¿Cómo construir un ambiente bélico?

¿Cómo construir un ambiente bélico?

¿Cómo construir ambientes bélicos?

Hay muy pocas personas que son fanáticas de la guerra en la vida real, pero, en lo que se refiere a las historias, la cuestión cambia drásticamente. Hay algo muy poderoso e interesante que surge cuando un ambiente bélico se construye como es debido, pero eso no significa que sea fácil hacerlo.

Si quieres descubrir más al respecto, ¡sigue leyendo!

¿Por qué querrías construir un ambiente bélico?

Para empezar, ¿por qué siquiera deberías pasar por el problema de crear un ambiente de guerra y violencia en tu historia?

Nunca debes olvidar que la guerra es algo serio y triste. Estamos hablando de un conflicto tan complejo y difícil de resolver que las personas están dispuestas a asesinarse entre ellas para que su lado gane.

Eso no es cualquier cosa. Piensa en aquellas causas que más te importan y luego sopesa si estarías dispuesto a morir o quitar una vida para que llegue a puerto. Lo más probable es que no, y por eso ver historias donde los personajes llegan hasta ese límite es tan interesante.

La guerra crea urgencia y es un lugar ideal para presentar situaciones morales durísimas y darle complejidad a los personajes a través de las decisiones que toman al enfrentarse a esas situaciones.

Por supuesto, está claro que la guerra puede ser utilizada como trasfondo para un conflicto más local, pero no hablaremos de eso en este artículo porque lo que nos interesa es ese ambiente bélico, vivir de lleno esa parte de la historia.

Por supuesto, para logarlo, necesitamos crear el ambiente ideal.

¿Cómo construir la ambientación?

Para poder construir un ambiente bélico necesitas primero entender las tres etapas que conforman este elemento:

Etapa uno: Rutina diaria

Con esto nos referimos momentos en los que los personajes no están luchando por su vida en un campo de batalla. Es importante que esta etapa esté profundamente afectada por la guerra circundante, debe sentirse que el mundo entero, de cierta forma, es parte del conflicto y sufre por eso.

Debe haber viudas, personas pasando hambre, grupos ideológicos enfrentándose, etcétera. El punto es que se debe sentir que la guerra es algo tan terrible que ocupa un gran espacio en la mente de todos.

Etapa dos: La planeación

Las guerras no se luchan a ciegas. Si bien es cierto que las personas están poniendo en riesgo sus vidas porque sienten que no les queda de otra, nadie va a tirar los años que le quedan por la ventana así como así.

No. Los seres humanos quieren vivir, y por eso las guerras, para sentirse reales, deben tener etapas de planeación, donde los líderes están pensando las estrategias más óptimas para resultar victoriosos con la menor cantidad de muertes posibles.

Claro está, eso no significa que siempre debas tener una escena donde los líderes están alrededor de un mapa soltándonos diálogo expositivo, pero sí necesitas que existan conversaciones estratégicas sobre el campo de batalla, el enemigo y la clase de enfrentamiento que se avecina.

Y esto no es solo para darle realismo, sino que lo necesitas para que tu audiencia pueda dimensionar la complejidad del problema y la importancia de la batalla en cuestión.

Etapa tres: La batalla

Por supuesto, no puedes tener un ambiente bélico sin enfrentamientos armados donde los cadáveres se amontonan y el balance de poder se mueve de un lado a otro.

Las batallas son los puntos de inflexión del conflicto, los que marcan el curso de la guerra y el estado del mundo.

A su vez, las batallas también son cruciales para avanzar los arcos de los personajes, exponerlos contra sus filosofías de vida y lograr que avancen (o se hundan) como seres humanos.

Obviamente, esto también debe suceder en las otras etapas, pero las batallas que carecen de este elemento pierden fuerza y relevancia, y se vuelven menos memorables, lo cual puede ser tu intención, claro está, porque puedes decidir mantener el enfoque en un conflicto secundario de los personajes (como hace Code Geass, por ejemplo), pero entonces debes asegurarte que ese conflicto secundario sea realmente interesante y urgente.

 Si logras manejar estas tres etapas de la manera correcta, la guerra se volverá un aspecto crucial para entender el mundo. ¡Así es como construyes un ambiente bélico?

¿Cómo explorar los daños psicológicos que deja la guerra?

Ahora, no tiene mucho sentido que nos clavemos en el ambiente si no pensamos hacer algo con él y los personajes. Aquí es donde los daños psicológicos que deja la guerra se vuelven una parte vital del relato y que nos ayudará a darle relevancia temática al conflicto.

La cuestión es que existe toda clase de problemas psicológicos que pueden despertar de la guerra, y sería imposible listarlos todos, además que no tendría sentido, porque lo que queremos no es crear una copia dramatizada de un diagnóstico médico, sino una reacción particular para un personaje particular.

Entonces, la clave aquí es tomar en consideración estos tres puntos que te compartiré.

Debes entender de dónde viene tu personaje

La reacción de tu personaje debe sentirse única, como que es algo que “me queda claro que le sucedería”. Obviamente va a haber un patrón que se asemeje a otros personajes, pero aún así habrán cosas distintas.

Por ejemplo, sus pesadillas no serán las mismas, su forma de luchar contra su debilidad será distinta, su forma de superarla también, así como su manera de interpretar la situación.

Un daño psicológico siempre debe ser algo que puede destruir a tu personaje, porque se mete en algo que es una verdadera debilidad para él y no puede superar fácilmente.

Entonces, para encontrar y explorar el daño psicológico más relevante para tu personaje, necesitas primero conocerlo a fondo y entender de dónde viene. Solo así serás capaz de construir un conflicto psicológico que realmente te ayude.

Una serie que hace esto a la perfección es Berserk. Si estás pensando en entrar de lleno en la construcción de un ambiente bélico, ¡esta serie es ideal para ti!

Debes poner en perspectiva los dos lados del conflicto

Si bien es cierto que en la literatura fantástica es muy común ver que exista un lado completamente bueno y otro completamente malo, esto no es una buena idea si quieres manejar conflictos psicológicos con tus personajes.

Por ejemplo, por mucho que ame el Señor de los Anillos, esa estructura narrativa no te servirá, porque no tiene sentido que Legolas o Aragorn se pregunten si está bien asesinar a doscientos orcos por enfrentamiento, porque sus enemigos son pura maldad y matarlos es casi un favor para ellos también.

Dicho esto, lo que entendió Tolkien es que de todas formas necesitaba explorar las motivaciones del lado contrario de la guerra, y de ahí se aferró para crear otra clase conflictos existenciales interesantes, como la desesperación que enfrenta el hombre cuando se le pone de cara contra una maldad que escapa su comprensión; la desesperación que da descubrir la futilidad de la valentía ante las sombras.

Es decir, si todavía quieres explorar una variedad más grande de daños y conflictos psicológicos, necesitas darle forma a las dos ideologías del conflicto, y quizás incluso a varias de las “subideologías” del relato, porque existen diversas razones para seguir una misma meta.

Algunos lo harán por sus familias, otros por la gloria, otros por la riqueza, etcétera. No es como que de un lado todos piensen igual, eso no sucede en la vida real y es importante enfrentar a los personajes contra esa realidad.

Debes unir esos daños psicológicos al arco del personaje

Ahora, un daño psicológico no sirve de nada si no está amarrado fuertemente al arco del personaje y tiene relevancia con él.

Si tu personaje está traumado porque asesinó inocentes, entonces su arco debe tener algo que ver con la redención o la expiación; si perdió a su familia cuando era niño, entonces debe tener algo que ver con reencontrar su lugar en el mundo; si comandó ejércitos antes de la derrota de su reino, entonces su arco tiene que estar relacionado con el dolor del fracaso.

Estos son ejemplos simples, obviamente, y puedes darle la vuelta como quieras, pero la idea no cambia: para que el daño psicológico realmente tenga relevancia narrativa, debe unirse al arco del personaje.

¡Y eso es todo! Espero que este artículo te haya dado todo lo que necesitas para construir un ambiente bélico creíble y poderoso.

Si tienes alguna duda o quisieras compartirme algo, ¡hazlo en los comentarios!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *