¿Cómo hacer que la audiencia empatice con el villano?
¿Cómo hacer que la audiencia empatice con el villano?
Por el mismo funcionamiento de la estructura narrativa, es extremadamente común que el antagonista de una historia sea por mucho el más odiado por a audiencia. Después de todo, una de las formas más efectivas de crear un conflicto poderoso y emocionante es desarrollar un villano que la audiencia de verdad quiere ver pagar por el mal que ha causado.
Sin embargo, es un error pensar que el propósito del antagonista únicamente es de elevar el nivel de conflicto para que la victoria del héroe se sienta más dramática. En realidad, un villano puede aportar muchísimo a la profundidad de la temática de la historia y actuar como una contraparte del protagonista que nos ayuda a darle una perspectiva distinta a los símbolos.
Si lo último que mencione te interesa, entonces deberías considerar seriamente construir un villano con el que tu audiencia pueda empatizar.
¡Sigue leyendo y descubre cómo hacerlo!
¿Por qué es buena idea perseguir esta meta?
Seguramente has escuchado la frase “todos los villanos son héroes de su propia historia” y esa es una premisa que tiene mucha más utilidad de lo que te imaginas.
Especialmente en Hollywood, se vuelve muy aburrido presenciar un constante desfile de villanos cuya única cualidad es que son malos, y eso es poco interesante precisamente porque no se siente real.
Nadie hace cosas “malas” solamente porque sí. Incluso alguien que esté en un culto satánico tiene como propósito adorar una figura pagana que considera una mejor opción que su contraparte.
Existe una razón detrás de la locura, incluso si la razón en sí está desquiciada.
Esto es muy importante de entender porque básicamente estamos introduciendo la idea de “motivaciones” y “metas” en nuestro villano, permitiéndole tener más complejidad como personaje.
La idea de que la audiencia empatice con tu villano no significa lavarles el cerebro para que estén de acuerdo con sus fechorías, sino para que sean capaces de entender su forma de ser y puedan decir algo como: “no estoy necesariamente de acuerdo, pero veo por qué hace lo que hace”.
¿Qué necesitas para que la audiencia logre empatizar?
Por supuesto, jugar con este elemento en exceso puede hacer que tus villanos no se sientan intimidantes, porque probablemente terminarás creando un sujeto con tantas cualidades positivas que se vuelve incongruente permitir que realice acciones malas.
Por eso es importante que conozcas algunos elementos que debes introducir para que el villano produzca el efecto que buscas en tu audiencia.
¡Aquí te los comparto!
Una filosofía de vida para el personaje
Los villanos, casi por decreto, son personajes activos, no reactivos. En la mayoría de las historias, quien rompe el orden inicial es justamente el antagonista, como en El Jorobado de Notre Dame cuando Frolo asesina a la madre de Quasimodo o en El Rey León cuando Scar mata a Mufasa.
Estos personajes suelen realizar acciones que tienen un impacto determinante en la historia, efectivamente afectando el curso de la vida de varios personajes del relato.
A su vez, estas acciones, al menos desde la perspectiva del héroe, resultan deplorables e inmorales, y es gracias a ellas que el protagonista se ve obligado a participar en la historia y evolucionar con ella.
La razón por la que hablo tanto de la importancia de las acciones del villano, es porque no te sirve de mucho crear escenas dramáticas y desgarradoras, si no hay una motivación real y poderosa detrás de ellas.
Es decir, puede ser que ni tú ni yo seamos santos, pero entre insultar a nuestro hermano de vez en cuando y asesinar una aldea de gente inocente, hay un espacio abismal.
Sin embargo, ese hueco no existe ahí porque no tengamos el potencial de hacer cosas así de terribles, sino porque no tenemos una motivación para hacerlo y una filosofía que lo justifique.
Este es un pensamiento aterrador, pero, ¿realmente crees que eres mucho más distinto que alguien como Hitler? Seguro tu respuesta inmediata será que sí, pero deberías considerar qué es lo que hubieras hecho tú si hubieras sufrido lo que él sufrió, llegado a las mismas conclusiones que él, interpretado el mundo a su manera, etcétera. Puede ser que tu camino fuera extremadamente parecido.
Obviamente, no te estoy diciendo que eres Hitler ni tampoco estoy justificando sus acciones, lo que trato de decir es que, paradójicamente, una de las formas más efectivas de traer caos, muerte y destrucción al mundo, es perseguir sin recelo una meta que consideras incuestionablemente positiva; adquirir una perspectiva de “el fin justifica los medios”.
Y, precisamente porque eres capaz de entender eso en lo profundo de ti, una vez que un personaje, por muy malo que sea, demuestra su filosofía de vida, de inmediato te sentirás inclinado a empatizar, porque lo humanizarás y verás algo de ti en él.
Por eso es que algunos de los villanos más memorables son aterradores en un sentido profundo (Joker, los homúnculos de Full Metal Alchemist, Thanos, etcétera): porque son capaces de resonar con esa parte oscura de tu ser.
Congruencia con esa filosofía
A diferencia de una persona real que constantemente puede llevarse la contraria con respecto a lo que piensa, en una historia es vital que tu villano se sienta congruente.
Se vale hacer que dude o tenga reservas sobre lo que piensa, pero al final del día su compás moral debe estar definido.
Porque no te equivoques, incluso un sistema moral corrupto y podrido sigue siendo un sistema moral, porque al final define ciertas acciones como “mejores que otras”.
A su vez, es a partir de esa congruencia, de esa reticencia a mantenerse firme en su postura, que un villano puede volverse más y más humano, porque al final del día es alguien que persigue el bien a su manera. Usando métodos terribles y cuestionables, pero con una meta aparentemente noble como motivación.
Por ejemplo, en la nueva trilogía de Star Wars, Hux se siente como un villano extremadamente falso con el que es difícil empatizar precisamente porque su supuesta filosofía de vida y motivación (que la Primera Orden ponga orden en la galaxia) se anula a las primeras de cambio porque está celoso de Kylo.
Es una incongruencia inmensa que le quita muchísimo peso como personaje, porque no nos obliga a pensar y sumergirnos más en su perspectiva del mundo. Simplemente es un sujeto que se mueve por berrinches, y esa no es una buena base para construir un buen villano.
Cualidades humanas
Continuando el tema de Star Wars, seguramente todavía tendrás muy presente la escena nazista de The Force Awakens en la que Hux grita como un energúmeno y nos muestra su única faceta: la de un sujeto obsesionado con el poder.
Eso puede ser interesante para construir un villano, pero no lo será si es lo único que piensas aportarle.
Al final del día, los villanos tienen que tener, al igual que cualquier otro personaje, una mezcla de cualidades positivas y negativas, que al final del día son de cierta forma manipuladas por la filosofía de vida y la meta que persigue.
Esa dualidad es algo que muchos escritores no entienden, porque creen que darle “rasgos humanos a un villano” es simplemente hacerlo emocional, y eso no es realmente cierto. El punto es que haya algo relativamente redimible en ellos.
Por ejemplo, Envidia en Full Metal Alchemist, es un personaje cruel y despiadado, pero también es alguien que sufre muchísimo porque no puede amar y ser amado como los seres humanos lo hacen. Tiene un anhelo, un deseo en lo más profundo de su corazón que demuestra que no es solamente alguien malo.
Debajo de las apariencias, existe una mezcla de cualidades, experiencias, perspectivas y decisiones morales que conforman la complejidad de su ser.
Es un personaje profundamente humano, y por eso podemos empatizar con él.
Posibilidad de redención
Una de las escenas más poderosas de Infinity War es cuando Thanos se lamenta ante la perspectiva de tener que asesinar a Gamora para cumplir su sueño.
En ese momento, somos capaces de entender que para Thanos su destino no es algo envidiable, sino una dura decisión que solamente él es capaz de tomar. Sin embargo, lo más importante de ese momento no yace en esto, sino en el hecho de que Thanos recibió la oportunidad de redimirse, de abandonar su camino y rectificar.
Thanos duda, se lo piensa por unos instantes, y finalmente decide que no hay vuelta atrás.
Este momento es crucial para que sintamos empatía por él, porque nos damos cuenta que dentro de su cabeza y corazón hay un conflicto que se está librando constantemente. No es un monstruo que puede cometer actos terribles y seguir como si nada, sino que es una persona pensante que ve el mundo de una manera particular.
De hecho, este elemento es tan importante, que termina siendo casi el factor decisivo que determina si lograrás que la audiencia sienta empatía o no. Yo argumentaría que la razón por la que villanos como Jaffar, Hades o la mayoría de las representaciones del Joker nunca se vuelven antagonistas con los que puedes empatizar, es porque la historia jamás los invita a reconsiderar su posición y les ofrece una puerta de salida.
¡No lo olvides al momento de construir tu historia!
¡Y con eso acabamos! Ahora ya sabes cómo lograr que tu audiencia empatice con tu villano.
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