Deseo vs necesidad: la importancia de entender la diferencia

Deseo vs necesidad: la importancia de entender la diferencia

Deseo vs necesidad: la importancia de entender la diferencia

Uno de los principales errores que cometen los escritores novatos es confundir el deseo de un personaje con su necesidad, muchas veces llegando a construir el primero sin establecer el segundo.

Este es un detalle importantísimo que el mismo John Truby nos recuerda en su libro Anatomía del Guion. Pero ¿por qué es tan importante? ¿Cuáles son los peligros que corremos si no conocemos y sabemos identificar estos conceptos?

Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo!

¿Qué es el deseo de un personaje?

Dicho de forma sencilla, el deseo de un personaje es su meta, es aquello que quiere conseguir a toda costa.

Puede ser convertirse en Hokage, en el Rey de los Piratas, en el Dios del Nuevo Mundo o simplemente conseguir una promoción en su trabajo.

Es aquello que motiva al personaje y le hace actuar, creando conflicto en el proceso y añadiendo valor narrativo a su lucha.

De cierta forma, todos los personajes deben tener un deseo, incluso si ni siquiera ellos son capaces de articular cuál es. Sin esto, será muy difícil que se sientan como personas reales e interesantes.

¿Qué es su necesidad?

La necesidad, como su nombre lo sugiere, es aquello que el personaje requiere para superar una falla crucial en su persona.

Es decir, si un personaje es un patán avaricioso, entonces su necesidad es aprender a ser generoso y amable con los demás. Si, por otro lado, es alguien ingenuo y débil, entonces debe volverse más sabio y asertivo.

La necesidad es aquello que el personaje debe obtener, le guste o no, para evitar que su falla de personaje lo destruya.

¿Por  qué es crucial entender esta diferencia?

Como te podrás dar cuenta, el deseo de un personaje no significa nada si no tiene una necesidad de por medio.

Esto es tan cierto, que muchas historias incluso presentan personajes con metas cuya obtención en realidad sería un reflejo de lo poco que han crecido durante la historia (es decir, que han tenido un arco débil).

Estas son las típicas películas donde el personaje, por ejemplo, cree que su felicidad yace en el éxito profesional, solo para descubrir que para sentirse completo debe olvidarse de los bienes materiales y dedicarse a amar y compartir con aquellos cercanos a él.

En pocas palabras, su meta (obtener una promoción en el trabajo) se contrapone con su necesidad (aprender a amar), y esta diferencia es lo que le añade profundidad al conflicto y arco del personaje.

De la misma forma, para que un deseo tenga verdadera idiosincrasia al obtenerse, debe estar atado a la necesidad central del personaje.

Por ejemplo, en Naruto, su deseo de convertirse en Hokage está directamente amarrado a su necesidad de que los demás lo acepten, tener una familia y dejar de estar solo. Naruto tiene oscuridad en su ser, y solo los lazos con los demás pueden salvarlo de sí mismo.

El problema que muchos escritores tienen al manejar la diferencia de estos conceptos, es que caen en la trampa de creer que el deseo y la necesidad son lo mismo, creando una meta arbitraria que no apoya en lo más mínimo el arco del personaje.

Un ejemplo de esto sería en la nueva trilogía de Star Wars donde Rey tiene la meta de encontrar a sus padres, pero esta no está atada a una necesidad crucial para su personaje y, por lo tanto, no tiene verdadero impacto en su arco de personaje.

Es una meta falsa porque solo te dice qué es lo que quiere el personaje, no por qué lo quiere ni cómo esto se junta con su arco de personaje.

Una la principales advertencias que John Truby nos hace es nunca caer en la trampa de crear un “deseo sin una necesidad”. En sus palabras, esta práctica es como hacer un “trato con el diablo” porque, aunque tu audiencia probablemente se irá con la finta y de inmediato querrá saber si el personaje obtiene lo que quiere o no, el desenlace perderá todo su poder y será insatisfactorio sin que tengas oportunidad de rescatarlo.

Las interacciones que esta diferencia produce

Ahora que entendemos mucho mejor estos conceptos, hablemos un poco sobre las distintas interacciones que pueden existir en una historia.

Deseo = necesidad

Esto sucede cuando el deseo y la necesidad compaginan, es decir, que el personaje obtenga su deseo satisface al mismo tiempo su necesidad.

Por ejemplo, en El Señor de los Anillos, el deseo de Frodo (destruir el anillo) está atado a su necesidad (superar la tentación del mal).

Este tipo de escenarios favorecen mucho la trama y facilitan sobremanera el desarrollo de conflicto, porque el arco de personaje está directamente atado a su necesidad de progresar en la historia.

Deseo que se contrapone con la necesidad

En este caso, estamos hablando de un deseo que, si se obtiene, termina por evitar que la necesidad real del personaje sea cubierta.

Esto es lo que vemos en una historia como Crimen y Castigo, donde el deseo del personaje de no ser descubierto por su crimen, se contrapone con su necesidad de pagar por lo que hizo y empezar su proceso de redención.

Esto es muy útil cuando prefieres enfocarte con mayor fuerza en los conflictos internos del personaje en cuestión y explorar a fondo su psicología y forma de vida.

Deseo evoluciona gracias a la necesidad

Aquí estamos frente a historias donde un personaje tiene un deseo que no está atado a su necesidad, pero que, con el transcurso de la historia, la motivación del personaje evoluciona hasta abrirle paso a lo que realmente necesita sin que el deseo en sí cambie demasiado.

Eso suena muy complicado, lo sé, pero básicamente estoy hablando de cuando un personaje está persiguiendo venganza contra un villano tiránico porque está consumido por el odio y el sufrimiento que este sujeto le causó, y eventualmente aprende a dejar a un lado ese odio y vencer al villano porque es lo correcto, no por simple venganza.

Estas historias tienden a tener una carga filosófica mucho más pesada que el resto, y están hechas para explorar a fondo ese defecto del personaje que amenaza con destruirlo.

¿Por qué? Bueno, porque la intención es que la meta del personaje sea lo suficientemente compleja para tener razones lógicas y morales para perseguirse, pero también matices que la convierten en inmoral y destructiva.

De hecho, lo interesante es que esto también puede suceder en el sentido inverso, haciendo que un personaje persiga una meta moral y que sus motivaciones evolucionen en algo inmoral. Esto es muy común en arcos inversos de personaje, como en Joker o El Padrino.

¡Y con eso llegamos al final! Este es un tema muy interesante y que vale la pena entender a fondo si piensas algún escribir tu propia historia.

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