¿Cómo incorporar pensamientos de personajes en tus historias?

La narración de una historia no solo se trata de describir eventos y diálogos; también se trata de sumergir al lector en la mente y el corazón de los personajes. Los pensamientos de los personajes desempeñan un papel fundamental en la construcción de la empatía del lector y en la profundización de la trama. Pero, ¿cómo lograrlo de manera efectiva?

En este artículo, te guiaré a través de la intrincada tarea de introducir los pensamientos de tus personajes en tu relato, asegurándote de que el lector se sienta parte de la historia. Descubrirás cuándo y cómo incorporar pensamientos, así como los peligros a evitar para no perder a tu audiencia.

¿En qué ocasiones resulta útil introducir pensamientos de tus personajes?

Introducir los pensamientos de tus personajes en tu narración puede ser una herramienta literaria poderosa que enriquece tu historia en diversas situaciones. Aquí profundizaremos en las ocasiones en las que resulta útil incorporar los pensamientos de los personajes:

Desarrollo de personajes

Los pensamientos ofrecen una ventana directa al mundo interior de un personaje. Puedes usarlos para explorar su psicología, sus deseos, sus miedos y sus conflictos internos.

Esto es especialmente útil cuando deseas desarrollar personajes complejos y multidimensionales. Por ejemplo, si estás escribiendo una novela de crecimiento personal, los pensamientos de un personaje pueden mostrar su evolución a lo largo de la trama.

Contraste con el diálogo

Los pensamientos permiten a los escritores revelar lo que un personaje está pensando frente a lo que está diciendo en voz alta.

Este contraste puede crear momentos de tensión y suspenso, ya que los lectores pueden percibir la discrepancia entre las palabras y los verdaderos sentimientos del personaje. Por ejemplo, un personaje podría sonreír y asentir en una conversación mientras piensa: No puedo soportar a esta persona.

Revelación de información oculta

Los pensamientos pueden utilizarse para revelar información crucial que el personaje está ocultando de otros personajes. Esta técnica puede añadir capas de misterio y anticipación a tu historia. Por ejemplo, imagina a un detective que oculta pistas importantes mientras piensa en la solución del caso.

Exploración de momentos íntimos

Los pensamientos son ideales para explorar momentos íntimos y personales de un personaje. Pueden revelar recuerdos dolorosos, reflexiones profundas o anhelos secretos.

Estos momentos íntimos ayudan a que los lectores se conecten emocionalmente con los personajes y comprendan mejor sus motivaciones y acciones.

Narración en tercera persona

En una narración en tercera persona, los pensamientos de los personajes ofrecen una herramienta invaluable para acceder a la perspectiva de varios personajes en la historia.

Esto permite a los lectores comprender mejor la trama desde múltiples puntos de vista, lo que puede enriquecer la narración y ofrecer una visión completa de la historia.

Momentos de tensión interna

Cuando un personaje enfrenta una decisión difícil o un dilema moral, sus pensamientos pueden revelar la tensión interna que experimentan.

Esta tensión agrega profundidad y realismo a la narración y permite a los lectores empatizar aún más con el personaje.

En resumen, los pensamientos de los personajes son una herramienta narrativa versátil que puede enriquecer tu historia de muchas maneras. Utiliza esta técnica con cuidado y consideración, asegurándote de que se integre de manera coherente en tu narración para profundizar la conexión entre los personajes y los lectores.

¿Cómo se debe señalar un pensamiento de personaje en el texto?

La forma en que señalas los pensamientos de un personaje en tu texto es fundamental para evitar confusiones y mantener la claridad de tu narración. Aquí te muestro cómo debes señalar adecuadamente los pensamientos de un personaje en tu obra literaria:

Cursivas

La forma más común y aceptada de indicar los pensamientos de un personaje es utilizando cursivas. Esto ayuda a diferenciar claramente los pensamientos del texto narrativo. Por ejemplo:

Ana miró fijamente el reloj en la pared.

—¿Llegaré a tiempo a la reunión?

En este caso, “¿Llegaré a tiempo a la reunión?” está escrito en cursiva para indicar que son los pensamientos de Ana.

Comillas

Algunos autores prefieren utilizar comillas simples (‘ ‘) o dobles (” “) en lugar de cursivas para los pensamientos de los personajes. Esta opción es menos común, pero igualmente válida. La clave es ser coherente en su uso a lo largo de toda la obra. Ejemplo:

Ana miró fijamente el reloj en la pared.

“¿Llegaré a tiempo a la reunión?”

En este caso, “¿Llegaré a tiempo a la reunión?” está entre comillas para indicar que son los pensamientos de Ana.

Viñetas o guiones largos

En algunos casos, especialmente en relatos en primera persona, los pensamientos de un personaje pueden estar separados del texto narrativo principal por medio de guiones largos o viñetas. Por ejemplo:

Estaba agotada. Sus pies le dolían y su mente divagaba

—¿Valdrá la pena seguir adelante?

En este caso, la viñeta (—) indica el inicio de los pensamientos de la protagonista.

Nota: personalmente, este es el que menos me gusta.

Verbos de pensamiento

Otra técnica común es utilizar verbos de pensamiento como “pensó”, “se preguntó”, “consideró”, etc., seguidos de una oración entre comas que refleje el pensamiento del personaje. Por ejemplo:

Ana miró fijamente el reloj en la pared y pensó

“¿Llegaré a tiempo a la reunión?”

Aquí, “Pensó,” introduce claramente los pensamientos de Ana.

Es importante mantener la coherencia en la forma en que señalas los pensamientos a lo largo de toda tu obra. Elige una de estas técnicas y úsala de manera consistente para evitar confusiones en tus lectores. Además, es recomendable no abusar de los pensamientos; utilízalos con moderación y solo cuando sea necesario para la comprensión de la trama o el desarrollo de los personajes.

¿Qué peligro corres si no lo señalas correctamente?

Señalar correctamente los pensamientos de los personajes en una obra literaria es esencial para evitar posibles malentendidos y confusiones en la narración. Aquí se detallan algunos de los peligros a los que te expones si no lo haces de manera adecuada:

• Confusión del lector: Si no diferencias claramente entre el pensamiento de un personaje y la narración principal, los lectores pueden confundirse fácilmente. Esto puede dificultar su comprensión de la historia y llevarlos a preguntarse si lo que están leyendo es diálogo, narración o pensamientos internos.
• Interrupciones abruptas: Si los pensamientos de un personaje no están señalados de manera clara, pueden interrumpir abruptamente la narración principal. Esto puede ser molesto para los lectores, ya que pueden perder el hilo de la historia y sentir que la narración se vuelve desordenada.
• Ambigüedad en el diálogo: Si no señalas correctamente los pensamientos de un personaje durante un diálogo, los lectores pueden confundirlos con las palabras habladas por el personaje. Esto puede llevar a una interpretación errónea de las interacciones entre los personajes y crear malentendidos en la trama.
• Falta de inmersión: Una señalización inadecuada de los pensamientos puede romper la inmersión del lector en la historia. Cuando los lectores tienen que detenerse y retroceder para comprender quién está pensando o hablando, se distraen de la trama y pueden perder el interés en la obra.
• Menos desarrollo de personajes: Si no distingues los pensamientos de un personaje de la narración principal, puedes perder la oportunidad de desarrollar y profundizar en la psicología de tus personajes. Los pensamientos internos son una ventana a las motivaciones, deseos y conflictos de los personajes, y señalarlos adecuadamente permite que los lectores los conozcan mejor.

En resumen, incorporar los pensamientos de tus personajes en tu relato puede agregar profundidad y emoción a tu narración. Siguiendo estas pautas sobre cuándo y cómo hacerlo, y señalizándolos correctamente, puedes enriquecer tu historia y llevar a tus lectores en un viaje más íntimo y emocionante a través de las mentes de tus personajes.

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