La rivalidad como herramienta narrativa: ¿para qué sirve?
La rivalidad como herramienta narrativa: ¿para qué sirve?
Existen muchas clases de interacciones entre personajes que le dan sabor a una historia. Algunas giran en torno al romance, otras se crean a partir de la traición, pero algunas de las más poderosas es la rivalidad.
Algunas de las historias más emocionantes y dramáticas, como Romeo y Julieta (Capuletos vs Montescos) o Matrix (Neo vs Smith), utilizan este elemento con gran efecto, y es por eso que creo que vale la pena que hablemos de cómo la dinámica entre rivales se construye y cuál es su propósito.
¡No dejes de leer!
¿Qué es una “rivalidad”?
Conceptualmente, una rivalidad es un enfrentamiento entre dos personajes que apuntan por un mismo objetivo. Por supuesto, en las historias, este objetivo no tiene que ser necesariamente el mismo desde el punto de vista de la trama, pero tiene que tener sentido temáticamente.
Por ejemplo, en el caso de Naruto y Sasuke (una de las rivalidades más famosas del anime) su lucha giraba en torno a la familia. Sasuke quería recomponer el daño hecho a la suya, y Naruto quería proteger la que había construido.
Desde el punto de vista de la trama, no es el mismo objetivo, porque uno buscaba crear vínculos y el otro romperlos, pero el elemento central es el mismo.
Esto también puedes verlo en el enfrentamiento entre Dante y Vergil en Devil May Cry 3, una rivalidad tan poderosa e impactante que prácticamente inspiró a todos los juegos de Hack N’ Slash que vinieron después.
Al final del día, Dante y Vergil peleaban para alejarse del pasado que su padre, el legendario demonio Sparda, les había impuesto, y que les había arrebatado a su madre humana.
De hecho, Dante, al inicio del juego, no tiene una meta clara, y es por eso que no está al nivel de Vergil, quien no solo está seguro de lo que quiere, sino que entiende a la perfección cómo conseguirlo.
Es a través del crecimiento de Dante como personaje y el desarrollo de su propia razón para luchar que la rivalidad aumenta hasta que llega un punto climático en la última misión.
En este punto es cuando la temática se abre a los ojos del espectador y puedes ver claramente que los dos hermanos están luchando la misma batalla, pero desde distintos ángulos:
Vergil rechaza su lado humano porque cree que lo hace débil, y desea encontrar refugio en el poder que su lado demoníaco le ofrece.
Dante, por su parte, abraza su lado humano y es capaz de aceptar el legado de su padre y usarlo para proteger aquellos que quiere.
Ambos buscan superar sus traumas a su manera, y la búsqueda de uno se enfrenta con la del otro, porque Vergil no puede considerarse un verdadero demonio mientras tenga a su hermano y Dante no puede proteger lo que quiere si no derrota a Vergil.
Es este drama lo que permite que la historia se eleve, ponga la lucha de los personajes a un nivel sumamente cercano a la audiencia y logra que la tensión se mantenga a lo largo del relato.
¿Para qué sirve?
Por supuesto, sería muy superficial creer que una rivalidad solamente sirve para subir la tensión y el drama de una historia. Eso lo puede hacer, pero no es su fin principal.
La razón por la que te conviene introducir una rivalidad en tu historia es porque te permitirá explorar a tus personajes en un ambiente mucho más tenso y extremo, donde puedes llevarlos a los puntos más bajos y rudos de su ser y filosofía de vida, al mismo tiempo que trabajas a profundidad la temática de la historia y avanzas los arcos de los personajes.
¡Suena increíble! ¿No lo crees? Bueno, es por esa razón que la rivalidad sucede a menudo en las historias de acción o los animes shonen, porque es una forma muy práctica de incluir elementos narrativos sin que el ritmo de la historia tenga que alentarse.
De hecho, ¡este es un truco genial para que las escenas de acción cobren mayor relevancia narrativa!
¿Necesitas que sea siempre entre villano y héroe?
Si piensas en muchas de las rivalidades de las historias más famosas, como Luke vs Darth Vader o Harry Potter vs Draco Malfoy, quizás pienses que una rivalidad siempre tiene que tener lugar entre un villano y un héroe, pero ese no es el caso.
¡Y menos mal! Sería muy aburrido que eso fuera así.
Volvamos rápidamente a la definición de rivalidad narrativa: enfrentamiento entre dos personajes que apuntan por un mismo objetivo.
No hay nada ahí que especifique que “uno de los dos tiene que ser el malo”. De hecho, en una buena rivalidad las dos partes deben tener razones de peso para hacer lo que hacen. No necesitan ser cosas con las que la audiencia esté de acuerdo, pero tienen que estar presentes.
Mientras haya un conflicto poderoso entre los personajes y tengan algo en común, tienes lo mínimo necesario para construir una rivalidad.
Elementos que necesitas para construirla
Ahora que sabemos lo que es este concepto, su importancia y otras particularidades, es hora de hablar a fondo sobre los elementos que la componen. Procura prestar mucha atención porque necesitas que cada uno de ellos esté presente.
¡Sigue leyendo!
Un potencial de poder equitativo
Una de las mejores rutas narrativas que puedes tomar para darle peso a la rivalidad, es amarrar el crecimiento de poder de una de las partes (o las dos) con sus arcos de personaje.
Esto es algo que Dragon Ball hace, generalmente, muy bien y es por eso que el enfrentamiento Vegeta-Goku es tan icónico e interesante, porque Goku pasó de ser infinitamente más débil que Vegeta, a superarlo por completo.
El truco ahí está en el potencial de los dos personajes. No importa que uno inicie siendo más fuerte o débil; lo importante es que tenga las competencias necesarias para estar al mismo nivel que su contraparte en el punto climático de la historia.
Es por eso que Kylo nunca se sintió como un rival para Rey en la nueva trilogía de Star Wars, porque desde el inicio, cuando Rey era puro potencial, fue capaz de derrotarlo.
Eso no solo le quitó todo el peso narrativo y dramático a Kylo como rival y villano, sino que también afectó negativamente a Rey, porque inició en un punto de poder tan alto en la historia, que su crecimiento se sintió minúsculo a lo largo de las tres películas.
Kylo jamás podría aspirar a derrotar a una chica que, a pesar de todos los años que él entrenó, fue capaz de vencerlo la primera vez que tomaba un sable de luz. Desde ahí queda claro que Kylo no está al nivel de Rey, y eso lo anula como rival, por mucho que los escritores trataron una y otra vez de reavivar esa relación.
Un fin en común para los personajes
Esto ya lo discutimos antes, pero ahora me gustaría explayarme un poco más sobre lo que constituye “ese fin común”.
Se vale que trates de darle una forma literal, como “ser el mejor X del mundo”, “llegar primero a X lugar” o “convertirme en Hokage”, pero esto es solo la excusa, y tendrá poco peso si no le atinas a la batalla más profunda de tus personajes.
El fin del personaje no es la meta de la trama; es la relación que este guarda con la temática de la historia.
Volviendo al ejemplo de Vergil y Dante, la temática de Devil May Cry 3 gira en torno a la importancia de superar los traumas familiares.
En este caso, los rivales se relacionan con la temática porque ambos tienen traumas que son, en esencia, el mismo: la muerte de su madre (Lady también, de hecho, y justo esa relación es la que la hace un personaje secundario tan memorable).
Es decir, que Dante y Vergil peleen al final por la espada de Sparda y el amuleto de su madre es completamente irrelevante. Bueno, como símbolo tiene valor, claro está, pero no es lo que le da verdadero poder al clímax, sino el hecho de que el ganador es quien tendrá acceso a la resolución de su conflicto interno.
Nota: también es posible que el héroe le extienda esa resolución al perdedor, pero no es una obligación. De hecho, incluso si la ofrece, el otro la puede rechazar.
Explorar a fondo ambos personajes
Este es uno de los aspectos más difíciles de crear una buena rivalidad, porque no todos los formatos de narración te permiten darle una cantidad equitativa de tiempo a dos personajes, por muy principales que sean.
Si tu historia se cuenta en una sola perspectiva, como Harry Potter, por ejemplo, no podrás realmente salirte del arco de Harry para meterte en el de Draco Malfoy. Es por eso que esta rivalidad perdió peso a medida que los libros avanzaban y, aunque es famosa, pocos la considerarían una rivalidad poderosa.
Esto no significa que sea imposible lograrlo con un narrador limitado, ese no es mi punto. Mi punto es que NECESITAS encontrar una manera de que ambos personajes queden explorados a fondo y puedas darle verdadera forma al arco de los dos.
Esa es la única manera que quede clara la relación que tienen sus arcos con la temática y, por lo tanto, entre sí.
Genera un conflicto creciente
No te servirá de nada introducir rivales si no les das la oportunidad de ponerse uno contra el otro, en un conflicto que se sienta importante en la trama.
Dicho esto, no cometas el error de hacerlos pelear con todo desde el inicio (a menos que planees recontextualizar su enfrentamiento con flashbacks), porque eso te llevará directamente al pay off, y esto tendrá muy poco valor sin el build up necesario.
Es por eso que la rivalidad entre Madara y el Primer Hokage no se sintió real hasta que entendimos todo su pasado, porque no comprendimos todos los elementos que los llevaron a su fatídica lucha final.
Para que una rivalidad se sienta intensa y memorable, necesitas construirla poco a poco, creando una relación entre los personajes que los obliga a mejorar constantemente para no quedarse atrás de su contrincante.
Ponlos a prueba una y otra vez, a medida que das forma a sus arcos y cada uno crece en sabiduría y poder, y entonces, cuando ambos estén en su mejor momento, construye el enfrentamiento final.
Dicho de otra forma, una rivalidad no es algo que creas a la apurada, sino un hilo narrativo que necesitas desarrollar metódicamente, volviéndolo una parte de la historia que incrementa constantemente en importancia dramática.
¡Y eso es todo! Ahora ya sabes cómo construir una rivalidad narrativa increíble.
Si todavía tienes dudas, ¡déjame un comentario! ¡Respondo todo lo que me llega!
Estoy empezando una historia, tengo todos los personales y sus historias detrás de cada uno para ir incluyendolos. Pero se me dificulta combinar el aspecto familiar con algo de mafia.
No logro darle una buena trama a la rivalidad de dos personajes, cuando ambos tienen el mismo estatus social.
Hola! Llegue de casualidad aqui (y aparentemente bastante tarde) ,pero me interesó mucho el artículo.
Estoy empezando a dirigir una partida de calabozos y dragones, tengo un personaje que quiero hacer rival del grupo, pero como hago para crear un rival de 4 personajes al mismo tiempo? Intento que los objetivos de mis 4 PJ’s sean el mismo para poder enfrentarlo al del rival? O sería más sencillo que se convierta en el rival de solamente uno de ellos?
Gracias de antemano! Saludos
¡Hola, Jaime! La mejor forma de crear la rivalidad en ese contexto sería primero crear una conexión positiva con el personaje y luego invertirla.
Por ejemplo, podrías hacer que los personajes se topen con este rival varias veces, pero que de entrada parezca alguien transparente, sincero y bueno, quizás incluso dándoles ítems poderosos y geniales.
Luego, cuando menos se lo esperan, revelas que en realidad los estuvo engañando con algún fin nefasto y tal vez incluso mencionas que los ítems estaban malditos y los efectos positios que tenían ahora son intercambiados por otros extremadamente negativos.
Creo que esa sería una buena forma de producir una rivalidad interesante para una campaña de tabletop.
¡Espero te sirva!
¡Gracias!, que bueno que estés bien.
jefs creo que funciono
¡Genial! ¡Si vuelves a ver el mismo problema, avísame! ¡Gracias por tu ayuda Ikki!
¡Hola Jefs! Puedo preguntarte, hablaras en el futuro de cómo hacer un arco de redención.
Por cierto, espero que estés bien, por lo del coronavirus y todo eso.
¡Hola, Edward!
¡Todo bien gracias a Dios! Igual te deseo que tú y tu familia estén bien ^^.
De hecho, justamente ese tema lo tenía pautado para escribir el artículo esta semana. Eso sí, probablemente tarde un poco en salir porque quedará de último en la cola 🙂