Referencias de pop culture en tu historia: ¿se vale?
¿Qué tantas referencias de pop culture deberías colocar en tu historia?
El otro día me puse a ver algunas películas “viejitas” con mis hijas como Toy Story 2 y me sorprendí al ver la inmensa cantidad de referencias de pop culture que hacía la historia que claramente serían incomprensibles para ellas, como la parodia de Star Wars con Zurg y Buzz Lightyear.
Eso me hizo pensar un poco sobre el costo que representa incluir referencias en tu historia, algo que puede parecer muy divertido y “meta” mientras estás creando tu obra, pero que muy probablemente tendrá rendimientos decrecientes en el futuro, quizás incluso llegando a ser un detrimento para la historia.
Entonces, ya sin dar más largas, ¡hablemos sobre el tema al detalle!
¿A qué me refiero con “referencias de pop culture”?
Cuando hablo de referencias de pop culture me refiero a momentos en los que la historia hace alusión de forma directa a elementos de la cultura popular que pertenecen a la época en la cual fue producida la historia en cuestión.
Dicho de otra forma, estoy haciendo una diferenciación entre una historia que hace referencia a momentos históricos de gran relevancia como la Segunda Guerra Mundial o el Imperio Romano, y alguien que se burla de la banda de jóvenes del momento, los cuales nadie sabe si seguirán siendo relevantes un par de años en el futuro.
Al mismo tiempo, tampoco estoy hablando de pequeños Easter Eggs que suelen ser bastante indirectos y que no tienen prácticamente ninguna incidencia en la estructura de la escena en que aparecen (como los jeroglíficos con R2-D2 y C3PO en el arca de la alianza en Indiana Jones).
No, aquí hablaré de referencias directas que hablan sobre temas que componen parte de la realidad de la cultura de la época y sobre cómo incluir estas referencias puede tener un costo para tu historia, pero quizás también un beneficio.
¿Qué pueden aportar?
Ahora, no quiero que parezca que estoy vetando el uso de referencias en una historia. Después de todo, es muy fácil argumentar que no es necesario que una obra siempre sea perfectamente entendible por su audiencia para ser considerada una buena construcción narrativa.
El mejor ejemplo que se me ocurre es la Divina Comedia, una obra plagada de referencias a la Florentina de la época específica en la que vivió su autor, hasta el punto de que siempre recomiendo comprar una versión del poema que incluya pies de página que te expliquen de qué rayos está hablando Dante.
El tema es que Dante no creó su historia para que alguien en México la leyera más de medio siglo después… la escribió para los habitantes de su sociedad y manejó problemas de la comunidad en la que vivía, lo cual de ninguna forma se le puede criticar.
Entonces, la pregunta aquí es, ¿qué pueden aportar las referencias a una historia? Bueno, justamente su poder está en que pueden aterrizar con mucha facilidad las ideas temáticas de una escena, dándole un ejemplo real a la audiencia. A su vez, las referencias también ayudan a crear una relación de complicidad con la audiencia, la cual se divertirá y disfrutará esa pequeña forma de romper levemente la cuarta pared.
Para entender con mayor profundidad el concepto, pensé que sería útil separar el tipo de referencias de cultura popular que puedes hacer.
Referencias imperecederas
Como su nombre lo sugiere, las referencias imperecederas son aquellas que tienen una alta probabilidad de mantenerse relevantes en el tiempo, como la elección de un presidente o el estallido de una guerra.
Este tipo de referencias culturales fácilmente pueden mantenerse relevantes en el tiempo y, por lo tanto, hay un costo mucho menor a la hora de hacerlas.
El costo negativo es que, en muchos casos, estarán relacionadas con eventos serios o con un contenido político pesado, lo cual hace difícil incluirlas en una historia sin afectar el tono de la misma o pecar de insensible.
Por supuesto, esto no es una regla e inevitablemente existirán referencias imperecederas que tengan un costo negativo muy pequeño o completamente inexistente.
Referencias efímeras
Las referencias efímeras son todas aquellas que hacen alusión a eventos de muy poca envergadura, pero con la popularidad para resonar con las personas de la época. Aquí podrías ser un escándalo llamativo de una celebridad o un comentario ridículo de algún político.
Estas son referencias que pueden ser bastante divertidas y que pueden lograr darle la ilusión a la audiencia de que la historia en cuestión es muy moderna y relevante para la época actual; el problema es que muy fácilmente pierden todo su peso con el paso de los años.
¿Qué problema pueden ofrecer?
Por suerte, la buena noticia es que es muy difícil que una referencia anticuada “mate” tu historia. Quizás arruine ciertas escenas y le quite su encanto, pero sería muy difícil que comentarios echados un poco al aire puedan acabar con tu obra.
Quizás, la única excepción a esto serían películas que contienen MUCHAS escenas dependientes de este tipo de referencias, como Scary Movie o Vampires Suck, las cuales prácticamente necesitan que la audiencia tenga trasfondo de muchos eventos para que siquiera entienda los chistes que se le presentan.
Ahora, tal vez podrás estar pensando que esto se puede resolver muy fácilmente. Simplemente, asegúrate de incluir únicamente referencias imperecederas en tu historia, ¿no?
Bueno… el tema ahí es que es muy difícil saber en el momento qué es efímero y qué es imperecedero con exactitud, eso es algo que solamente el tiempo podrá decir con seguridad.
Por ejemplo, el caso de Bill Cosby todavía se sigue usando hoy en día en mucho material estadounidense, pero considerando que se trata de un escándalo de una celebridad, nadie te culparía por creer que es algo efímero.
Por otro lado, Lyndon B. Johnson fue un presidente de los Estados Unidos que sostuvo una iniciativa bastante interesante llamada la “Gran Sociedad”, pero esto es algo que terminó siendo efímero en la mente de las personas, arrastrando consigo la fama de su promotor.
Con esto no estoy diciendo que no haya personas que sepan la importancia de Lyndon B. Johnson, eso está un poco de lado. Mi punto es que adivinar qué será inmortalizado por las personas y qué no es algo que ni siquiera el más sabio puede definir con completa seguridad.
Entonces, ¿cuál es mi consejo? Procura no abusar de las referencias de pop culture, pero colócalas tranquilamente si piensas que puede beneficiar a tu historia o la experiencia de la audiencia.
¡Y con eso ya acabamos! Por lo pronto, me gustaría hacer algo divertido y lograr que este artículo se vuelva una especie de recopilación de pop culture que con los años se vuelva muy valiosa.
Por eso, te quiero pedir en los comentarios que menciones 3 referencias de pop culture relevantes para la época en que estás leyendo este contenido. Pueden ser desde los últimos memes al conflicto político más importante del momento. ¡Te lo dejo a ti!
¡Veamos que se junta aquí con el paso del tiempo y qué fue efímero y qué no!