La inseguridad como elemento narrativo: ¿cómo aprovecharla?
La inseguridad como elemento narrativo: es irónico que busques este artículo…
A menos que goces de una autoestima privilegiada y un talento sin igual, creo que no me equivoco al decir que más de una vez en tu vida te has sentido aplastado por la inseguridad, ese horrible sentimiento que nos hace dudar de cada paso que hemos dado y pensamos dar.
Estos conflictos, aunque increíblemente molestos en la vida real, son fascinantes en una historia y pueden dar vida a arcos de personaje muy fuertes y marcados.
Si te interesa aprovecha la inseguridad como elemento narrativo en tus historias, ¡estás en el lugar correcto!
¿Qué es la inseguridad?
La inseguridad emocional se define como una sensación de nerviosismo o ansiedad que nace por la percepción que se tiene de uno mismo y/o por una situación de vulnerabilidad.
Me atrevería a decir que incluso el ser humano más privilegiado y suertudo del mundo se ha topado con esta sensación, y por lo tanto todos sabemos lo agobiante que puede ser.
Lo interesante de esto es que la inseguridad no tiene por qué ser algo que solo viven los personajes más tímidos y débiles del relato; de hecho, puede ser incluso más poderoso hacer que la vivan algunos de los personajes más poderosos de la historia, como ocurre con Tony Stark en Civil War.
Esto puede dar lugar a conflictos muy profundos y complejos que den vida a la historia de distintas formas.
¿Cómo te puede ayudar en tu historia?
La inseguridad es principalmente una forma de presentar un conflicto interno, esa es la razón principal por la que la incluirías en una historia.
En sí misma, la inseguridad no es una característica de personaje, sino que es una consecuencia de algo más. Quizás el personaje ha sufrido toda su vida por su aspecto (Quasimodo), tal vez piensa que no tiene nada que ofrecer y se odia a sí mismo (Po) o quizás teme nunca ser capaz de redimir sus pecados (Tony Stark).
Al mismo tiempo, la inseguridad no tiene por qué ser algo que siempre se vive de una forma depresiva y amargada, sino que también puede aparecer como un exceso de confianza o una actitud arrogante (algo muy común en villanos como Draco Malfoy).
El punto aquí es la inseguridad la utilizas para acentuar el impacto que un trauma produce en el personaje. Si es algo bastante dramático, más fuerte será la inseguridad y más problemas tendrá el personaje para superarla.
¿Cómo usar la inseguridad de un personaje?
Ahora que ya entiendes para qué funciona la inseguridad en las historias y por qué habrías de incluirla, hablemos un poco sobre CÓMO hacerlo. No hay reglas muy complicadas aquí, pero sí es importante que las tomes en cuenta.
Debe estar justificada, pero no exagerada
La inseguridad, como mencioné antes, no es una característica por sí misma. No es muy útil que simplemente coloques un personaje depresivo que constantemente duda de todo lo que hace solo porque sí. Eso solamente lo hará fastidioso y plano.
¿Por qué? Bueno, porque la audiencia no puede empatizar con él si no hay algo que realmente justifique su forma de pensar.
Cuando pasamos tiempo con Quasimodo y entendemos que no solo es feo, sino que ha pasado toda su vida al lado de un hombre que se lo recuerda constantemente; entendemos a la perfección por qué es tan inseguro e incapaz de ver algún tipo de valor en su persona.
Lo que nos conmueve es el contexto por el que se siente así, aunque ver cómo le ha afectado es lo que permita que sintamos que su dolor es REAL. No es simplemente que Quasimodo nos diga que es duro, sino que veamos eso representado en su forma de actuar y pensar.
Ahora, es importante entender que la inseguridad solo tiene verdadero valor narrativo cuando nace gracias a un trauma del personaje; es decir, no tiene peso cuando es simplemente un fruto del sentido común.
Por ejemplo, si un personaje está atrapado en un callejón sin salida con un monstruo invencible persiguiéndolo; que dude de sí mismo y de sus posibilidades no acentúa una falla en su carácter: eso simplemente refleja que el tipo es humano y medianamente sensato.
Por eso no debes exagerar el contexto si quieres que la inseguridad te ayude a desarrollar a tu personaje. Necesitas que el mayor obstáculo del personaje sea él mismo; no algún factor externo.
Debe tener consecuencias en la trama
La inseguridad del personaje se presupone que es algo que le hace dudar y cuestionar todo lo que hace, quizás incluso empujándolo a la inacción o a una sobrecorrección de sus actos.
Tal vez se obsesiona con encontrar una cura o tal vez piensa que es mejor esconderse en un rincón del universo para que su estupidez no le haga daño a alguien más.
Cualquiera de las dos opciones es válida… siempre y cuando tenga un impacto en la trama. Algo así vemos en Kung Fu Panda 2, cuando Po es derrotado por culpa de sus dudas hasta tres veces en la película, haciendo que sus compañeros teman por él y se opongan a que participe en el conflicto más importante del segundo acto.
La trama en sí se ve afectada por culpa de la inseguridad de Po y eso es en buena parte lo que hace que sea relevante desde el punto de vista narrativo.
Debe forzar a que el personaje progrese su arco
Por supuesto, si la inseguridad es al final un conflicto interno relacionado con un trauma del personaje, lo más obvio es que deba estar directamente atada a su arco de personaje.
¿Cómo lo está? Bueno, actuando como un obstáculo que el personaje no puede superar y que, por lo tanto, impide su victoria hasta que finalmente entiende que tiene que lidiar con la raíz del problema.
Lo interesante aquí es que el personaje no puede ganarle a la inseguridad peleando directamente con ella, sino atacando aquello que la provoca. Es por eso que la inseguridad nunca la debes colocar como una falla central, sino como una consecuencia.
¡Y con eso llegamos al final! Espero que este contenido te haya resultado entretenido. Si fue así y quieres aprender más sobre elementos narrativos, te recomiendo este artículo sobre la obsesión. ¡Te encantará!