El poder de la mirada: ¿por qué importa tanto trabajar este elemento?
El poder de la mirada: ¿por qué importa tanto trabajar este elemento?
Una de las cosas más memorables que tienen los personajes y que los separa del resto es el poder de la mirada que sale de sus ojos. Es por algo que casi todas las descripciones hacen algún tipo alusión al color de los ojos, y también por qué tantas películas hacen close-ups directos a las caras de los actores.
Este es un elemento muy importante que puede ayudarte a darle mucho sabor a tus historias. Si quieres descubrir todo al respecto, ¡no pares de leer!
El poder de la mirada de los personajes
Por supuesto, cuando hablo de el poder de la mirada de los personajes, no estoy refiriéndome para nada a un poder literal. No estoy hablando de la mirada de rayos laser de cíclope o la mirada que te transforma en piedra de Medusa.
No me refiero a habilidades literales, sino al poder narrativo que tienen; es decir, la forma en que una mirada te puede ayudar a transmitir símbolos poderosos y darle un sentido de profundidad a los personajes.
Por ejemplo, cuando dices que un personaje tiene una mirada cansada y llena de odio, aunque no te digan por qué, sientes que te comunicaron algo personal e importante, y empiezas a crear una opinión de inmediato sobre él o ella.
De la misma forma, cuando muestras una reacción emocional con los ojos o cerca de ellos (como “entrecerró los ojos” o “frunció el ceño”) obligas al lector a pensar en la cara del personaje, y lo metes en la escena, además de que haces que la experiencia sea muy visual.
Es algo útil que te puede servir mucho más de lo que crees.
¿Cómo trabajarla?
Ahora que sabes por qué el poder de la mirada es importante y qué es lo que lo define exactamente, es momento de que te comparta tres tips ideales para aprovechar este concepto al máximo.
¡Aquí te van!
Dale una distinta a cada personaje
Cuando estés trabajando en una novela, donde no cuentas con actores reales que muestran miradas distintas con o sin tu ayuda, es importante que te asegures que cada personaje tiene una particularidad distinta en los ojos que hace que sus expresiones se sientan únicas.
A veces puede ser algo tan sencillo como darles un color de ojos muy particular, pero también sirve hacer alusión a otras características un poco más idiosincrásicas. Algo así como que tiene una mirada amable, severa, perdida, etcétera.
Eso no solo te ayudará a que se diferencien del resto, sino que también te permitirá transmitir aspectos interesantes del personaje sin necesidad de abusar de la exposición narrativa.
Aprovecha las emociones que transmite
No por nada se dice que los ojos son la “ventana del alma”. Los mejores mentirosos no son los que mienten con las palabras, sino con los ojos, porque no hay forma de descubrir que algo está mal.
Es por eso que siempre vemos a las personas a los ojos, porque inconscientemente estamos tratando de leerlas y entender cómo piensan; y lo más interesante es que muchas veces somos capaces de hacerlo.
Ahora, en una historia, si te la pasas diciendo una y otra vez cómo se sienten los personajes, la lectura se vuelve lenta y aburrida, además que, como no estás haciendo que el lector piense y analice las escenas, no estás logrando que se sumerja en la narrativa.
El poder de la mirada es justo lo que te ayudará a evitar esto, porque te da una vía libre para explorar las emociones de los personajes al mismo tiempo que haces que el lector se involucre.
Si te digo que te imagines a Iron Man con una mirada amable y cariñosa, y luego que imagines que tienes los ojos inyectados en sangre, llenos de ira; de inmediato sientes cosas distintas y estás trabajando, imaginándote el rostro de Rober Downey Jr. y estás interesado en saber qué causa esas reacciones.
Esa es la diferencia entre decir que un personaje es amable o está enojado, y mostrarlo con la mirada: en el segundo, obligas a la audiencia a pintarlo en su mente y darle forma.
Inclúyelas en las descripciones siempre que puedas
Por supuesto, no te saldrás con la tuya si solamente hiciste una descripción de los ojos del personaje la primera vez que apareció en la página cinco, y ya nunca lo volviste hacer hasta la ciento cincuenta.
Si quieres que tu lector realmente invoque la imagen que buscas, necesitas acostumbrar a su mente a que la trabaje. Por eso, procura incluir descripciones de este tipo en muchas escenas, de forma que el lector constantemente tenga reconstruir el rostro del personaje en su mente.
Intenta recordarle las características típicas del personaje y reforzar aspectos clave como el color que tiene y la intensidad que suele mostrar.
Aprovecha también para crear interacciones entre los personajes que involucren la forma en la que se miran y se analizan el uno al otro. Así también estarás aprovechando la perspectiva analítica de un personaje para contagiar al lector y que este participe activamente en la historia.
¡Eso te ayudará como no tienes una idea a lograr que tus historias sean más inmersivas!
¿Listo para aprovechar las miradas de tus personajes?
El poder de la mirada es algo que no debes trivializar. Espero que este artículo te haya ayudado a entender que hay usos prácticos que hacen que este elemento vaya más allá de una simple cuestión estética que mejora las descripciones.
¡Es un recurso narrativo que te puede ayudar infinitamente!
¡Y eso es todo! Si te gustó este artículo, te encantará este otro sobre cómo el diseño de los personajes de una novela afecta la experiencia del lector. ¡No te lo pierdas!