Analizando clichés: las relaciones románticas falsas

Analizando clichés: las relaciones románticas falsas

Las relaciones románticas falsas y su uso en las historias

Te gusten o no te gusten las historias de romance, algo que nadie pueda negar es que están llenas de clichés, algunos buenos, unos molestos y otros… en algún punto en el medio. En esa clasificación se encuentran las relaciones románticas falsas, algo que estoy seguro de que has visto más de una vez.

Ahora, incluso si no eres fan de este cliché, creo que de todas formas vale la pena conocerlo a profundidad para descubrir qué es exactamente lo que provoca que sea tan recurrente, especialmente considerando que, en la historia de la humanidad, es muy probable que muy pocas personas se hayan topado con una situación similar.

En este artículo hablaré a profundidad sobre las relaciones románticas falsas, sus ventajas y cómo puedes construirlas sin que queden en una simple gimmick. Si te interesa el tema, ¡no pares de leer!

¿Qué es una relación romántica falsa?

Las relaciones románticas falsas son aquellas en las que al menos uno de los personajes protagónicos decide mentir y pretender que están en una relación real para sacar algún tipo de ventaja o beneficio.

Hay literalmente cientos de películas que manejan este cliché, algunas siendo bastante decentes y muchas siendo un absoluto desastre.

El tema es que las relaciones románticas falsas no son algo que en realidad ocurra en la vida real. Digo, no quiero negar rotundamente que NUNCA han ocurrido, pero vamos… creo que es lo suficientemente extraño como para que pases toda tu vida sin conocer a un solo ser humano que viviera esa situación.

Entonces, una pregunta que nos deberíamos hacer es… ¿Por qué rayos aparece con tanta prevalencia este cliché y por qué nos lo tragamos con tanta facilidad?

¿Qué ventajas ofrece?

Esa pregunta se responde mejor si entendemos con más profundidad las ventajas que ofrece este cliché porque sí, así como lo escuchas, ha razones narrativas legítimas para que exista; no es algo que deberíamos desechar a la ligera.

Las relaciones románticas reales pasan por varias etapas. Primero los personajes se conocen, interactúan entre ellos, se ayudan mutuamente, se enamoran y luego entran en el ramo del cariño físico donde se entregan el uno al otro.

Las relaciones románticas falsas se ven obligadas a romper el orden natural de estas etapas, lo cual le permite a los escritores crear otro tipo de interacciones.

¿Por qué? Bueno, porque una relación romántica falsa se va directamente a la última etapa, pero careciendo por completo de todo aquello que hace que esa etapa tenga sentido y valor emocional.

Esto puede resultar útil cuando tienes dos personajes que, en principio, son muy distintos entre ellos y que muy difícilmente interactuarían, quizás porque viven en universos diferentes o tienen formas de ver el mundo que jamás les permitirían intimar en condiciones normales.

Esto nos revela el verdadero uso que deben tener las relaciones románticas falsas: forzar la interacción romántica entre dos personajes radicalmente diferentes.

Uno de los mejores ejemplos que se me ocurren es la película de Amores, Enredos y una Boda, que nos presenta a una protagonista tímida y traumatizada por haber sufrido una infidelidad anterior, que teme reencontrarse con su familia en la boda de su hermana menor, ya que se considera una fracasada y se verá obligada a revivir memorias que no quiere recordar.

Para evitar esto, se le ocurre contratar a un prostituto que la acompañe a la boda pretendiendo ser su novio.

A diferencia de lo que ella esperaba, este hombre resulta ser bastante apuesto, extremadamente sofisticado y sensible, lo cual le ayuda a superar su trauma y eventualmente enamorarse de él.

Está claro que estos personajes JAMÁS se hubieran conocido y mucho menos entrado en una relación romántica, de no ser por una circunstancia que los obliga a pretender que son una pareja, algo que les invite a soportarse y entenderse, aunque no quieran hacerlo.

Claro está, no estoy pretendiendo que esta es la única forma de crear un romance entre personajes que son muy distintos entre sí; simplemente te comparto que es una estructura que facilita drásticamente este tipo de relaciones, especialmente si tienes pensado que se encuentren en el centro de la narrativa.

Pero, ¿por qué a las personas les gustan tanto?

Ahora, está claro que puede haber razones narrativas para introducirlo en una historia, pero eso no explica que aparezca con tanta frecuencia y que la audiencia lo acepte y disfrute con tanta facilidad.

Para esto, no creo tener una respuesta definitiva, pero sí tengo una teoría…

Verás, para la mayoría de las personas la etapa de interacción, esa que está antes del romance y el nacimiento de la relación, suele ser uno de los momentos que causan más ansiedad. A veces, como que nos encantaría llegar directamente a la etapa de la relación y movernos a partir de ahí.

Por supuesto, esto en la realidad no suele ocurrir… pero ciertos géneros (especialmente el romántico) no se enfocan tanto en replicar la realidad, sino que muchas veces procuran crear una fantasía en la que la audiencia se pueda proyectar (razón por la que muchas veces los personajes de estas historias son tan planos; la idea es que sean avatares para que cualquiera pueda proyectarse en ellos).

De hecho, esta tendencia a explotar las fantasías de la audiencia es justo lo que hace que este cliché a veces sea tan insufrible porque está más diseñado para forzar emociones que para sostener una narrativa de calidad y con sentido.

Como escritor, si piensas trabajar este cliché, tu trabajo es básicamente el mismo que tendrías con cualquier otra historia: crear personajes tridimensionales y un romance profundo e interesante.

¿Cómo construirla para que tenga sentido narrativo?

Dado que mi esposa es una fanática empedernida de las historias románticas, créeme cuando te digo que he visto más películas con este cliché de las que estoy dispuesto a admitir.

Después de analizar muchas de ellas, creo que he dado con los elementos que considero que deben estar presentes para que las relaciones románticas falsas realmente tengan peso narrativo.

¡Deja te las comparto!

Piensa con mucho cuidado la razón de ser de la relación romántica falsa

Algo que tiende a matar las relaciones románticas falsas antes de que tengan oportunidad de vivir, es sin duda la excusa que se inventan los escritores para que tengan sentido.

En muchas ocasiones, las excusas son tan estúpidas y tan forzadas que se vuelven un problema para cualquiera que desee ver la historia con cualquier nivel de objetividad.

Un ejemplo de esto lo vemos en To All The Boys I’ve Loved, donde la protagonista decide inventar una relación con un chico para que su crush del pasado “piense” que ya lo superó.

Como esta situación hay muchas, pero la forma en que la película lo desarrolla es tan estúpida y fumada que contamina el resto de la historia, incluso si esta tiene el potencial de introducir alguna idea interesante.

El tema es que te asegures de pensar con mucho cuidado cómo crearás la situación para que tus personajes entren en una relación romántica falsa y logres que no haya muchos saltos de lógica en lo que ocurre.

El conflicto entre los personajes debe potenciar el arco de AMBOS

Otro problema que veo muy seguido en este cliché es que a los escritores se les olvida que la tensión sexual no es romance en sí. En muchas ocasiones, parece que como audiencia debemos comprar que los personajes se adoran porque de vez en cuando se echaban miradas furtivas o disfrutaron más de lo que pensaban el beso que la tía metiche les obligó que se dieran.

No, al igual que cualquier otra historia, necesitas que los “enamorados” se reten entre sí y se ayuden mutuamente a crecer, a culminar sus arcos. Es por esto que el hecho de introducirlos como enemigos de entrada puede resultar útil, ya que ninguno perderá la oportunidad para señalarle al otro las fallas que tiene y pedirles que las resuelva.

El punto es que los personajes se ayuden a evolucionar y eso les permita valorar lo que el otro le aporta, hasta el punto que entienden que son mejores a su lado y que deseen estar en una relación real.

Trabaja con cuidado a los personajes secundarios que son engañados

En toda historia de relaciones románticas falsas, tarde o temprano necesitarás que el engaño se descubra.

Si quieres pasarte de listo y crear una historia en la que esto nunca ocurre, tendrás un problema simbólico gigantesco: si los personajes nunca se ven obligados a reconocer la falsedad de su relación, jamás podrás demostrar narrativamente que su relación se transformó en algo real.

Habiendo explicado esto, lo más importante de este punto de la historia es la forma en que los personajes secundarios reaccionan al engaño, quizás enojándose, quizás reflexionando y quizás empatizando con los personajes.

Esta fuente de conflicto debe estar lo suficientemente bien construida para que el clímax tenga valor emocional e impulse al personaje mentiroso, a los personajes mentirosos a cambiar de perspectiva y ver con otros ojos los sentimientos que en realidad tienen por su pareja falsa.

Esto, a su vez, debe invitarlos a tomar una decisión a favor del amor GRACIAS a la evolución que vivieron en su arco, quizás dejando de lado aquello por lo que decidieron entrar en la relación falsa para empezar (su orgullo, su vergüenza, su ambición, etcétera).

¡Y con eso llegamos al final! Espero que este artículo te haya gustado. Si te gustaría que hablara de otros clichés de las historias, ¡dame sugerencias en los comentarios!

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