Desencantada: Disney no tiene vergüenza

Desencantada: Disney no tiene vergüenza

Desencantada: el que quedó “desencantado” fui yo

Quisiera poder compartirte la cara que se me quedó cuando abrí Disney+ y vi que aparentemente sacaron una secuela de Encantada llamada, sorprendentemente, Desencantada.

Siendo un gran fan de la primera película, la verdad es que tenía mis dudas, principalmente porque no veía por dónde alguien podría avanzar una historia que estaba más que concluida.

Lo cierto es que Desencantada es una de las peores secuelas que Disney ha sacado en muchísimo tiempo hasta el punto que de verdad me pregunto qué rayos estaban pensando (o si pensaron en lo absoluto durante) la producción de esta película.

Como ya perdí dos horas de mi vida, pensé que al menos sacaría un artículo al respecto para que tú no tengas que hacerlo. ¡Espero que te sirva de algo!

Sinopsis de Desencantada

Desencantada nos lleva unos nueve años después de los eventos de la primera película. Giselle, estando un poco frustrada con Nueva York al ver que no era un lugar de cuento de hadas, convence a su esposo para mudarse a los suburbios, una decisión que su hijastra, ya una adolescente, no aprecia en lo absoluto.

Giselle también tiene un bebé a quien los reyes de Andalasia le regalan una varita mágica capaz de conceder deseos. Giselle utiliza esta varita para pedir que el mundo real se convierta en un cuento de hadas.

El problema es que Giselle, siendo una madrastra, empieza a hacerse malvada y apenas hay tiempo para romper el hechizo y devolver todo a la normalidad.

¿Te la recomiendo?

En lo absoluto, especialmente si te gustó la primera película. Esta es una de esas secuelas tan malas que te arruinan lo que vino antes porque rompen a los personajes y matan una buena parte de la magia que te enamoró en su momento.

Desencantada es una película sin alma, aburrida, sin ninguna profundidad temática y una trama muy mal trabajada.

Los mismos actores parecen estar aburridos con sus papeles y apenas le ponen cariño a sus interpretaciones; ni siquiera Amy Adams se salva de esto a pesar de que es una gran actriz.

Hay tan poca pasión en este proyecto que de verdad te preguntas quién decidió que sería buena idea empezarlo, especialmente considerando que Encantada, aunque es una buena película, está muy lejos de ser uno de los grandes nombres de Disney. ¿Para qué revivir una película que ni tiene la estructura para tener secuelas ni tampoco tiene los ingredientes para ser un éxito comercial?

No pierdas tu tiempo como lo hicieron los creadores, los actores y todas las personas que ya vieron esta secuela.

Fortalezas y debilidades de Desencantada

Como tiende a ser tradición en este blog, te compartiré una lista de fortalezas y debilidades de la película sin caer en spoilers… pero vaya que aquí esta dinámica no tiene mucho chiste.

De todas formas, aquí vamos.

A favor: Es… colorida

Ya… eso es todo lo positivo que puedo pensar sobre esta película. No veo otra cosa medianamente rescatable porque hasta los efectos especiales son mediocres.

En contra: es muy aburrida

La película de Encantada no es perfecta ni tampoco es una obra maestra, pero creo que algo que se puede decir sin temor a equivocarse es que era extremadamente entretenida.

La premisa era bastante fresca en su momento y la comedia se aprovechaba de manera brillante de una subversión de expectativas constante que parodiaba la identidad de los cuentos de hadas sin quitarles su magia, sino reinterpretándola.

Desencantada no solo tiene una trama de menor calidad, sino que es mucho menos entretenida, con un humor poco imaginativo y tonto, y una inmensa cantidad de canciones que no hacen más que alargar la película sin aportarle absolutamente nada.

Incluso si viste hace muchos años Encantada, te apuesto que todavía suena en tu cabeza el “Cómo sabrá que la amas”, pero con esta te costará recordar una sola canción a pesar de que hay muchísimas más.

La trama avanza muy lento y muy pocas cosas ocurren para el final de la historia, donde literalmente nada se perdió o se ganó para el final.

En contra: esta película no tiene una razón para existir

Analizando la película desde el punto de vista narrativo, el principal problema de Desencantada es que no tiene ninguna razón para existir.

La trama se centra en el hecho de que el “felices para siempre” no existe en realidad y que Giselle, a pesar de haberse casado con su príncipe, todavía tiene que navegar la complejidad de la vida; que no todo se acaba cuando se llega a la boda…

El problema es que esto es EXACTAMENTE lo que se exploraba en la primera película, excepto que aquí aparece con muchísima más superficialidad, porque Encantada al menos trataba de encontrar un punto medio entre la fantasía de Giselle y el cinismo de su interés romántico, Robert.

En la uno, Giselle aprende a ser menos ingenua y a entender que el mundo es mucho más complejo de lo que aparenta, mientras que Robert aprende que creer en el amor es una magia más poderosa y real de lo que la razón puede indicar.

Este arco ya lo vivieron los personajes… así que es incomprensible ver a Giselle batallar con un concepto que asimiló tan bien en la primera película que al final DECIDIÓ renunciar a su mundo de cuento de hadas para vivir en el mundo real.

Es una historia hermosa de crecimiento y madurez que la secuela intenta replicar de una forma patética y sin vida, pero el tema es que incluso si lo hubiera logrado con éxito, no sería más que una copia barata de la original.

Entonces, pregunto de nuevo, ¿para qué rayos hicieron esta película?

En contra: tiene muchas conveniencias narrativas

Ya he mencionado varias veces que la trama es deficiente, pero quiero que quede claro que esto no se debe únicamente a un tema de pacing o mala construcción de personajes (algo de lo que también sufre), sino que los escritores ni siquiera se molestaron con evitar las conveniencias narrativas.

Eso es llamativo porque no creas que esta trama es compleja en lo absoluto; no, más simple no podría ser, y aún así fue hecha con tan poco esfuerzo y calidad narrativa que muchos de los puntos más importantes de la historia giran en torno a una conveniencia narrativa.

No quiero dar spoilers, pero sí te compartiré un ejemplo. En un punto de la historia, un personaje roba algo que es bastante importante para la historia… por suerte, justo antes de salir se le cae un arete de su oreja que, aparentemente, permite que otro personaje descubra lo que ocurrió.

Esto no es solo extremadamente cliché, sino que ni siquiera está bien construido, porque en ningún momento se resaltó dicho arete o por lo menos se establecieron las bases para que resultara creíble que el otro personaje supiera a quien pertenece.

Este es solo un ejemplo… la película está plagada de estas conveniencias y todas son cruciales para la historia.

Muy en contra: pésimos personajes

Encantada es una película que brilla por sus personajes, haciendo un contraste genial entre las personalidades aterrizadas y ordinarias de los personajes de nuestro mundo y la actitud infantil y sobreactuada de los habitantes de los cuentos de hadas.

Estas interacciones se prestaban para muchas situaciones divertidas y ocurrentes que hacían que la película fuera extremadamente memorable.

Los escritores de Desencantada parece que ni siquiera se dieron cuenta de este hecho y decidieron construir una historia que le roba por completo todo sentido de personalidad a sus personajes. Ahora todos son Giselle, perdidos en un mundo de fantasía sin tener un arco al que amarrarse ni algo interesante que ofrecer a la historia.

Podría hablar sobre cómo Robert pasa de ser el “príncipe” de la historia a un personaje sin ninguna relevancia o sobre lo unidimensional que es la villana de esta historia, pero donde más se nota esta falta de cariño por los personajes es con Giselle.

La película entera nace de un conflicto que no va en lo absoluto con el personaje de Giselle, especialmente cuando nos damos cuenta que no ha progresado como personaje a pesar de tener casi una década en nuestro mundo.

La hermosa y dulce Giselle, la que le cantaba a las ratas y cucarachas de Nueva York para que le hicieran un vestido con cortinas, pues, resulta que está frustrada porque tener un bebé “es muy difícil” y no vive en un castillo como soñó…

Esta es una doble traición al personaje de Giselle, ya que simultáneamente le roba el crecimiento que vivió en la primera película (que le permitía comprender que el mundo no es un cuento de hadas) y su personalidad mágica y atractiva (la que le permite ver la magia en los lugares más insospechados y le ayudó rescatar el alma de Robert).

Giselle, por mucho que no pudiera dormir por su bebé, sería la más feliz del mundo haciendo esto (y cualquier otra cosa). Justo lo que ella le enseña a Robert es a no quedarse con el aspecto más mundano de las cosas, sino a ver un poco más allá y valorarlas por el regalo que son.

El crecimiento de Giselle en la primera película fue su “felices para siempre”, algo que los escritores no entienden que no significa “literalmente, estarás sonriendo hasta que te mueras”, sino que SIEMPRE ha significado algo más parecido a “ahora tienes las herramientas para combatir la miseria y tener una vida plena y llena de significado”.

Aparte, la Giselle villana es todavía más aburrida porque viene a partir de un hechizo mágico que la obliga a comportarse así… ni siquiera nos pudieron dar una trama en la que Giselle, tratando de hacer el bien, termina haciendo cosas malas por una ceguera moral.

Desencantada no solo no tiene nada que ofrecer, sino que activamente resta a la experiencia que tuviste con Encantada.

Es una película extremadamente deficiente que no tiene ninguna razón para existir.

¡Y ya con eso acabamos! Si estás buscando una historia genial dado que Desencantada no es lo que esperabas, puede que esta lista de clásicos de la literatura te sirva. ¡No te lo pierdas!

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