¿Cómo definir tu ritmo de trabajo como escritor?
¿Cómo definir tu ritmo de trabajo como escritor?
A todos nos gusta hablar de las ideas que tenemos para nuestras historias, sobre los elementos narrativos que más nos enamoran y también imaginarnos como autores exitosos, pero lamentablemente no a todos les gusta definir un ritmo de trabajo que realmente les permita alcanzar sus metas.
Lo cierto es que esta es una parte FUNDAMENTAL de la vida de cualquier escritor y por eso hoy me interesa que hablemos a profundidad sobre ella además de ofrecerte algunos tips que te ayuden a definir tu propio ritmo de trabajo.
¡No pares de leer!
¿Por qué es importante definir un ritmo de trabajo como escritor?
La dura realidad que debes aceptar lo antes posible es que existe una altísima probabilidad de que no tengas lo necesario para ser un gran escritor en este momento.
La profundidad que se necesita para construir grandes historias es algo muy complicado de adquirir y se requieren muchísimos años de práctica y estudio para obtenerla (además de que por sí necesitas trabajar en tu propia persona).
Y dicho esto, incluso si por azares del destino eres de esos escritores que nacen con un talento prodigioso, de nada te servirá si no te pones a trabajar.
En pocas palabras, tu disciplina y ética de trabajo son piezas tan o más importantes que el talento, y mientras más rápido lo asumas, más pronto empezarás a acercarte a las metas que te propusiste como autor.
Muchos piensan que escribir se trata de sentarse cuando viene la Musa, poner unas cuantas palabras en una hoja de papel, publicar lo que salga dos años después y disfrutar por mucho tiempo de las riquezas y el tiempo libre que tu carrera te aporta.
Esta es una idea que te llevará directo al fracaso, no solo porque es superficial, sino porque es falsa.
Es cierto que hay escritores muy exitosos que pueden darse el lujo de no escribir por muchos años y seguir viviendo de las regalías de sus creaciones, pero estás equivocado si piensas que llegaron hasta ese punto escribiendo una vez a la cuaresma.
Los que llegan a ese nivel pasaron la mayor parte de su vida respirando letras todos los días. Hicieron de su pasión un trabajo y disfrutaron el proceso por arduo que fuera, incluyendo incontables decepciones e historias tiradas a la basura.
Si hablas y dices que quieres ser un escritor, pero trabajas en tu historia una vez cada mes o ni siquiera tienes un proyecto activo, entonces no eres más que un perro que ladra y no muerde.
Si quieres llegar lejos, necesitas un poco más de colmillo; necesitas ir por lo que sueñas con mucha más fiereza.
4 consejos que te ayudarán
Espero que ese mini discurso te haya inspirado a ponerte a trabajar. Si fue así, entonces seguramente te estés preguntando por dónde empezar.
Para ayudarte, ¡deja que te comparta 4 consejos!
Crea un espacio de trabajo
El primer paso que todo escritor debe realizar a la hora de definir su ritmo de trabajo, es incuestionablemente la preparación de un lugar de trabajo.
Preferiblemente, este debe ser un sitio que no utilizas para nada más, de forma que tu mente entienda que, cuanto te sientas allí, es PARA ESCRIBIR.
No tiene que ser un lugar demasiado bien elaborado ni tampoco perfecto. Simplemente tiene que ser un sitio donde estés relativamente cómodo y puedes sentarte a escribir sin mayores distracciones.
En una casa llena de gente esto es complicado, lo sé (tengo tres hermanas y dos hermanos con los que vivía mientras escribía mi novela de Jagger), pero también sé que no es imposible.
¡Déjate de excusas y empieza a hacer un espacio para la escritura!
Toma notas en cuanto tengas una idea para tu obra
Algo que no debes olvidar es que el trabajo de un escritor es principalmente creativo, lo cual lo hace muy diferente a otro tipo de esquemas laborales.
En realidad, el trabajo de un escritor no se limita solamente al momento en el que está sentado frente al computador o sostiene una pluma en su mano, sino que involucra todos esos momentos en los que está concentrado pensando en su historia.
Esto incluye cuando vas de camino a la escuela, tomándote duchas largas o simplemente escuchando música en tu habitación.
Sin embargo, la diferencia entre realizar esta práctica como un amateur y hacerla como un profesional, es que los profesionales toman nota de las ideas más relevantes que encuentran en estos momentos.
El clásico “no lo tengo que anotar porque me acuerdo” es algo que debes borrar inmediatamente de tu cabeza.
Lo mejor de esto es que te ayudará a entusiasmarte por tu historia y tener horas más productivas cuando te sientas a escribir. ¡No lo olvides!
Sé realista con tus expectativas de tiempo dedicado
Sé cual es la excusa en la que estás pensando: no tengo tiempo, siempre estoy ocupado y traigo mil cosas.
La pareja, la escuela, la familia, el trabajo… nada de eso es una excusa válida para que no escribas de manera regular. ¿Por qué? Bueno, porque la escritura puede tomar tanto tres horas como diez minutos, todo depende de cómo te organices.
Está claro que si tu vida es demasiado atareada, será imposible que apartes una tarde entera para escribir. Sin embargo, es factible que te sientes media hora, veinte minutos o incluso cinco. No importa cuanto sea mientras lo hagas parte de tu rutina.
El chiste es que sea algo sostenible, algo que puedas replicar sin que te agobies demasiado, PERO ALGO CON LO QUE TE COMPROMETAS.
Sé realista con tus expectativas y deja de dar excusas. Si hubieras empezado hace un año, es probable que tu libro ya estuviera terminado.
¡Ponte a trabajar!
¡Y eso es todo! Ahora es momento de que te pongas a trabajar y empieces tu camino de escritor.
La escritura tiene que formar parte de tu rutina, algo que sabes que tienes que hacer en algún momento del día, pero al mismo tiempo tiene que ser algo que disfrutas.
Si no lo haces, ¿cuál es el punto de trabajar tu historia?
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Auch. Si me dolió. Pero, tienes razón. No mas excusas.