Estándares narrativos: ¿qué tan altos deben ser?

Estándares narrativos: ¿qué tan altos deben ser?

Estándares narrativos: ¿qué tan altos deben ser?

Si algún día te has puesto a conversar sobre alguien sobre películas, series, libros, música o videojuegos, seguramente te has dado cuenta que cada quien tiene un estándar narrativo completamente distinto para evaluar sus historias favoritas o las que consideran malas.

Así como puedes conocer a alguien que es capaz de evaluar una gran película como El Padrino con exactitud, también hay quiénes ven Escuadrón Suicida y la consideran una buena historia.

Ojo que aquí no estoy hablando de “gustos”, ya que de eso no hay nada escrito. De lo que estoy hablando es del estándar al cual sometes las historias a las que te expones después de analizarlas.

Son cosas muy distintas y, si piensas convertirte en escritor o en crítico, es crucial que lo sepas.

Por eso, en este artículo te hablaré a fondo sobre los estándares narrativos y su importancia. ¡Sigue leyendo!

¿Qué tan alto debe ser tu estándar personal?

Si te vas a dedicar a la escritura, la respuesta aquí es muy sencilla: tu estándar debe ser tan alto como la clase de historias que piensas construir.

Si piensas crear películas cuyo único propósito es divertir y distraer a la gente, quizás sea válido que tus estándares sean un poco más bajos. Sin embargo, si quieres crear tramas complejas que atacan problemas sociales directamente, entonces tu estándar debe ser extremadamente alto.

¿Qué pasa si, como autor, tienes un estándar bajo?

Como mencioné antes, tener un estándar alto no significa que no puedas disfrutar de una historia con errores o problemas narrativos, ese no es el punto. Lo importante es que seas capaz de identificar esos problemas desde una perspectiva objetiva, entendiendo qué le afectó negativamente y qué le impactó de forma positiva.

Un autor que tiene un estándar narrativo bajo, es un autor completamente incapaz de evaluar las historias por lo que realmente son, y reduce toda su experiencia al aspecto subjetivo y emocional.

Si bien eso le servirá para pasar un buen rato los domingos por la noche, lo cierto es que será de muy poca ayuda para que pueda continuar creciendo como escritor.

La calidad, especialmente en la construcción de historias, no es un accidente. Es un proceso muy metódico, que toma en cuenta muchísimas variables y las evalúa tanto individualmente como por la forma en que se relacionan con el resto de elementos.

Si no eres capaz de usar un criterio fuerte y bien establecido, jamás serás capaz de aprender de los aciertos y errores de esos profesionales que te gustaría emular.

¿Cómo diferenciar las historias buenas de las malas?

Cada quien construye su propio estándar y es cierto que es inevitable que existan aspectos subjetivos en él.

Dicho esto, hay tres cosas específicas que deben formar parte de la evaluación de cualquier estándar narrativo bien pensado. ¡Aquí te las comparto!

La trama es coherente y carece de conveniencias narrativas

Mientras más compleja sea una historia, mientras más subtramas maneje, más personajes importantes, más villanos y más construcción de mundo, más difícil se volverá asegurarse que todo está conectado de una forma orgánica y creíble.

Más de una vez, el escritor o escritores se encontrarán trabados y, entonces, aparecerá la tentación de solucionar un problema con una conveniencia narrativa o, peor todavía, el equipo en general carecerá del talento para hacer que la historia realmente funcione y eso afectará negativamente el progreso de la misma.

Tú, como autor y crítico, debes ser capaz de identificar esos errores, no para atacar a los creadores ni mucho menos, sino para entender de la manera más profunda posible POR QUÉ la historia se vio afectada, qué decisión está causando la incongruencia narrativa.

A su vez, también debes esforzarte por entender cuáles son los elementos que funcionan en una historia, qué hace que las cosas conecten y tengan sentido e impacto emocional.

Puede que ciertos aspectos positivos balanceen los negativos según tu propia opinión subjetiva, después de todo, al final tienes que dar tu juicio de si la obra es buena o mala; pero eso no te debería impedir ser capaz de decir “esto es un error” o “esto es un acierto”.

No hay historias perfectas, pero tienes que saber diferenciar las casi perfectas de los completos desastres.

Los personajes son tridimensionales y viven un arco bien construido

Una historia vive y muere de acuerdo a sus personajes. La premisa, el mundo y la trama importan muy poco si los personajes no están bien construidos.

Una pista inmediata de que una historia tiene mucho que decir es que sus personajes son tridimensionales. ¿A qué me refiero con eso? Bueno, en pocas palabras me refiero a personajes que no puedes describir en su totalidad con una sola palabra u oración.

Por ejemplo, Jar Jar es un ejemplo de un personaje unidimensional, porque con decir “un idiota aleatorio”, realmente explico la esencia del personaje.

Sin embargo, alguien como Jack Sparrow, que también tiene actitudes de “idiota aleatorio” no se reduce solo a ello. Jack es un sujeto que no puedes decir que es bueno o malo; es un tipo capaz de traicionar a sus amigos y de morir por ellos, es alguien con convicciones fuertes, pero que también es capaz de burlarse de la moral; va por la vida como un idiota borracho, pero lo cierto es que siempre sabe qué es lo que quiere.

Es un personaje complejo, que se siente vivo y real y eso es lo que permite que Los Piratas del Caribe, a pesar de los problemas narrativos que tiene, de todas maneras tenga muchos aspectos positivos que la rescatan.

Si eres capaz de identificar este tipo de elementos en otras historias, quizás te des cuenta que algunas obras sufren porque carecen de personajes así o, todavía mejor, estarás más abierto a historias de géneros extraños para ti cuando te des cuenta que saben construir arcos interesantes.

Explora la temática de forma honesta

La temática es una parte muy relevante de la construcción de historias, pero no significa nada si hay símbolos de la historia que la contradicen o solamente se muestra una exploración parcial y arbitraria del problema.

Por ejemplo, si fueras a hablar de la corrupción del rico, pero se te olvida por completo que el pobre también puede ser corrupto, entonces estás siendo deshonesto, y tu temática carecerá de profundidad.

De la misma forma, si durante la historia mostraste que todos los ricos eran unos desgraciados, pero al final haces que tu protagonista se vuelva acaudalado, entonces los símbolos se contradicen y el mensaje pierde todavía más fuerza.

Lo interesante de incluir la temática en tus estándares narrativos, es que te obligarás a ti mismo a fijarte en estos detalles un poco más filosóficos y profundos de las historias.

Esto te ayudará como no tienes una idea a mejorar como escritor y ver más allá de lo que las historias muestran superficialmente. ¡Te cambiará para siempre!

¡Ya llegamos al final! Espero que este artículo te inspire a tener un estándar alto, pero que sepas manejarlo, de forma que tu amor por las historias y el disfrute que te dan no disminuya, sino que se vuelva cada vez más grande.

Después de todo, tener un estándar definido es tanto útil para darte cuenta de los errores que tienen las historias que te gustan, pero también para descubrir oro en lugares que no llamaron la atención de entrada.

¡A lo mejor serás capaz de disfrutar historias que antes ni considerabas!

Si te gustó el artículo, tienes algunas duda o quisieras agregar algo a la conversación, ¡hazlo en los comentarios!

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