Sociedad orwelliana: ¿qué es exactamente y cómo construirla?
Sociedad orwelliana: ¿qué es exactamente y cómo construirla?
Desde que nuestro queridísimo amigo George Orwell sacó su libro 1984, las sociedades orwellianas han ido apareciendo en las historias con cada vez más frecuencia, en algunos casos convirtiéndose en fenómenos mundiales como Panem gracias a los Juegos del Hambre.
Y vamos, no es para menos. Estoy seguro de que cualquiera que es expuesto a una sola de estas sociedades queda por lo menos intrigado por la idea, especialmente si le recuerdan a ciertos aspectos tiránicos de la cultura en que vive.
Dicho esto, puede existir una inmensa diferencia de calidad narrativa entre distintas sociedades orwellianas, y justo por eso creo que vale la pena entenderlas a fondo.
Si te interesa aprender más, ¡no pares de leer!
¿Qué es una sociedad orwelliana?
Una sociedad orwelliana es una sociedad ficticia que se caracteriza por ser presa de una fuerte posesión ideológica y que ejecuta sus designios a través de un opresivo sistema gubernamental que produce, inevitablemente, una distopía.
Eso último es, de hecho, lo que nos indica que básicamente todas las historias distópicas necesitan tener en su centro una sociedad orwelliana, ya que, en realidad, no existe otra forma de explorar el concepto.
Una sociedad orwelliana puede ser colorida, esclavista o incluso relativamente positiva, pero en su núcleo debe esconder algún tipo de oscuridad que revela su verdadera corrupción y que obliga a los personajes a cuestionar si lo que les aporta la sociedad realmente vale el costo que se ven forzados a pagar.
¿Por qué es tan atractiva como elemento narrativo?
Las sociedades orwellianas son geniales para explorar los aspectos más oscuros del ser humano, ya que pueden exagerar nuestros peores demonios a un nivel universal, haciendo que nos preguntemos qué ocurriría si algunas de las barreras morales que tenemos se rompieran a un macro nivel.
Por ejemplo, el universo de la Purga hace que nos preguntemos qué ocurriría si el gobierno nos permitiera matar, asesinar, violar y robar un día al año. ¿Nos negaríamos a participar como buenos ciudadanos… o nos dejaríamos llevar por la peor faceta de nosotros?
En el contexto actual, es muy improbable que un país decida hacer esto de la nada… pero justo ahí es donde entra el elemento de la posesión ideológica. Las mejores sociedades orwellianas son aquellas que realmente construyen un argumento racional y lógico para justificar las políticas extremistas que llevan a cabo.
Eso es lo que más nos aterra de ellas y lo que nos encanta: el hecho de que podemos visualizarnos a nosotros mismos cayendo presas de esas ideas.
¿Cómo construir una sociedad orwelliana?
Ahora que ya sabes lo que es una sociedad orwelliana y para lo que sirve como elemento narrativo, deja que te dé algunos tips para que conozcas las piezas que necesitas para desarrollarla con éxito.
Desarrolla la ideología con cuidado
Como mencioné antes, las sociedades orwellianas justifican lo que hacen gracias a una ideología extremista que ha logrado apoderarse por completo de casi todos sus habitantes, o por lo menos ha hecho que la mayoría de las personas tengan miedo de rebelarse contra ella.
Lo cierto es que esta ideología no debe ser algo estúpido y superficial que te sacas de la manga, sino que debe ser algo que tanto el rico como el pobre compraría; algo más difícil de conseguir de lo que crees.
Por ejemplo, si nos vamos a la vida real, sería muy superficial creer que la Alemania Nazi convenció a su país de genocidio simplemente por repetir que “la raza aria es superior”. Eso es claramente un elemento, pero el tema está en cómo lo justificaron.
Los nazis empezaron a culpar de forma relativamente racional a todas las demás razas, especialmente a los judíos, haciendo que este concepto racista en sí pareciera más bien algo lógico que cualquiera debería pensar. Es decir, tú no eres pobre porque el sistema no funcione, eres pobre porque hay ratas y ladrones de otras razas acabando con aquello que tú, ser moral superior, has creado.
A su vez, este mensaje también apareció en un contexto en el que el pueblo alemán se sentía violentado y abusado por otros poderes, y era propenso a sentirse atraído por movimientos que le devolvieran algo de su orgullo perdido.
Esto último es importante porque una ideología no es poderosa solamente por lo que dice, sino por la forma en que se aprovecha de las debilidades morales más asquerosas y oscuras de las personas.
En resumen, tu ideología no solo debe compartir una perspectiva extremista, medianamente lógica y estructurada; sino que también debe aprovecharse de un contexto social que favorezca su propagación.
Tómate en serio la tiranía que creaste
Un problema muy grande que veo con demasiada frecuencia en muchas sociedades orwellianas, es que los escritores utilizan este concepto para impulsar algún tipo de agenda política, usualmente ridiculizando a sus opositores llevando al extremo sus supuestos argumentos.
Uno de los mejores ejemplos que recuerdo está en la serie de The Handmaid’s Tale, que es básicamente una visión feminista exagerada del patriarcado, en el que los problemas para dar a luz de las mujeres han hecho que la sociedad se someta en una crisis que ha llevado a que las mujeres se separen entre las fértiles y las no fértiles.
El principal problema de la sociedad orwelliana de esta serie es que es extremadamente payasa sin ninguna justificación. El sistema es ridículo y contraproducente, y parece que absolutamente todos los ciudadanos de a pie (y muchos influyentes) lo detestan por completo, pero aún así debemos creer que de todas formas logró instituirse.
Esta serie es pura propaganda porque no se toma en serio el problema, no se pone a pensar cómo funcionaría de verdad una sociedad que se enfrenta a la situación expuesta.
Si no quieres que eso te ocurra, entonces necesitas tomarte muy en serio dos conceptos: razón de ser y ventajas y desventajas.
Razón de ser
Las sociedades orwellianas son esclavas de una ideología que no admite negativas ni claroscuros; es decir, no hay excepciones a la regla, pero lo interesante ahí es la pregunta de “¿por qué esa rigidez?”.
Es decir, el que persigue esta sociedad a sabiendas de que su postura puede hacerle daño a las personas, también tiene que tener una razón para actuar como lo hace y mientras más tridimensional sea esta razón, más interesante y profunda será la sociedad orwelliana.
En 1984, por ejemplo, tenemos varias páginas en las que se nos explica exactamente lo que persigue la sociedad, que nos permite entender que toda la crueldad que ejecutan, desde su punto de vista, no es solo lógica, sino que también es moralmente aceptable.
Por mucho que nos divierta pensar que aquellos que piensan distinto a nosotros son monstruos de otro planeta, lo cierto es que son humanos igual que nosotros y, por lo tanto, están sujetos a ser engañados por su propia supuesta virtud.
No caigas en el error de hacer caricaturas de tus villanos. Todo lo interesante que ofrecen estas sociedades se pierde cuando haces eso.
Ventajas y desventajas
Una de las mejores formas de asegurarte que tu sociedad orwelliana tiene profundidad, es asegurándote de que desarrollas un sistema que, por mucho que tiene desventajas terribles y opresivas… también tiene sus ventajas.
Por ejemplo, en Psycho Pass, la ideología introducida es que los ciudadanos deben mantenerse en un nivel psciológico ideal determinado por una máquina infalible. Si la máquina identifica que no estás en el nivel psicológico correcto, entonces puede actuar como juez, jurado y verdugo de tu futuro.
Este sistema ha llevado a que los habitantes de la sociedad de Psycho Pass prosperen drásticamente hasta el punto que muchos recurren a las drogas simplemente para sentir algo, ya que sus vidas son tan perfectas y tranquilas que carecen de emoción.
Ahora… ¿qué ocurre cuando introduces en esta sociedad la idea de que la máquina puede no ser infalible? Bueno, como la base ideológica del sistema yace en esa máquina, obviamente tienen que callarte de alguna forma o borrarte de la faz de la tierra.
Y no lo están haciendo por mal, lo están haciendo por que en ese punto eres peligroso para el sistema: puedes destruirlo por completo porque lo que lo sostiene es simplemente la posesión ideológica.
Verás, desde el punto de vista de los que te quieren detener, tú eres el malo y lo interesante es que quizás lo seas de una extraña manera… porque tu búsqueda de la verdad puede acabar con un sistema que quizás ha hecho mucho bien o por lo menos mantiene las cosas bajo control.
Esto hace que los personajes de la historia tengan un dilema importante sobre qué hacer al respecto, si vale la pena someterse a una mentira con claros problemas, o perseguir la verdad a sabiendas de que eso llevará a una trágica y traumática caída de todo lo que conocen.
Tu sociedad orwelliana no puede ser pura maldad porque entonces será poco creíble que las personas accedan a dejarse doblegar por ella y la acepten.
Crea un protagonista que cuestiona o está en proceso de cuestionar el sistema
Por supuesto, una vez que tienes tu sociedad orwelliana muy bien pensada, el siguiente paso es que te asegures de contar con un protagonista que te ayude a navegarla de una forma interesante.
En realidad, aquí no importa tanto si tu personaje es de un estrato social alto o bajo, ambos perfiles pueden ofrecerte muchas rutas narrativas interesantes. Lo importante en realidad es que tu personaje tenga algún tipo de curiosidad inherente en su persona y/o una rebeldía que le inspira a buscar lo que siente como correcto.
Estos personajes son geniales porque empiezan a plantear la pregunta “¿por qué?”, a cuestionar y poner en tela de juicio los preceptos de la ideología, antagonizando de forma inmediata la sociedad orwelliana.
Esto no necesariamente significa que quieran destruirla o cambiarla, pero lo interesante es que no importa su intención: el simple hecho de cuestionarla los hace enemigos del sistema, especialmente si insisten después que claramente se les ha pedido que se detengan.
Si tienes a un protagonista con esas características, estarás bien encaminado.
¡Y con eso llegamos al final del artículo! Espero que te sirva y te sientas inspirado para trabajar este tipo de sociedades en tu historia o, por lo menos, las entiendas mejor.
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