¿Cómo construir una civilización en tu historia?

¿Cómo construir una civilización en tu historia?

¿Cómo construir una civilización en tu historia y hacerla creíble?

En este blog hemos hablado mucho sobre la construcción de mundos fantásticos y tocado el tema sobre cómo funciona una civilización en una historia, pero hoy quiero que profundicemos mucho más sobre esto último.

Después de todo, la construcción de mundo, en muchas ocasiones, pasa por desarrollar varias civilizaciones de distintos tamaños que conviven entre sí y, por ende, estamos hablando de una parte crucial de la elaboración de historias, especialmente aquellas del género fantástico.

Si estás pensando en escribir una novela de este estilo o simplemente quieres aprender más al respecto, ¡estás en el lugar indicado!

¿A qué me refiero con “civilización”?

Antes de arrancar, quiero que definamos bien a qué me refiero con “civilización”.

Una rápida vuelta por la RAE nos dice que civilización se define como un conjunto de costumbres, ideas, creencias cultura y conocimientos científicos y técnicos que caracterizan a un grupo humano en un momento de su evolución.

Esto es importante saberlo porque muchas personas creen que hablar de civilización es forzosamente hablar de grandes ciudades con avances tecnológicos, cuando en realidad una tribu indígena también califica como una civilización.

Si eso es así, ¿qué separa a una civilización de un simple grupo de personas? Pues, la idiosincrasia; los elementos de la cultura que comparten a grandes rasgos y que les dan una identidad. Esa identidad puede tener distintos nombres que pueden o no ir atados a la raza, las características fisiológicas, el país de proveniencia o lo que sea.

Lo importante es que esa unidad se vea reflejada en la forma en que los construyes y representas en la narrativa.

¿Cuál es la importancia de saber construir la cultura de las civilizaciones de tu obra?

La respuesta aquí es simple: no es solo importante construir la cultura de las civilizaciones de tu obra, sino que construir la cultura ES LO MISMO A CONSTRUIR LA CIVILIZACIÓN EN SÍ.

Si no construyes esto, no tienes una civilización, o por lo menos no tienes una que esté viva y tenga verdadero valor narrativo.

Dicho esto, obviamente también es importante construirla BIEN, que la cultura tenga sentido y que sea consistente de principio a fin.

¿Cómo se construye una civilización que se sienta viva?

Entonces, ahora la pregunta que hay que responder es cómo se construye de forma correcta una civilización que se sienta viva y rica.

La buena noticia es que, a diferencia de la gran mayoría de elementos de una historia, las civilizaciones tienen una guía muy clara que explica cómo se debe construir paso a paso. ¡Deja que te la comparta!

1. Creencias, religión e ideología

El primer paso para construir una civilización es desarrollar sus creencias, su religión y/o las ideologías que pueden dictar la forma en que los individuos del grupo piensan.

Por supuesto, antes de continuar, debemos diferenciar lo que es una religión y lo que es una ideología.

La religión es un sistema de creencias y valores que marcan tanto la relación de las personas con el concepto de lo divino como con su propia brújula moral. En sí, las religiones buscan interpretar cómo es que las personas deben actuar e interactuar con el mundo.

Las religiones son complejas e idiosincrásicas y por lo general se fundamentan en una historia o serie de historias que explican simbólicamente los preceptos filosóficos de la creencia.

Las ideologías, por su parte, son movimientos filosóficos basados en una interpretación del mundo de la que se desprenden otras ideas subordinadas.

Las ideologías son simples, directas y absolutistas, no hay lugar para la idiosincrasia porque la idea central no lo permite. Por ejemplo, si dices “el mundo se compone de una clase de élite que somete a la clase pobre”, no puedes decir que la clase élite es necesaria y útil; ni tampoco puedes aceptar que la clase élite es cambiante y que una persona pobre puede aspirar a ella.

Si lo haces, la ideología se rompe y deja de tener sentido porque se revela que la idea de la que parte está, cuando menos, incompleta.

Un ejemplo que creo que cualquiera puede entender es el siguiente:

  • La creencia de seguir los mandamientos de Jesús y utilizar la Biblia como una guía básica de comportamiento moral, se podría decir que es la esencia del cristianismo como religión.
  • La idea de que la Biblia NO es un escrito simbólico, sino un texto que debe interpretarse de forma literal SIEMPRE, es una ideología que se conoce como “fundamentalismo”.

Lo primero es algo complejo e idiosincrásico, mientras que lo segundo es superficial y absolutista.

Por supuesto, ambas pueden estar equivocadas, el tema es que la ideología SIEMPRE estará, al menos, parcialmente equivocada.

Por supuesto, es posible construir una civilización sin un componente religioso propiamente dicho, en cuyo caso les llamaremos simplemente “creencias”.

Un ejemplo muy claro lo vemos en La Comarca de Tolkien, una civilización que no parece adorar figuras divinas ni tener algún tipo de estructura religiosa, pero que claramente tiene un set de creencias morales y culturales que la rigen, como el amor por la tranquilidad, lo cotidiano y el hogar.

A los hobbits, en general, no les gustan las aventuras ni los hechos inesperados, ni tampoco los grandes conflictos del mundo. Ellos están contentos con una vida simple y honesta, que se deleita en los pequeños placeres.

Por otro lado, tenemos una civilización como la Persa en 300, que tiene una ideología centrada en que el mundo está sometido a los designios de Xerxes, un dios sobre la tierra. Eso significa que Xerxes nunca se equivoca, que es invencible, que todo lo que se propone debe conseguirlo y que no es un mortal que puede sangrar como el resto.

Es por esto que, cuando Leónidas logra herirlo y humillarlo con solo 300 hombres, empieza la caída de la civilización Persa, que no contaba con una fundación fuerte sino ideológica (a pesar de que la ideología tenía bases divinas).

En el lado religioso podemos hablar de Ishval de Full Metal Alchemist, una cultura que está definida por su adoración al dios de la tierra a Ishvala. Sin embargo, explicar qué significa esto es muy complicado, porque la religión es idiosincrásica y las creencias no se explican con una línea o idea central, sino con un conjunto de ideas, comportamientos y costumbres.

Para resumir, la civilización que construyes debe tener uno de estos elementos en su núcleo, uno que actúe como base para establecer los puntos en común que unen a los distintos individuos que forman el grupo.

¡Es lo primero que necesitas para empezar!

2. Facciones

Por supuesto, independientemente de la creencia central de una civilización, lo más normal es que surjan distintas interpretaciones de la misma que hacen que, por mucho que haya puntos en común entre los individuos, nazcan diferencias que creen conflictos entre ellos.

Esas diferencias inevitablemente harán que la civilización se separe en facciones, cada una empujando su propia motivación y afectando el balance de poder e influencia de la civilización constantemente.

Estas facciones son las que te ayudarán a crear complejidad en la civilización y generar conflictos narrativos interesantes como vemos en Arcane en la ciudad de Piltover donde hay muchas facciones persiguiendo sus propias metas.

Dicho esto, es perfectamente factible que construyas una civilización que no está separada en facciones. Esto, de hecho, es lo más común en historias que contienen varias civilizaciones, ya que es mucho más complicado trabajar las distintas facciones de una civilización cuando debes trabajar otras al mismo tiempo.

Lo importante es que en ese caso entiendas qué es lo que esa “facción única” quiere y busca.

3. Tecnología, recursos y arquitectura

Quizás te preguntes por qué estoy dejando la tecnología, recursos y arquitectura después de la creación de facciones, tal vez pienses que es mejor definir esto y luego irte con las facciones.

Lo cierto es que el funcionamiento de las facciones afectará la tecnología y los recursos a los que tienen acceso y también la forma en que construyen el mundo que los rodea.

Dicho esto, lo cierto es que esta parte de la construcción de civilizaciones es sobre la que menos tips específicos te puedo dar más que el que ya te dije: haz que la tecnología, recursos y arquitectura tengan sentido según su situación en el mundo y su sistema de creencias.

Por ejemplo, en Avatar: La Leyenda de Aang, hay una facción de la nación del fuego que considera que el fuego no debe utilizarse para la guerra, sino que es algo que da vida. Después de ver la persecución que la nación hizo a los dragones, esta facción se escondió del mundo para proteger a los últimos dos dragones que quedaban.

Por lo tanto, son una facción de la que muy pocos saben, que vive de forma primitiva en comparación con el resto del país y que está acostumbrada a vivir entre ruinas. No tiene influencia en la política ni tampoco muchos recursos de los que hacer alarde; pero eso no le importa en lo absoluto a los individuos que la conforman porque no es eso lo que buscan, sino cuidar la esencia del fuego que consideran que se ha perdido.

A su vez, también debes tomar en cuenta los avances tecnológicos que la civilización priorizaría. Por ejemplo, una ciudad bajo el agua probablemente estaría muy avanzada en cuanto al traslado bajo el mar, la creación de edificios a prueba de agua y la pesca, y el uso de la energía hidráulica; pero sería ignorante en temas de traslado terrestre y aéreo, y la cacería regular.

Tal vez sus armas estén diseñadas para disparar proyectiles que se mueven muy bien bajo el agua, pero que no son efectivos si se disparan fuera de ella.

Pero esto debe llegar después de que defines POR QUÉ están en el agua para empezar.

4. Situación política y social

Ahora que tienes tu civilización con sus creencias, sus facciones, su tecnología y sus recursos, es hora de que pienses cómo su identidad choca con las otras civilizaciones de tu mundo o cómo se desarrolla internamente.

La ventaja de hacer esto al final es que te permitirá entender mucho mejor los elementos que les harían pelearse:

Quizás es un tema ideológico entre dos perspectivas que no pueden coexistir; algo como una facción que cree en la esclavitud y otra que la detesta.

Quizás es un tema tecnológico que hace que dos facciones estén muy interesadas en aprender de la otra y por eso quieren aliarse.

Tal vez es un tema de recursos porque una facción ha dedicado décadas a la acumulación de un recurso particular que súbitamente tiene mucho valor y ahora otros grupos lo quieren también.

Puede incluso ser un tema racial, donde una facción está compuesta por refugiados de una guerra que no son nada queridos por los habitantes del país al que llegaron.

A medida que desarrolles las creencias y la forma de pensar de tu civilización, será mucho más sencillo que crees estos tipos de conflictos y los hagas formar parte de la narrativa.

¡Y con eso llegamos al final! Espero que este artículo te haya resultado útil.

Si fue así o no, ¡asegúrate de decírmelo en los comentarios!

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