El superhéroe como género narrativo: ¿qué tiene de especial?
El superhéroe como género narrativo: ¿qué tiene de especial?
Los superhéroes se han hecho tan populares que ya cansan y aburren, y por eso creo que es bastante normal que haya muchos hoy en día que opinen que este género narrativo no es más que explosiones y CGI diseñadas únicamente para devorar palomitas y apagar el cerebro.
Aunque pareciera que, desde Endgame, el MCU está haciendo todo lo posible para acabar con lo que queda de este género, quisiera que los escritores no olvidemos las razones por la que los superhéroes se apoderaron por más de una década de las taquillas de cine.
Hay mucho que extraer de este género y justo por eso decidí escribir este artículo. Si te interesa, ¡no pares de leer!
¿Qué es un superhéroe?
Un superhéroe es un arquetipo moderno de personaje que se caracteriza por tener habilidades sobrenaturales o sobrehumanas y un alter ego acompañado de un uniforme o traje que lo representa.
Estoy consciente de que muchos (por no decir todos) los que se topen con este artículo, aunque quizás no sepan definir lo que es un superhéroe, tienen plenas facultades para identificarlo si hace falta.
Todos estamos familiarizados con este concepto, casi tanto como el amante de los cómics en los años setenta. Marvel y Disney se encargaron de crear una franquicia muy bien lograda y un inverso cinemático que, con sus imperfecciones, ha creado algo sin precedentes en el mundo del entretenimiento a nivel mainstream.
Batman, Superman, Spiderman, Wonder Woman, Black Widow, etcétera, son algunos de los muchos personajes que millones de personas puede reconocer en todo el mundo, pero además de estos hay otros cientos que solo los fanáticos más asiduos podrían identificar.
Eso también nos debe ayudar a entender que los superhéroes no son simplemente algo que se utiliza para producir blockbusters, sino que es un género con todas las de la ley que funciona a varios niveles de la industria narrativa.
¿Qué representan los superhéroes?
Esta es una pregunta un poco complicada de responder porque el género se ha expandido tanto que ya hay subgéneros dentro del género que exploran la idea del superhéroe desde distintos ángulos.
Por supuesto, si hablamos a nivel general, los superhéroes representan la idea de que, dentro de la persona más inesperada, se puede encontrar una persona especial con características heroicas. Esta es una idea que suele resonar con las personas, especialmente los jóvenes que desean con todas sus fuerzas ser individuos con un potencial capaz de conseguir grandes cosas.
Esta fantasía también tiene mucha nobleza porque los superhéroes, a diferencia de los héroes narrativos tradicionales, suelen tener como una de sus principales motivaciones AYUDAR A LAS PERSONAS. Es decir, no es algo que consiguen de forma indirecta mientras viven sus propias aventuras, sino que muy seguido es el simple hecho de ayudar lo que los impulsa a ponerse a sí mismos en peligro.
Los superhéroes tratan de ilustrar los aspectos más hermosos del ser humano como la compasión, la empatía, el sentido de sacrificio, la bondad, la generosidad, la valentía, etcétera; y aunque esto puede parecer el cóctel clásico para crear personajes demasiado perfectos, lo cierto es que un superhéroe bien construido es tan eficiente para trabajar estos elementos como el personaje con más fallas que existe. Todo depende del ingenio del escritor.
Por ejemplo, un sujeto como Capitán América que aparentemente tiene un compás moral inquebrantable, lo único que tienes que hacer para que su conflicto sea interesante es meter al personaje en situaciones grises en las que identificar lo correcto no es nada fácil. Es por eso mismo que Winter Soldier y Civil War son películas tan interesantes y que lograron convertir a tantos miembros de la audiencia en absolutos fans de Cap.
Lo mismo ocurre con Spiderman, un héroe del que se dice comúnmente que sus mejores villanos son aquellos que tienen “una relación personal con Spiderman”. La principal razón de esto es que Peter, al conocer la mejor parte del villano, tiene consciencia de que no es un monstruo en su totalidad y se ve en la necesidad de “salvarlo” casi tanto como entiende la urgencia de “detenerlo”.
Estos conflictos ayudan a que un héroe tan bueno y virtuoso como Spiderman pueda formar parte de conflictos interesantes, complejos e idiosincrásicos, porque hace que el factor decisivo sea la compresión que el héroe tiene de la justicia y que se comprometa a su visión sea cual sea la consecuencia.
Por supuesto, en este género también hay muchos antihéroes que le añaden su propio picante al género, pero eso no cambia su esencia; simplemente son perspectivas incluidas para agregar otra avenida para explorar las temáticas de la historia.
¿Por qué nos cansan tanto hoy en día?
Creo que no se necesita ser un genio para entender que el cansancio y rechazo a los superhéroes que sentimos nace, principalmente, porque tenemos demasiado tiempo viendo las mismas historias una y otra vez.
Si a esto le añadimos que desde Endgame el MCU es un completo desastre salvo algunas excepciones, es normal que la audiencia sienta que los superhéroes son aburridos y frustrantes.
Lo cierto es que estoy convencido de que si el mismo MCU se dejara de tanta estupidez política y volverá a sus raíces, a dejar de dada por sentada a la audiencia y volviera a poner un poco de esfuerzo, todos volveríamos felices a las salas de cine.
Dicho esto, la razón fundamental por la que nos cansan los superhéroes es porque ya no se hacen como antes…
¿Cómo construir un buen superhéroe?
Que no te engañe la saturación del mercado y el exceso de oferta: en realidad, las historias de superhéroes son productos bastante idiosincrásicos que necesitan muchos elementos narrativos para funcionar como debe ser.
No puedes simplemente poner a un personaje de una etnia nueva, darle un traje y poderes geniales y pensar que creaste un superhéroe. Eso solo atenderá la parte más superficial del género.
Los superhéroes son personajes que tienen que ser construidos con mucho cuidado, precisamente porque tienden a romper con mucha facilidad la suspensión de la incredulidad de la audiencia, ya sea por lo ridículos que son sus poderes o por lo exagerado que pueden parecer sus hazañas heroicas y virtuosas.
De una forma resumida, la fórmula para construir un superhéroe es:
- Dales una historia de origen que aterrice sus traumas, motivaciones, necesidad y filosofía como héroe.
- Crea un sistema mágico alrededor de sus poderes sólido y consistente en el tiempo.
- Introduce villanos que reten la filosofía central del personaje y le obliguen tanto a evolucionar sus habilidades como su entendimiento moral de sí mismo y el mundo que lo rodea.
- Haz que sus fallas tengan consecuencias y permítele tener derrotas aplastantes.
- Procura que la historia no se vuelva innecesariamente complicada y empiece a plagarse de conveniencias narrativas.
Si analizas las primeras películas del MCU, casi todas cumplen con esta fórmula, mientras que las nuevas fracasan estrepitosamente en casi todos los puntos mencionados antes.
Estoy consciente de que no es fácil construir historias así, pero justamente mi punto es que el género de superhéroes no es el que está muerto, sino que está en manos de escritores incompetentes o poco interesados.
¡Y con eso acabamos! Espero que este artículo te haya servido para aprender una o dos cosas sobre este género narrativo.
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