Xenofobia en las historias: ¿cómo manejarla con éxito?

Xenofobia en las historias: ¿cómo manejarla con éxito?

Xenofobia en las historias: ¿cómo trabajarla?

La xenofobia es uno de esos conceptos que cualquier persona querría borrar de la faz de la tierra. Nada bueno sale de la existencia de este fenómeno, pero quizás es justo por eso que vale la pena explorarlo en una historia.

Dicho esto, es extremadamente sencillo caer en la superficialidad al momento de trabajarlo, y es por eso que creo que vale la pena que profundicemos sobre el tema.

Si te interesa aprender más, ¡no pares de leer!

¿Qué es la xenofobia?

La xenofobia es un fenómeno social que explica el rechazo hacia los extranjeros que experimenta una persona o cultura. Es otra forma de discriminación y prejuicio que podemos ejercer los humanos, no muy distinta al clasismo o al racismo.

Este fenómeno es tan antiguo como la misma humanidad y lo más probable es que nos acompañe hasta que lleguemos a la extinción (probablemente, siendo la causante, además).

¿Por qué la incluirías en una historia?

Dicho lo anterior, aunque sea insoportable su existencia, la xenofobia no es algo tan irracional como crees y, en ocasiones, está más que justificada.

¿No me crees? Bueno, ¿considerarías que un judío viviendo en 1947 no tendría buenas razones para tener una xenofobia extrema contra los alemanes? Claramente, no estoy diciendo que está bien que la tenga, pero pretender que su actitud no tiene sentido o es completamente reprehensible es un error.

La xenofobia PUEDE estar fundamentada en ideologías erróneas y corruptas, pero siempre está amarrada a conflictos complejos, longevos e idiosincrásicos. Esto se puede ver con claridad si estudias el nazismo y cómo rayos es que lograron convencer a un país entero de que estaba bien el genocidio.

Esas cosas no ocurren de la nada, sino que se aprovechan de un rencor subconsciente y escondido en la cultura para encender una mecha que detona en un conflicto social de gran alcance.

Esta extraña idea es justamente la razón por la que incluirías la xenofobia en una historia: para explorar cómo el odio y el rencor puede convertir a una persona normal en un alma despiadada e ideológicamente poseída.

Esa transformación es terrorífica porque PUEDE ESTARTE OCURRIENDO A TI, AHORA, y es muy probable que no te des cuenta hasta que sea demasiado tarde…

¿Cómo manejarla con cuidado?

Por supuesto, como te podrás imaginar, la xenofobia es un tema que se debe manejar con extremo cuidado, ya que no querrás que tu historia termine siendo un estandarte para los xenófobos o una representación simplificada de un contexto social complejo e idiosincrásico.

Estas dos perspectivas pueden ser dañinas, y navegar la delgada línea que las separa es muy complicado.

Por eso, te voy a ofrecer cuatro consejos clave para que logres hacerlo con éxito. ¡Aquí vamos!

Edúcate

Incluso si tu historia no piensa replicar algún conflicto xenofóbico de la vida real, te conviene de todas formas educarte un poco sobre algunos de estos choques para que entiendas realmente de qué van.

Por ejemplo, volviendo a la Alemania nazi, probablemente el mejor ejemplo de xenofobia en el que se puede pensar, lo interesante es que investigues por qué rayos Hitler se fue por los judíos. ¿Por qué no atacó a los polacos, a los suizos o a los belgas? ¿Por qué buscó específicamente a estos extranjeros?

Si entiendes ese contexto y te pones en los zapatos del que escucha el mensaje corrupto de Hitler, entonces puedes entender por qué se dejó influir, qué lo motivó a ser partícipe de algo que claramente estaba mal.

Si lo entiendes, entonces realmente podrás representarlo en tu historia y construir un contexto narrativo que demuestra la facilidad con que una persona puede caer en la xenofobia si no maneja con cuidado las ideas más oscuras de su alma.

Nos guste o no, la xenofobia es idiosincrásica

Lamentablemente, hoy en día hay demasiados activistas que son extremadamente optimistas y superficiales a la hora de criticar y lidiar con la xenofobia.

En muchas ocasiones, pareciera que su forma de pensar es “ugh, esos xenofóbicos, podrían simplemente NO serlo; es decir, ¿qué te cuesta, compa? Vive y deja vivir”.

El tema es que esos xenofóbicos estúpidos y mal bañados, también son personas como tú y, por lo tanto, eres igual de propenso a caer en lo que ellos caen. Si piensas por un instante “¡Por supuesto que no! ¡Yo soy diferente!”, entonces estás demostrando mi punto.

Todos esos sujetos que criticas, también fueron seducidos por una idea que parecía perfectamente razonable y obvia, como sería para un veterano de Pearl Harbor considerar que los japoneses son asesinos fanáticos y despiadados.

La xenofobia es idiosincrásica porque nace de una semilla que puede nacer (o morir, dependiendo de cómo te guste más la metáfora) después de décadas de estar escondida bajo la tierra, enriqueciéndose de los choques y conflictos entre personas de distinta procedencia.

Las personas no se odian solo porque sí. ¡Ojalá ese fuera el caso! Sería mucho más sencillo resolver la xenofobia y otros conflictos similares…

La xenofobia viene de los dos lados

Algo que Hollywood no parece entender en los últimos años es que la xenofobia no separa el mundo entre víctimas y xenófobos… sino que crea un círculo vicioso en el que todos caen en el mismo error.

Piénsalo. Imagínate que vas a otro país y todos allá te tratan horrible al enterarse del lugar del que provienes… ¿Eso no te haría desarrollar emociones negativas contra los habitantes de la nación que te rechaza? Pues, si crees que sí, entonces, felicidades, ¡acabas de sembrar tu propia semilla de xenofobia en tu corazón!

Y vamos, lo cierto es que tu reacción está justificada y tiene todo el sentido del mundo, por mucho que esté equivocada y no ayude más que a echarle leña al fuego.

El problema del odio es que tiende a generar más odio, y con demasiada facilidad hace que la víctima se convierte en victimario. Esta distinción, en realidad, solamente existe según quien tenga el poder, ya que, en cuanto cambie de manos, las víctimas estarán más que felices de someter a aquellos que odian a las mismas o peores torturas que sufrieron en carne propia.

Recordar esto no solo ayudará a que la xenofobia de tu historia sea más profunda e interesante en tu historia, sino que también te ayudará a evitar manipulaciones ideológicas.

Debe tener ramificaciones en la historia y la construcción de personajes

Si eres un lector recurrente de este blog, seguramente este punto ya te lo esperabas.

Como todo elemento narrativo en una historia, la xenofobia solo puede tener verdadero valor narrativo si permites que tenga repercusiones en la trama y el arco de los personajes.

Por ejemplo, en los juegos de Horizon (Zero Dawn y Forbiden West) hay cinco naciones principales: los Carja, los Oseram, los Tenakth, los Banukth y los Nora.

Los últimos cuatro tienen muchísimos problemas con el primero, los Carja, hasta el punto que casi todos cuentan con grupos internos que no desean otra cosa que ir a la capital de los Carja a matarlos a todos.

Es una xenofobia intensa, ¿no lo crees? Pues, sí… aunque claro, aquí valdría la pena mencionar que esto ocurre porque el antiguo rey de los Carja pasó décadas atacando a las otras naciones, secuestrando, esclavizando, matando y ofreciendo como “sacrificio al sol” a miles de sus miembros con una brutalidad implacable.

Este genocidio fue tan horroroso y terrible, que el mismísimo hijo del rey planeó una revolución con mercenarios Oseram para destronar a su padre y acabar finalmente con su tiranía. Ahora, este príncipe (ya rey), no desea otra cosa que cambiar el legado de su nación y reconciliarse con las demás, lo que ha hecho que en absolutamente todo el universo narrativo haya conflictos sobre qué hacer al respecto.

Todo esto que te comenté es SECUNDARIO en el juego de Horizon, o por lo menos secundario en comparación con el conflicto central que la protagonista trata de resolver. El tema es que, de una forma u otra, Aloy termina topándose con obstáculos directamente relacionados con este contexto social y no tiene de otra más que lidiar con ellos de alguna forma.

Esto hace que tú, como jugador, te familiarices mucho con la magnitud del problema, entendiendo lo difícil que resulta para todos dejar a un lado su odio y buscar un futuro mejor y próspero.

La xenofobia en esta historia está extremadamente bien trabajada porque no es simple ni tampoco unidimensional; está llena de capas y complejos conflictos sociales que revelan la misión imposible que tiene cualquiera que intente acabar con ella.

A su vez, esto permite que los mismos personajes crezcan, que evolucionen en su forma de pensar y ver el mundo, algo extremadamente útil para la temática de la historia que gira en torno a cómo los vicios de la humanidad pueden destruirla, pero también sobre cómo nuestras virtudes nos pueden salvar si logramos unirnos.

¡Así es como se trabaja este elemento desde el punto de vista narrativo!

¡Y con eso llegamos al final! Ahora seguro que entiendes mejor cómo incluso un concepto tan negativo y monstruoso como la xenofobia puede ser aprovechado en una historia para extraer algo hermoso y positivo.

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