El comandante Erwin y los personajes moralmente ambiguos

El comandante Erwin y los personajes moralmente ambiguos

El comandante Erwin y la construcción de personajes moralmente ambiguos

Si eres un fan de Attack on Titan, seguramente estás explotando de emoción por lo increíble que está siendo la segunda parte de la 3ra temporada. Parece que la serie por fin está volviendo a retomar fuerza y hoy quiero hablar de un personaje que ha ayudado mucho a lograrlo: el comandante Erwin.

Claro, es innegable que Attack on Titan tiene una gran cantidad de personajes secundarios increíbles (ya, ya, lo dije, no tienen que empezar a alegar por Levi en los comentarios), pero hay algo genial que rodea el personaje de Erwin y que amerita que nos sentemos a hablar sobre él, aunque sea por un momento.

Bueno… supongo que el título no permite que haya misterio… obviamente, vamos a hablar de la ambigüedad moral de este personaje y los elementos que permiten que este sea el caso.

Verás, crear un personaje así es mucho más difícil de lo que parece, puesto que no es solo una cuestión de construirlos bien, sino que la historia, el tono y el contexto del mundo deben ayudar a que ese elemento moral realmente tenga una repercusión narrativa.

Dicho esto, vamos a ponernos un poco más específicos y explorar a fondo este prototipo de personaje. Si te interesa, ¡sigue leyendo!

Dales una personalidad analítica

Uno de los elementos que deben formar parte de un personaje moralmente ambiguo es su inteligencia. Si bien es cierto que pueden haber personajes relativamente tontos que muestren áreas grises de ética en su personalidad, estos no tienen el mismo efecto.

La razón es sencilla: ser inteligente y analítico indica implícitamente que las acciones que tomas han sido fríamente consideradas una y otra vez. Es decir, cuando un personaje así decide hacer algo “malo”, sabes que no fue un error, sino que tomó la decisión estando muy claro de las consecuencias que podría causar.

Esto es muy poderoso porque lo cierto es que, muy dentro de nosotros, sabemos que  en la vida real nadie se considera el villano de la historia. Todos actuamos de acuerdo a lo que creemos es correcto la mayoría de las veces, y somos bien conscientes cuando estamos haciendo algo que, dentro de nuestra escala moral, está mal.

Lo brillante de Erwin es que por muy crueles o inhumanas que parezcan sus decisiones, te cuesta enojarte con él porque sabes que la situación en la que se encuentra y el infierno en el que vive, constantemente le ponen en situaciones donde debe elegir entre un mal menor y otro apocalíptico.

Puedes no estar de acuerdo con él, pero en el fondo lo admiras por tomar las decisiones difíciles, y tienes la sensación de que no puedes cuestionar lo que hace con tanta facilidad.

Ponlos en situaciones genuinamente difíciles

Como mencioné antes, de nada sirve que tu personaje tenga la personalidad ideal para ser moralmente ambiguo si el contexto no lo acompaña: la historia lo tiene que forzar a tomar decisiones realmente difíciles.

Muchos videojuegos donde las “decisiones importan”, malentienden este concepto y ofrecen opciones bastante claras entre lo que está bien y lo que está mal. Por ejemplo, en Infamous: Second Son hay una escena en donde literalmente te ponen estas opciones: A) Ayuda a esta chica a ser una buena persona; B) corrómpela para que sea un monstruo. Y, para hacerlo más insultante, la opción A tiene un color azul cielo y la B trae un color rojo sangre.

No hay una decisión moral ambigua ahí, simplemente te están preguntando “¿quieres ser un malvado o no?”.

Compara eso con las constantes situaciones en las que Erwin se ve forzado a sacrificar la vida de sus hombres como si fueran peones de ajedrez. La frialdad con la que lo hace te puede hacer creer que es un desgraciado, pero lo cierto es que existe la posibilidad de que esa decisión terminara salvando vidas.

Es un balance extraño, porque para los seres humanos es difícil comparar los hechos con “lo que pudo haber sido”. Es decir, tiene sentido lo que dice Erwin, pero al final del día es un hipotético que, además, asume que no había ninguna otra opción.

La cuestión es que las situaciones deben hacer dudar a la audiencia de ellos mismos, hacerles pensar que si hubieran estado en la misma situación, quizás hubieran actuado de la misma forma o peor. Es difícil, pero increíblemente efectivo si lo haces bien.

Hazlos que sufran consecuencias por sus actos

La otra cuestión es que, si es cierto que la decisión del personaje moralmente ambiguo, por muy positiva que sea cuando ves la pintura a grandes rasgos, terminó por provocar eventos trágicos, tu personaje debe sufrir consecuencias por ese hecho.

Cuando Erwin pierde el brazo tratando de salvar a Eren, puedes dejarte llevar por la música y la personalidad heroica del personaje, y olvidar a los soldados que murieron siguiendo sus órdenes. Para Erwin, la muerte de esos hombres es un precio que vale la pena pagar para mantener la esperanza de la humanidad viva; por eso apenas y reacciona cuando le arrancan el brazo, ¡porque es una ganga en comparación!

De la misma forma, Erwin constantemente se enfrenta al odio de aquellos que lo ven en acción cuando toma decisiones a costa de la vida de otras personas, y malentienden sus intenciones. Pero el comandante siempre asume esta consecuencia, jamás los corrige ni procura decirles que están equivocados, porque lo cierto es que, hasta cierto punto, no lo están.

La última decisión de Erwin no solamente tuvo como consecuencia la muerte de casi toda su legión, sino que también le quitó su vida e hizo que uno de sus soldados quisiera revivirlo por puro odio. ¡Imagínate eso!

No los hagas ver buenos ni malos

Lo más increíble de Erwin es que el no pretende ser alguien bueno, sino que asume que tiene que convertirse en un monstruo para luchar contra monstruos.

Es difícil decir que Erwin es alguien malvado, porque su misión es positiva y altruista, pero también tendrías que ser un psicópata para decir que es alguien bueno.

La cuestión es que no necesita que lo veas de una u otra forma, porque esa no es la idea del personaje. Erwin no tiene que ser un héroe ni un villano, él es, temáticamente, la prueba viviente de lo que un mundo tan lleno de odio y crueldad pone sobre los hombros de las personas.

Lo cierto es que lo que más nos atrae de Erwin es que nos vemos reflejados en él, porque muy en el fondo sabemos que somos capaces de cosas terribles y nos alegramos de no encontrarnos en situaciones que nos pongan a prueba. Una lucha como la del comandante nos transmite mucho y nos obliga a mirar de manera introspectiva nuestro propio ser.

Si logras crear todos estos elementos, ¡serás capaz de crear un personaje moralmente ambiguo que tus lectores/espectadores nunca olvidarán!

Si te gustó el artículo y te gustaría leer otros parecidos, ¡no olvides suscribirte al newsletter del blog!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *