La traición como elemento narrativo: ¿cómo construirla?

La traición como elemento narrativo: ¿cómo construirla?

La traición como elemento narrativo: ¿cómo construirla?

La traición es uno de los recursos más recurrentes de las historias, pero eso no significa que construirla sea sencillo ni mucho menos.

De hecho, justamente porque es tan frecuente, lo normal es que los lectores la esperen o los escritores se sientan en la necesidad de incluirla solo porque sí, y eso le quita fuerza narrativa y, en algunos casos, incluso puede ser un elemento dañino para nuestra obra.

Si quieres evitar que eso te suceda, necesitas conocer a fondo este elemento. ¡Hazlo con este artículo!

¿Qué es la traición?

La traición es la ruptura de una promesa hecha por un personaje ya sea explícita o implícitamente.

Este elemento es más doloroso mientras mayor sea la estima que uno de los personajes tiene por el otro, puesto que, por lo general, esto se traduce en que la audiencia siente algo parecido por el traidor.

Es algo que cambia los planes del traicionado y pone en duda su inteligencia y su juicio de carácter. Incluso, en ocasiones, puede destrozar por completo la visión que tiene de sí mismo y los demás.

¿Por qué es tan poderosa como elemento narrativo?

Narrativamente hablando, uno de los aspectos más poderosos de la traición es que invierte el significado de los símbolos y abre nuevas rutas dramáticas para los personajes.

Edmundo Dantés y Fernando empiezan la historia como amigos, pero la traición de este último los convierte en enemigos acérrimos.

Darth Vader y Luke primero quieren asesinarse mutuamente, pero la traición de Anakin al emperador hace renacer su relación de padre e hijo y permite que uno de los seres más crueles del universo se redima.

Gollum había crecido como personaje y se había alejado cada vez más de la oscuridad, pero su traición a Frodo termina por sepultar a su alma, y los símbolos de su historia, que antes apuntaban a la redención, ahora muestran un mensaje más oscuro: existen aquellos que realmente no tienen forma de escaparse de las garras de la maldad.

La traición es genial para crear relaciones complejas entre personajes y añadir peso dramático al conflicto. ¡Es por eso que le da tanto sabor a una historia y es un elemento narrativo tan poderoso!

Elementos que necesita para tener valor

Por supuesto, está claro que hay traiciones icónicas y otras un poco aburridas o simplemente ridículas. La diferencia está en los elementos que manejó el autor, ¡y justamente de eso hablaremos a continuación!

Una fuerte relación entre traicionado y traidor

Lo primero que necesitas es que la relación entre el traicionado y el traidor esté bien establecida. Mientras más fuerte sea este vínculo, más desgarradora será la traición y más fuerza cobrará en la narrativa, llegando a ser capaz, incluso, de conducir el hilo narrativo de lo que queda de la trama.

De hecho, es normal que las historias de venganza más poderosas involucren una traición porque es natural que un enemigo te haga daño, es de esperar; pero que alguien que admiras o amas lo haga… eso es algo totalmente distinto.

Es por eso que en Berserk la traición de Griffith a Guts, Casca y al resto de los Halcones es tan horrible y traumante, porque la historia pasó una gran cantidad de tiempo estableciendo la relación entre estos personajes.

Lo que hizo Griffith no solo es imperdonable por la maldad que se requiere para hacer algo así, sino que lo hizo sabiendo claramente lo que los traicionados sentían por él. La ira de Guts no solamente está justificada narrativamente, sino que le aporta a la historia todo el drama y la motivación que necesita para que la acción narrativa nunca se detenga hasta que este conflicto se resuelva.

¡Es por eso que necesitas que este elemento esté presente!

Relevancia con la temática

De nada te sirve incluir una traición en la historia si esta no está conectada con la temática de la historia.

Recuerda que se supone que estás presentando una inversión de los valores estipulados del personaje o, por lo menos, la visión que el traicionado tenía sobre el traidor. Eso forzosamente afectará su arco, pero eso no significa que lo afectará de la forma que necesitas.

Por ejemplo, en historias como Rise of Skywalker, la traición de Hux no tiene ninguna relevancia temática, sino que aparece como una conveniencia narrativa y poco más. No se explora lo suficiente la relación entre este personaje y Kylo (el detonante de su traición) como para que podamos unir este evento con el mensaje central de la obra. Simplemente es algo que sucede y ya.

Una buena traición siempre le añadirá profundidad a los símbolos de la trama y les dotará de un significado más profundo.

Un ejemplo de esto es en Matrix cuando el Agente Smith se revela, no solo contra Neo, sino contra la Matrix en sí misma. Ese evento es poderoso, porque pone en perspectiva como incluso un programa que simula la existencia humana se resiste al control al mismo tiempo que busca un significado a su existencia.

Todo eso está amarrado al arco de Neo y hace que su lucha tenga un peso narrativo más amplio, al mismo tiempo que crea un obstáculo físico que representa ese conflicto.

Consecuencias en la narrativa y en el personaje

La traición siempre debe ser algo parecido a un punto de inflexión para la trama. Está claro que, desde el punto de vista dramático, este no será el caso el 100% de las veces, pero por lo menos debe existir un antes y un después muy marcado después que la traición es ejecutada o descubierta (dependiendo de la historia).

A su vez, no es como que te salgas con la tuya por poner una consecuencia, sino que tienes que asegurarte que la respuesta sea proporcional a la relación que tenían los personajes entre sí.

Es por eso que muchas de estas películas donde el protagonista pretende ser algo que no es hacen que el conflicto final se sienta tan falso. “¿No me dijiste que eras un espía porque ponías tu vida y la mía en peligro? ¡No me importa! ¡Me mentiste!” “Entonces, ¿todo este tiempo eras un príncipe haciéndose pasar por plebeyo? ¡¿Cómo te atreves a engañarme así?!”.

Es obvio que lo que viene después nace de la necesidad de los escritores de crear conflicto para el clímax de la historia, y eso debilita todos los símbolos de la obra y la relación entre los personajes, porque de repente se vuelve obvio que no son personas reales y que todo esto es un show para entretenerte.

La traición te quita el velo y afecta negativamente a la historia simplemente porque las consecuencias estuvieron mal manejadas. Usualmente, esto nace de la mala práctica de construir una historia basada en una premisa débil, sin entender muy bien cómo evolucionar la trama.

De hecho, esta es la única crítica que le tengo al especial navideño de Netflix, Klaus, una película genial en muchos sentidos, pero que tuvo que recurrir a este recurso para poder cerrar el arco de su personaje principal.

Si no quieres que, al llegar al final de tu historia, te des cuenta que te amarraste las manos a la espalda al planear una traición que no tenía verdaderas consecuencias en la trama, ¡entonces planea muy bien tu obra y el uso que le darás a este elemento!

¡Y eso es todo! Ahora ya estás listo para construir tus propias traiciones poderosas y memorables.

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