Finales ambiguos: ¿qué son y cómo trabajarlos?
Finales ambiguos: ¿qué son y cómo trabajarlos?
Algunas de las conclusiones que más nos han marcado y que se quedan con nosotros por mucho rato, invitándonos a conversar con amigos sobre el tema y buscar videos en Youtube, suelen girar en torno a finales ambiguos.
Por supuesto, también es perfectamente factible que los finales ambiguos estén mal construidos y nos dejen una terrible sensación de frustración, y por eso es importante conocerlos bien antes de colocarlos en nuestra historia.
Si quieres aprender más sobre el tema, ¡no pares de leer!
Nota: será difícil explicar este concepto sin introducir spoilers de algunas historias. En este artículo se hablará ampliamente del final de Watchmen (cómic) y de Inception.
¿Qué es un final ambiguo?
Los finales ambiguos son conclusiones narrativas que dejan una pregunta abierta sobre la trama al final de la historia.
Estos finales suelen ser abiertos y dejar una buena dosis de incertidumbre en la audiencia, haciendo que tenga que trabajar para determinar la conclusión de la obra, a veces siendo capaz de hacerlo, mientras que otras veces no.
Es un elemento genial, pero que corre con el peligro de dejar a tu audiencia insatisfecha si se construye mal.
¿Cuándo te conviene?
Los finales ambiguos son particularmente útiles cuando la temática de la historia es bastante compleja y resulta conveniente permitir que sea la misma audiencia la que determine cuál es la conclusión correcta a la idea que se explora.
Por ejemplo, en el cómic de Watchmen se explora la idea de la capacidad destructiva del ser humano y cómo esta puede ser nuestra ruina. Al final de la obra, el villano tiene éxito en su plan malvado y las potencias mundiales, en lugar de continuar amenazándose con bombas nucleares, dirigen su atención a un enemigo común, permitiendo que el ser humano utilice sus esfuerzos para solucionar un problema en lugar de asesinarse a sí mismo.
El plan funcionó, pero a costa de una terrible mentira y la pérdida de millones de vidas. En la última página del cómic, se nos muestra lo que parece el diario de un héroe fallecido que contiene toda la verdad sobre lo sucedido; una verdad que si se revela, podría hacer que la tensión entre las naciones vuelva a surgir.
La historia deja el final ambiguo porque no sabemos si la verdad se publicó o, si lo hizo, qué fue lo sucedió con el mundo. Depende de la audiencia reflexionar y pensar seriamente qué habría acontecido y, todavía más interesante, determinar qué es lo correcto en ese escenario.
Como ves, el final ambiguo en este caso profundiza la temática y ayuda a que la audiencia participe activamente para definir cuál es el mensaje central de la historia. Es una combinación increíble que solo te puede dar esta clase de final. Si crees que puede beneficiar a tu obra, ¡entonces deberías considerar incluirlo!
¿Cómo construirlo?
Construir un final ambiguo no es nada fácil y dependerá de muchísimos factores en tu historia; por eso, creo que vale la pena que hablemos de los más importantes. ¡Presta atención!
Identifica con claridad tu temática
Como mencioné antes, el impacto de un final ambiguo está completamente relacionado con la forma en que profundiza la temática e invita a la audiencia a pensar en la misma. Esto significa que, si para el momento que defines el final de tu historia, no tienes clara la temática, entonces tu final ambiguo tiene muy pocas probabilidades de tener éxito.
Es por eso que, por lo general, no puedes trabajar tu final ambiguo hasta que tengas bien definido el primer y el segundo acto de tu obra. Es aquí cuando tienes las herramientas necesarias para identificar la temática y entender de verdad el impacto que el final ambiguo tendrá sobre la misma.
¡No puedes escribir un final ambiguo a ciegas! ¡No lo olvides!
Identifica cómo el arco del protagonista se une a la temática
Por supuesto, está clarísimo que, si el final ambiguo afecta la temática, también afectará el arco del personaje principal y viceversa. Así como identificaste tu temática, debes asegurarte de que entiendes a profundidad la evolución de tu personaje a lo largo de la narrativa.
Esto también te dará pistas de “dónde” debe estar la ambigüedad al final para que la pregunta que se plantea beneficie la historia, en lugar dar pie a la posible existencia de un hueco argumental.
Cierra el arco del protagonista
Esto lo coloco porque es muy común que las historias con finales ambiguos terminen siendo insatisfactorias porque se les olvida cerrar el arco del protagonista.
Verás, como comenté antes, la ambigüedad estará presente en un aspecto de la trama, pero el arco del personaje no puede resultar ambiguo. Es decir, si trabajaste un arco de redención, no puedes concluir tu historia colocando a tu personaje a punto de tomar una decisión que determina si logró redimirse o si cayó en desgracia.
Su arco debe cerrarse para que la historia tenga sentido; ahí no debe existir ambigüedad. Ahora, puede haber ambigüedad en el hecho de si la decisión que tomó fue la correcta o no, pero no en el cierre en sí de su arco.
¡Es muy importante que te lo grabes a fuego en la mente!
Cierra el conflicto central
La misma arregla aplica aquí: el conflicto central de su historia debe cerrarse. Volviendo al ejemplo de Watchmen, puede ser que exista ambigüedad en cuanto a lo que sucederá con el mundo, pero el conflicto central, que giraba en torno al conflicto nuclear y las actividades del villano, finalmente se resuelven.
Esto es muy importante, porque si lo ignoras harás que tu audiencia sienta que perdió el tiempo, porque el drama al que le invirtió tanto tiempo finalmente quedará inconcluso y perderá todo su efecto.
La ambigüedad aparece en relación con una pregunta que la trama deja abierta y que profundiza la temática, pero el conflicto central de la historia debe concluirse.
¡Y con eso acabamos! Ahora ya sabes cómo construir un final ambiguo. Si te gustó este contenido y quieres leer otros parecidos, ¡suscríbete al newsletter del blog!