¿Cómo construir escenas increíbles?
¿Cómo construir escenas increíbles?
Si estás intentando construir una historia maravillosa, que cautive a miles de personas, entonces lo mejor que puedes hacer es aprender cómo construir escenas increíbles que aumenten la calidad artística de la obra.
Hacer buenas escenas es todo un arte y por eso vale la pena que hablemos a detalle sobre cómo se define este elemento y qué lo compone.
Si te interesa el tema, ¡no pares de leer!
¿Qué es una escena?
Una escena se define como una acción en un momento y espacio determinado. En pocas palabras, es un suceso que toma lugar en la historia y aporta a la narrativa.
Es crucial entender esto último, porque las escenas nunca deben existir simplemente para satisfacer un capricho del autor o entretener al a audiencia, sino que siempre deben estar sometidas a lo que la trama requiere.
Por mucho que se te ocurra una excusa genial para incluir una escena que te parece entretenida y memorable, sino obedece una necesidad narrativa, entonces causará el efecto contrario que quieres.
¿Qué la compone?
John Truby, uno de los más grandes exponentes modernos sobre el análisis de historias y los elementos que las conforman, nos explica que una escena debe ser, en sí misma, una historia contenida.
Por lo tanto, debe contener seis elementos que también son propios de la macro estructura narrativa de una historia completa.
Esos elementos son:
Debilidad y Necesidad
Con “debilidad” nos referimos al área de mejora que debe tener el personaje o los personajes en los que está enfocada la escena.
La necesidad, por otra parte, es aquello que deben lograr internamente para crecer.
Por ejemplo, en la legendaria escena de El Señor de los Anillos, cuando Aragorn da su discurso frente a la Puerta Negra de Mordor, estos elementos están representados así:
Debilidad: el miedo a la muerte y el fracaso.
Necesidad: superar su miedo e inspirar a sus hombres para que luchen por el bien de la Tierra Media.
Como ves, en el caso de una escena estos dos elementos son relativamente sencillos y contenidos. El truco está en la forma en que se conectan con el resto del arco del personaje, de forma tal que cada escena explore una pequeña parte de ese crecimiento.
Esos incrementos exponenciales dotan a las escenas futuras de significado y mejoran las pasadas de forma retrospectiva.
Deseo
El deseo es la meta que el personaje o personajes tienen específicamente en esa escena.
Volviendo al ejemplo anterior, tenemos:
Deseo: conseguir la atención de Sauron para que Frodo y Sam destruyan el anillo.
El deseo siempre debe estar estrechamente ligado con la necesidad para que tenga peso narrativo, ya que esta relación es lo que permitirá que la audiencia ponga en perspectiva la relevancia que el momento tiene en la historia.
Adversario
El adversario es la fuerza que busca evitar que el protagonista consiga su deseo. Cabe destacar que, especialmente en el caso de una escena, el adversario no tiene que ser necesariamente alguien malvado.
Por ejemplo, en Harry Potter y la Piedra Filosofal, cuando Harry, Ron y Hermione se topan con Neville justo antes de partir a proteger la piedra, nuestro rechoncho amigo actúa como el adversario porque su rol es crear un obstáculo para que la meta de los personajes se cumpla.
A su vez, para que el diálogo y el conflicto sea verdaderamente poderoso, el adversario debe tener una meta que, al menos desde un punto de vista temático, sea igual a la del héroe.
En este caso, tanto Neville como sus amigos están tratando de proteger a los que valoran y actúan según lo que consideran es lo mejor para Hogwarts.
Plan
El plan es la estrategia que utiliza un personaje para vencer a su adversario. Si recuerdas la escena anterior, en ese caso la estrategia fue primero hablar con Neville y, cuando eso no funcionó, utilizar un Petrificus Totalus.
Por supuesto, no necesitas que el personaje principal tenga planes que siempre funcionan o siquiera que sea él o ella quien los ejecuta. El punto es que el plan esté presente para que el conflicto pueda desatarse.
Lucha
La lucha es el conflicto en sí, es la representación de la voluntad del héroe y del adversario de alcanzar sus objetivos.
Este tipo de momentos no tienen que ser representaciones literales de un combate. Un diálogo acalorado o incluso una mirada intensa pueden cumplir este rol. La idea es que la escena en sí contenga un conflicto que ayude a que los personajes evolucionen para llegar a su meta.
Autorrevelación
La autorrevelación se refiere al aprendizaje que los personajes extraen de la lucha que libraron. Cabe destacar que la calidad y profundidad de la escena depende en buena medida de esta autorrevelación: mientras más impactante sea para el personaje, más valor narrativo tendrá.
Dicho esto, no es necesario que TODAS tus escenas tengan autorrevelaciones descomunales. Eso sería imposible e impráctico.
La idea central de este elemento es que la escena marque una especie de “antes y después”, de forma que tenga un lugar único e importante en la historia.
Si tu escena no tiene ningún tipo de autorrevelación, es muy probable que la puedas remover sin perder absolutamente nada. ¡Eso es una señal de que está mal construida y pensada!
¿Cómo construirla?
Ahora que conoces los elementos que conforman una escena, seguramente te estás preguntando cómo puedes aprovecharlos todos.
Podríamos hablar horas sobre el tema, así que por lo pronto te compartiré algunas buenas prácticas que te ayudarán.
¡No te las pierdas!
Asegúrate que aporta al arco del personaje
Si tu escena no está haciendo nada para fomentar el crecimiento o evolución del personaje central, entonces estás perdiendo el tiempo con ella.
No tiene que ser un cambio radical, pero la aportación debe ser lo más palpable posible.
Valor narrativo antes que entretenimiento
Una mala costumbre que tienen ciertos géneros, como el de acción o el de superhéroes, es que suelen introducir escenas de combate en lugares donde realmente no se amerita.
Si bien estos momentos pueden resultar entretenidos, si no aportan valor narrativo a la trama de una forma única, entonces están quitándote tiempo y espacio que quizá necesites para algo mucho más importante.
Esto es especialmente crucial si escribes guiones, porque el factor tiempo es mucho más limitante que en una novela o videojuego, por ejemplo.
Asegúrate que puedes identificar cada uno de los elementos anteriores en la escena
Algo que quizás te tiene un poco confundido es como rayos puedes incluir todo lo que mencioné antes en cada escena. ¿Acaso se supone que siempre debes tener dos personajes al menos para que uno sea el adversario? ¿Acaso siempre debe haber un conflicto intenso?
¡Claro que no! La realidad es que estos elementos son mucho más flexibles de lo que parece a primera vista.
Lo cierto es que también podrías crear escenas donde no es tan fácil determinar dónde está cada cosa. Dicho de otra forma, los componentes también pueden aparecer de forma abstracta.
Por ejemplo, en Los Miserables, la escena en la que Jean Valjean está definiendo si confiesa o no sus crímenes para proteger a un hombre inocente, a pesar de que él está solo, contiene todos los componentes antes mencionados.
Debilidad: la tentación de actuar de forma deshonesta para protegerse.
Necesidad: mantenerse del lado de la virtud para continuar su camino de redención.
Deseo: salvarse a sí mismo, al hombre inocente y a Cosette.
Adversario: él mismo.
Plan: dialogar.
Lucha: el enfrentamiento con su propia consciencia para determinar el camino que tomar.
Autorrevelación: “si dejo a este hombre condenarse, entonces me estaré condenando a mí mismo”.
Esta escena es poderosa precisamente porque cada uno de los elementos está presente. Si quieres crear momentos así, ¡asegúrate que tú también los incluyes en cada una de tus escenas!
¡Y con eso acabamos! Espero que este contenido te haya servido.
Si te gustó y quieres aprender más, este artículo sobre los 7 pasos clave de la estructura narrativa según John Truby te servirá. ¡No te lo pierdas!