El conflicto moral: ¿cómo explorarlo en una historia?
El conflicto moral: ¿cómo explorarlo en una historia?
Muchas de las mejores historias que se han creado, tienen en su centro un conflicto moral extremadamente poderoso y complejo. Estoy hablando de obras como Crimen y Castigo, El Conde de Montecristo y Los Miserables.
Estas historias son espectaculares por muchas razones, pero una de las más importantes es la manera en que lograron explorar con profundidad un dilema ético y así darle mayor valor artístico y narrativo a todos los elementos de la historia.
Si te interesa construir obras de ese estilo, con conflictos complejos que sumerjan a tu audiencia en un estado de reflexión interesante, ¡este artículo te ayudará!
¿De qué nos sirve introducir un conflicto moral?
Antes de continuar, quiero que quede claro que no estás “obligado” a introducir un conflicto moral dramático en tu historia. Vamos, tan es así, que hay otros clásicos espectaculares como Orgullo y Prejuicio o El Viejo y el Mar que no centran su narrativa en este elemento.
Dicho esto, si planeas manejar un tono serio en tu historia e introducirte de lleno en un tema difícil y sensible, desarrollar un conflicto moral poderoso es un elemento que no puedes dejar de lado.
¿Por qué? Bueno, porque si se trata de temas “difíciles y sensibles” es porque existen muchos matices de gris a la hora de afirmar que una posición es mejor que la otra. El raciocinio siempre se queda corto con estos tópicos, y ahí es donde la parte humana, las circunstancias sociales, económicas y personales de los personajes juegan un rol crucial.
Por ejemplo, yo creo que todos podemos estar de acuerdo con que matar es malo, pero ¿qué pasa cuando el protagonista utiliza una habilidad especial para asesinar a todas las personas que cometen crímenes en el mundo?
¿O qué sucede cuando un soldado se ve obligado a seguir una orden que lastimará decenas inocentes, pero salvará la vida de miles más?
Incluso algo que, en el 90% de los casos, consideraríamos meramente malo como asesinar, en el contexto narrativo correcto deja de ser un absoluto, y obliga a la audiencia a genuinamente pensar POR QUÉ es que dicha idea es mala o buena en su mente.
Dicho de otra forma, los conflictos morales en las historias sirven para que la audiencia entre en reflexión sobre un tema en particular y piense sobre él, siendo capaz de sacar sus propias conclusiones y de tomar una postura propia.
Esto es ideal si quieres que tu historia tenga un impacto trascendental en aquellos que son expuestos a ella.
¿Cómo construirlo?
Ahora, lo que mencioné antes suena muy bonito e increíble, pero es obvio que construir un conflicto moral en tu historia es algo extremadamente difícil.
Por eso, te pasaré algunos consejos que te facilitarán la vida. ¡No te los pierdas!
Argumentos para los dos lados
Para empezar, necesitas educarte sobre el tema, leer mucho y pensar mucho, al mismo tiempo que mantienes tu mente abierta a las distintas posturas con las que se ataca el dilema.
Por ejemplo, supongamos que, personalmente, estás completamente en contra de un tema polémico como el aborto. Bueno, si fueras a trabajar un conflicto moral sobre esto en tu historia, entonces debes investigar y tratar de entender qué es lo que el otro lado de la ecuación piensa.
Esto no es con la intención de que te pases de bando, sino para que seas capaz de representar la otra postura con honestidad y dejar que los mismos personajes se enfrenten a las consecuencias de sus actos morales o inmorales.
Sin esto, tu conflicto moral estará incompleto, y será más un sermón que un verdadero ejercicio artístico.
Además, algo curioso y que quizás te parezca contraintuitivo, es que si ignoras este consejo le estarás haciendo un flaco favor a tu postura original porque no la estás poniendo a prueba y la audiencia se sentirá manipulada y repelida por ella. Lejos de conseguir nuevos seguidores, solo encontrarás rechazo por parte de los que ya están en desacuerdo contigo, mientras que los que ya piensan como tú te aplaudirán todo lo que digas.
Recuerda, tú no tienes todas las respuestas, y existe la posibilidad de que estés equivocado. Sin embargo, si tuvieras la razón, entonces podrías atacar tu idea con toda clase de munición intelectual y esta no se rompería.
Una historia es el lugar ideal para argumentar contra tu postura y ver cómo se defiende. Quizás, termines dándote cuenta que tiene muchos más agujeros de lo que piensas o que es más robusta de lo que parecía a simple vista. Independientemente del resultado, tanto tú como tu audiencia la verán por lo que realmente es, y de ahí se puede iniciar una reflexión que nos beneficie a todos e inmortalice tu historia.
Ata el conflicto moral con la filosofía y el arco del personaje
Un conflicto moral solo tiene sentido en un contexto humano, y por eso es importante que humanices a tus personajes, dándoles una filosofía y visión del mundo, y permitiendo que su arco narrativo esté fuertemente influenciado por los dilemas morales a lo que la trama le expone.
Un conflicto ético nace precisamente de una disonancia entre lo que el personaje piensa y la realidad que se presenta frente a él. Es decir, que tu personaje piense que la guerra es algo moral y heroico, es lo que te permitirá crear un conflicto moral cuando este se dé cuenta que muy pocas cosas morales y heroicas suceden en ese contexto.
Por supuesto, esto significa que, para que exista ese dilema moral, el personaje debe al menos tener la posibilidad de convertirse y cambiar de opinión. Si ni siquiera considera su postura o la cuestiona, entonces, narrativamente, no estás explorando nada; no hay conflicto.
Ahí es donde el arco de personaje juega un rol crucial porque al final del día es lo que permite que exista un desarrollo a lo largo de la historia donde el conflicto moral pueda cobrar vida y aumentar en complejidad.
Une el conflicto de la trama con el moral
Cabe destacar que el conflicto central de la trama, ese que permite que la historia avance, también debe estar atado al conflicto moral de los personajes.
Esto es cierto tanto en historias íntimas y cercanas como Crimen y Castigo como en fantasías épicas como Los Hijos de Húrin.
En sí, los eventos de la trama deben ayudar a expandir el entendimiento que el personaje tiene sobre el dilema ético, haciéndole ver los distintos matices de grises y cuestionar la validez de su propia postura.
Es por esto que muchas veces es más fácil que el personaje de la historia tenga una postura parecida a la tuya, ya que así descubrirás junto a él los nuevos puntos de análisis. ¡Puede ser una buena idea hacer esto con la primera historia de este estilo que piensas construir!
No traiciones a los personajes
Si estás haciendo bien tu trabajo, es muy probable que el “final” o el “mensaje” que tenías pensado para tu historia deba cambiar o evolucionar una vez que todas las cartas están sobre la mesa.
¿Por qué? Bueno, porque tu propia comprensión del problema se habrá expandido, así como la complejidad de tus personajes y la manera en que son capaces de interpretar el conflicto moral al que han sido expuestos.
Aquí es cuando te sentirás tentado a forzar tu propia opinión del problema en la historia, temeroso de que tu audiencia termine siendo persuadida por la postura contraria a la tuya.
Esto último no te debería preocupar, porque al final el día ese no es tu problema; si lo fuera, entonces creaste propaganda para predicarle a la gente lo que crees, no un proyecto artístico para explorar una idea complicada.
Sin importar lo que suceda, no traiciones a tus personajes, deja que ellos actúen como su personalidad, creencias y arco de personaje dicta. Que ellos decidan por su cuenta de qué lado de la balanza caerán, y sé honesto con las consecuencias que esto les traerá, buenas o malas.
¿Listo para construir historias con conflictos morales apasionantes?
¡Y ya con eso llegamos al final del artículo! Espero que te haya resultado útil y seas capaz de crear historias con conflictos morales espectaculares y complejos.
Si tienes alguna duda, estás de acuerdo o en desacuerdo con algo de lo que dije, ¡asegúrate de compartir tu opinión en los comentarios!