Teorías conspirativas en las historias: ¿cómo aprovecharlas?
Teorías conspirativas en las historias: ¿qué tienen de especial?
No sé ustedes, pero las teorías conspirativas siempre me han parecido al menos divertidas de escuchar. Por lo general, son bastante estúpidas y requieren muchos saltos de lógica para ser consistentes, pero al menos tiende a ser entretenido escucharlas.
Es por eso que no nos debería sorprender que los escritores han encontrado formas de meter este concepto en sus propias obras; aunque lo más interesante es analizar lo que han conseguido con eso.
Si quieres aprender más al respecto, ¡no pares de leer!
¿Qué son las teorías conspirativas?
Las teorías conspirativas, para aquellos que no estén familiarizados con el concepto, son versiones alternativas de acontecimientos de gran importancia que ponen en entredicho la veracidad e intenciones de grupos de poder, ya sean políticos, religiosos o sociales.
Algunas teorías conspirativas clásicas son:
- “La luna está hecha de queso”.
- “El hombre nunca ha viajado a la luna”.
- “Hay una raza de hombres lagartos que dominan el mundo”.
Podríamos mencionar cientos de ellas, pero creo que el punto se entiende. Dicho esto, aunque los ejemplos que puse puede hacer que parezca que todas las teorías conspirativas son estúpidas y ridículas, lo cierto es que de vez en cuando tienen mucho sentido y abren posibilidades interesantes.
Uno de los mejores ejemplos es quizá el asesinato de John F. Kennedy, un evento cuya versión oficial deja muchas dudas; mientras que la teoría conspirativa de que en realidad su muerte fue orquestada por otros individuos poderosos tiene más y más sentido a medida que investigas.
Y bueno… ni empecemos a hablar de todo lo acontecido con el escándalo de Jeffrey Epstein y su supuesto suicidio.
Por supuesto, el tema aquí es que, en la vida real, lo más probable es que la verdad de estos acontecimientos no se sepa jamás, por mucho que queramos descubrirla… y lo cierto es que eso es justamente uno de los puntos a favor que tienen estas teorías en las historias.
¿Cuál es su propósito?
Las teorías conspirativas en las historias tienen tres roles muy marcados:
Comedia
Aquí, la teoría conspirativa se utiliza con un fin humorístico, sin tener realmente ningún tipo de incidencia en la trama más que presentar la extraña forma de pensar de un personaje paranoico.
Seré honesto, no recuerdo muchos ejemplos porque este tipo de teorías conspirativas están diseñadas para no ser memorables; pero seguro entiendes a qué me refiero.
Despiste
Esta es una teoría conspirativa que tiene relevancia en la trama, muchas veces actuando incluso como una motivación importante para el personaje principal.
Un ejemplo lo vemos en Harry Potter y la Piedra Filosofal cuando Harry cree (y nos hace creer) que Snape está detrás de todo, pero en realidad se trataba de Quirrell y el mismísimo Voldemort.
La teoría está diseñada para sorprender a la audiencia y confundirla, de forma que no vea venir el plot twist final.
El reto de este tipo de teorías es que la teoría de despiste debe tener sentido con los hechos que acontecen A PESAR de ser mentira. Por ejemplo, en el caso de Harry, si este pensara que Snape está detrás de todo, pero solo porque le cae mal, no tendríamos una buena teoría de despiste. Es por algo que J.K Rowling puso pistas como el supuesto intento de asesinato en el partido de quidditch y la herida de Snape hecha por el cerbero.
Foreshadowing
La teoría conspirativa es completamente cierta y los personajes deben lidiar con lo que eso significa. En este caso, la teoría sirve para marcar las expectativas de la audiencia y prepararla para la revelación que viene.
Esto puede parecer algo negativo, pero en realidad puede ser muy útil para las historias que van a presentar un elemento muy extraño que puede romper la suspensión de la incredulidad de la audiencia si se introduce de forma abrupta.
Un ejemplo lo vemos en Stranger Things cuando se nos presenta la teoría conspirativa de que el centro comercial del pueblo es en realidad una fachada para una operación soviética en Estados Unidos.
Esto representa un salto tan drástico en comparación con lo que la historia ha trabajado hasta el momento que presentar a un personaje que lo cree y tiene “evidencias” para demostrarlo resulta muy útil para que el hecho sea más creíble.
Las teorías conspirativas siempre deben cumplir uno de estos roles, siendo los últimos dos los únicos con verdadera relevancia narrativa.
¿Qué debes tomar en cuenta al trabajar teorías conspirativas?
Puesto que el rol humorístico de las teorías conspirativas no tiene un verdadero propósito narrativo más que la construcción de personaje, lo que voy a decir a continuación solo aplica para el rol de despiste y de foreshadowing.
Si piensas trabajar estos tipos de teorías conspirativas, ¡presta atención!
Debe haber bases para las sospechas
Las teorías conspirativas siempre deben tener al menos algún tipo de soporte en la realidad, ya sea que estén equivocadas, parcialmente equivocadas o correctas.
Esto último lo menciono porque a muchos escritores se le olvida que el hecho de que una teoría sea cierta no es lo mismo a justificar las sospechas de los personajes. Aquí no sirve algo como una corazonada o un presentimiento. Debe existir algo más tangible, sino quieres que se convierta en una conveniencia narrativa.
Es importante construir bien las motivaciones del conspirador
Otra cosa que olvidan muy seguido los escritores al construir conspiraciones en su historia es que muy fácilmente se olvidan de que preparar y/o mantener una conspiración de gran escala requiere mucho esfuerzo.
Entonces la pregunta más importante es “¿qué rayos consiguen los conspiradores por sus molestias?”. Esto puede parecer obvio, pero te sorprenderías de lo raro que es. De hecho, por lo general las motivaciones no se manejan en lo absoluto, reduciéndose casi siempre a “dinero” o “evitar pánico”.
Un ejemplo de una teoría conspirativa ridícula lo vemos en la película de Moonfall, donde se nos introduce la idea de que la NASA sabe que la luna es una megaestructura en la que habita una peligrosa entidad alienígena, pero no le dice a nadie porque… bueno, no creo que siquiera se molestan en dar una razón.
El problema de esto es que le quita realismo a la construcción de mundo. ¿Por qué? Bueno, piénsalo. Eres el jefe de la NASA y estás muy contento porque mandaste otra misión al espacio con tres de tus mejores astronautas. Al volver, resulta que ves un video en el que sale un alienígena que asesina a uno de tus hombres y luego se esconde en la luna.
Si eso te pasa, ¿qué haces? ¿Escondes el video y ya? ¿Dejas de investigar porque no te da el presupuesto para financiar la investigación? Quizás no lo harías público, por supuesto, ¿pero no hablarías inmediatamente con el presidente y ministro de Defensa y te aseguras que se invierten los recursos necesarios para lidiar con esta terrible y misteriosa amenaza? ¿Podrías volver a dormir algún día?
Lo que sucede es que muchos de los que siguen o promueven teorías conspirativas se olvidan de que los que conspiran también son PERSONAS. No son conceptos abstractos como el SISTEMA o el “1%”. Son personas con motivaciones, deseos y aspiraciones.
Si con algo puedes contar, es que estas personas, en el peor de los casos, están buscando su propio beneficio y, en el caso de las historias, es tu trabajo como escritor que eso se refleje en la narrativa.
El fin del mundo no beneficia a nadie, especialmente en el contexto de Moonfall.
El descubrimiento debe formar parte del arco del personaje principal
Otro tema importante es que las teorías conspirativas deben estar relacionadas con el arco del personaje o, de lo contrario, pierden muchísima relevancia narrativa.
¿Por qué? Bueno, por la simple razón de que si vas a hacer que el personaje principal siga una teoría conspirativa, no atarla a su arco impedirá que el clímax (es decir, la revelación final) y su desarrollo de personaje estén conectados, lo que disminuirá drásticamente su impacto.
Volviendo al caso de Harry Potter, aunque la teoría conspirativa es buena para sorprender a la audiencia, hace muy poco por Harry quien realmente tenía un arco más cercano a encontrar su lugar en el mundo, a encontrar a la familia que nunca ha tenido y siempre quiso.
Sin embargo, la teoría conspirativa tiene más que ver con sacar conclusiones apresuradas o caer en el prejuicio. La separación entre esos conceptos es parte de la razón por la que Harry (al menos en ese libro) se siente como un protagonista decente, pero nada del otro mundo.
¡Y con eso acabamos! Espero que este contenido te haya resultado interesante. Si fue así y quieres leer otros parecidos, este contenido sobre cómo crear tensión en una obra puede gustarte. ¡Échale un ojo!