises.
Un personaje virtuoso puede ayudar muchísimo a explorar con profundidad ese dilema precisamente porque se lo toma en serio y tiene opiniones muy fuertes sobre el tema que está dispuesto a seguir hasta la muerte.
Es esa convicción lo que abre la puerta para interacciones entre personajes verdaderamente dramáticas y complejas, donde el conflicto moral forma parte de la historia tanto como el conflicto racional o social.
¡Ahí está una fórmula increíble para crear narrativas maravillosas!
¿Cómo se construyen?
Ahora que ya hablamos sobre por qué estos personajes pueden ser tan útiles para una historia, es hora de aprender a construirlos.
¡Sigue leyendo!
Desarrolla su filosofía de vida
Una de las razones por las que algunos personajes virtuosos se sienten molestos y aburridos, es porque pareciera que sus decisiones morales parten de un lugar de arrogancia o de dogmatismo cuadrado.
Si eso sucede, es culpa del escritor, porque claramente no ha construido lo suficiente la filosofía de vida del personaje para que su compás moral tenga sentido para la audiencia.
Verás, un personaje virtuoso no quiere hacer las cosas bien solo porque sí, sino que tiene razones que están fuertemente arraigadas con su pasado y los eventos que han marcado su vida.
Como Batman, que actúa de forma virtuosa porque su lucha contra el crimen nace de un profundo amor por la memoria de sus padres, y constantemente se obliga a sí mismo a controlar su propia maldad para que su lucha no se corrompa.
O con Midoriya de My Hero Academia, a quien el deseo de salvar a otros con una sonrisa es un reflejo de los sentimientos que ver al gran héroe Allmight le producía cuando era niño.
Esto es crucial para esta clase de personajes, ¡así que no se te olvide trabajar con cuidado su filosofía de vida!
Hazlos cuestionar esa filosofía
Claro está, una filosofía de vida no tiene nada de interesante por sí sola: lo verdaderamente poderoso son los conflictos que dicha filosofía puede introducir en la historia.
Entonces, una vez que tengas bien desarrollado el compás moral del personaje, el siguiente paso es hacerlo cuestionarla constantemente, introducirlo una y otra vez con dilemas morales reales que le hacen repensar su forma de ver el mundo.
Después de todo, lo llamativo de un personaje virtuoso es que esa búsqueda por hacer lo correcto no siempre es un camino recto e iluminado, sino que está lleno de rutas opcionales y trayectos poblados de neblina.
Es ese viaje lo que le dará profundidad al personaje y permitirá que la audiencia se sienta atraída hacia el drama.
Permíteles equivocarse y buscar redención
Imagínate esta situación. Eres una persona profundamente decidida a actuar de la forma correcta siempre que tengas la oportunidad, quieres ser bueno, un héroe, alguien que es capaz de tomar una bala por otra persona y agradecer la oportunidad de hacerlo.
Ahora, imagínate que cometes un error garrafal, algo que produce el efecto inverso que buscabas y, de repente, te vez a ti mismo convertirte en un villano.
Aquí es cuando los personajes virtuosos son realmente puestos a prueba, cuando la posibilidad de corrupción se presenta frente a ellos y lo que creían de sí mismos ya no es tan así.
Es como lo que sucede con Castiel y Sam en Supernatural o prácticamente cada héroe en Endgame. Estos personajes viven con mayor intensidad la responsabilidad de los errores que cometen, y esa búsqueda de redención puede ayudar a empujar a la historia por puertas narrativas profundas y atractivas.
¡Y ya llegamos al final del artículo! Espero que te haya inspirado a crear personajes virtuosos o, si eres un lector, a darle otra oportunidad a esta clase de actores.
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