La lírica simbólica: ¿cómo crear textos altamente simbólicos?
La lírica simbólica: ¿cómo crear textos altamente simbólicos?
A medida que nos aventuramos en nuestra carrera de autores, es muy común que le demos mayor valor al lenguaje técnico y complejo, a la escritura con temáticas serias que se manejan seriamente a su vez.
Si bien este tipo de escritura puede ser increíble si se utiliza bien, es importante no caer en la trampa de creer que el lenguaje más fantástico e imaginativo es inferior de alguna manera, o superficial en comparación.
En realidad, ese lenguaje que vemos con relativa frecuencia en historias para niños como los clásicos cuentos de los hermanos Grimm, puede ser más profundo que cualquier otro, y justo de eso te quiero hablar aquí: de la lírica simbólica.
Si quieres aprender más al respecto, ¡no pares de leer!
¿Qué es la lírica simbólica?
Si has leído novelas como la Historia Interminable, La Venganza de las Risitas y Alicia en el País de las Maravillas, entonces estás familiarizado con la lírica simbólica.
Básicamente, este tipo de escritura suele enfocarse más en el símbolo fantástico de la escena en lugar del realismo de la misma, creando escenarios bizarros que, desde un punto de vista racional, tienen muy poco sentido. Es una lírica muy estilizada que depende más de las idiosincrasias del mundo y de los personajes para ser profunda.
¿Por qué construirías una historia así?
Este tipo de lírica es ideal para construir historias abstractas e imaginativas, especialmente si están pensadas para niños. Son narrativas que se aprovechan de los símbolos narrativos para construir historias complejas e interesantes que, intuitivamente, cualquiera puede entender.
Un ejemplo de esto clarísimo nos lo da Alicia en el País de las Maravillas:
—¡Curiorífico y curiorífico! —exclamó Alicia (estaba tan sorprendida que por un momento se olvidó hasta de hablar correctamente)—. ¡Ahora me estoy estirando como el telescopio más largo que haya existido jamás! ¡Adiós, pies! —gritó, porque cuando miró hacia abajo vio que sus pies quedaban ya tan lejos que parecía que fuera a perderlos de vista—. ¡Oh, mis pobrecitos pies! ¡Me pregunto quién os pondrá vuestros zapatos y vuestros calcetines! ¡Seguro que yo no podré hacerlo! Voy a estar demasiado lejos para ocuparme personalmente de vosotros: tendréis que arreglároslas como podáis… Pero voy a tener que se amable con ellos —pensó Alicia—, ¡o a lo mejor no querrán llevarme en la dirección en que yo quiera ir! Veamos: les regalaré un par de zapatos nuevos todas las Navidades.
La reacción de Alicia a lo que le está sucediendo se podría considerar como “poco realista”. Aquí tenemos a una niña que súbitamente se está convirtiendo en gigante, y su mayor preocupación es que no podrá mantener una relación con sus pies ahora que se encuentran tan lejos.
Un autor que solo valora un estilo más serio y tradicional de escritura, podría creer que esta forma de escribir es infantil y superficial, pero en realidad es todo lo contrario.
Aquí lo que sucede es que se le está dando mayor prioridad a lo que la escena en sí representa como símbolo, en lugar del realismo del personaje y del mundo. El autor está menos preocupado por hacer “creíble” (racionalmente hablando) su historia y más interesado en explorar el símbolo de la forma más profunda.
En este caso, el crecimiento de Alicia (y la historia en general) es una exploración del viaje hacia la madurez que experimentan todos los niños, encontrando cambios en su cuerpo que hacen que hasta cierto punto se sientan alienados y extraños en él. Esta es una idea compleja y extensa, por lo que los símbolos son geniales para llenar ese inmenso espacio que las palabras no pueden cubrir.
La reacción de Alicia, aunque racionalmente difícil de justificar, narrativamente es coherente y por eso sigue teniendo mucho valor literario.
Si tienes pensado manejar ideas parecidas en tu historia o quieres dirigirte a un mercado más joven, ¡la lírica simbólica puede ser perfecta para ti!
Tips para crear historias con esta técnica
Es muy comprensible que todavía tengas dudas sobre esta clase de escritura, después de todo, es mucho más abstracta que otros métodos más tradicionales.
Para facilitarte la vida, ¡deja que te comparta algunos tips!
Deja que tu imaginación te lleve
Una de las mejores prácticas que puedes hacer a la hora de manejar símbolos, es escuchar primero a tu imaginación y dejarla que se exprese.
¿Te dice que coloques a un gato con una sonrisa inmensa y la capacidad de desaparecer? ¡Hazlo! ¿Te pide que crees una espada que es invencible siempre y cuando se desenvaine por su cuenta? ¡No tengas miedo! ¿Quiere que crees un personaje que cuando está en el fuego le da frío y cuando está en el frío se muera de calor? ¡No te frenes!
Lo que hace que las historias con lírica simbólica sean tan increíbles, es precisamente el hecho de que permiten que el autor escriba basándose en su instinto artístico, en expresar esas ideas complejas que no entiende en lo más mínimo.
No te preocupes si no eres capaz de racionalizar de inmediato el sentido de lo que quieres colocar. Aventúrate y deja que tu escritura fluya. A medida que escribas, ¡todo empezará a tener sentido para ti y luego podrás dedicarte a pulir y fortalecer los símbolos de la historia!
No manipules las ideas que presenta la historia
El mayor enemigo de la lírica simbólica son las agendas ideológicas, porque partir con una idea cerrada que quieres promover, solamente limitará tu imaginación y creará algo más parecido a un sermón que una historia.
Tu trabajo no es manipular las ideas que tus símbolos tratan de presentar, sino de explorarlas, darles espacio para respirar y que la audiencia saque sus propias conclusiones.
No presentes juicios de valor absolutos en tu narrativa, sino que deja que los símbolos puedan aparecer tanto con la perspectiva que los apoya como la que está en contra.
Enfócate en el desarrollo del protagonista
En esta clase de historias, las reacciones y desarrollo del protagonista son particularmente importantes. ¿Por qué? Bueno, porque como el protagonista será el personaje que participa en la mayor cantidad de escenas, y estas a su vez son altamente simbólicas, el viaje que el personaje principal viva durante la trama afectará de manera importante cada uno de los símbolos que hayas presentado.
Por eso es importantísimo que le dediques una cantidad importante de tiempo a analizar a tu protagonista, las características que tiene y aquello que detona su aventura.
Esto no quiere decir que tus personajes secundarios no sean importantes también, pero si no le metes suficiente trabajo a tu protagonista, entonces estarás perdiendo el tiempo.
¡Y con eso acabamos! Espero que este artículo te haya resultado interesante y hayas aprendido algo nuevo.
Si fue así o no, ¡no olvides dejar tu comentario en la sección de abajo!
¡Muchas gracias por las palabras, J. E. F. S! Aunque no es netamente sobre lírica simbólica, mi cuento seguía un sendero paralelo, y como hice lo que mencionas, acerca de forzar los símbolos, todo comenzó a ser un total desastre. Pero, en fin, con esto he aprendido más, y el cuento (o la versión evolucionada del mismo), ya se ve cada vez más claro en mi cabeza.