¿Qué tan rápido debes escribir tus novelas?
¿Qué tan rápido debes escribir tus novelas?
Una frustración que los lectores del blog comparten muy seguido conmigo está íntimamente relacionada con la rapidez con la que deberían escribir sus novelas.
Algunos se frustran porque tienen un año trabajando en ellas, otros sienten que les toma demasiado tiempo trabajar en un solo capítulo, otros tienen la opinión de que sus historias fallan por lo rápido que las crean, etcétera. El punto final es que todos consideran que la velocidad, de alguna forma, se relaciona con el nivel de talento y habilidad que tienen como escritores.
Existe algo de verdad en eso, pero la respuesta tiene más idiosincrasia de lo que crees. Si te interesa conocerla, ¡no pares de leer!
Velocidad: nivel George R.R Martin
Primero, hablemos de la situación más… “recurrente”: la del escritor que se tarda mucho en terminar sus obras.
Si eres fan de George R.R Martin, seguramente entendiste la referencia del subtítulo, pero para los que no están familiarizados, estoy hablando de un autor que se toma su tiempo.
Estoy hablando de un sujeto que puede trabajar un mes entero sin parar y salir con uno o dos capítulos de un libro que probablemente tendrá cincuenta. Claro está, quizás podríamos cuestionar su disciplina laboral, pero cuando lees un libro de este autor, de inmediato te das cuenta de por qué le cuesta cada vez más continuar la saga.
Sus personajes y su mundo son sumamente complejos, a lo cual se le debe suma un lore vasto con ramificaciones sociales y políticas que impactan el presente de la trama.
Es comprensible que sus últimos libros le generen muchos retos narrativos, porque debe asegurase que cada arco, cada punto de la trama y cada misterio obtenga un final espectacular que gira en torno a una temática unificada.
Para lograr esto seguramente tiene cientos de páginas de notas, escaletas de personaje, borradores, etcétera. Es un trabajo muy difícil y que muchas veces te arrojará obstáculos tan grandes que pasarás meses intentando resolverlos.
Si quieres escribir historias que tengan la misma complejidad que las George R.R Martin, es simplemente natural que te tome mucho tiempo terminarlas, así que no debes sentirte frustrado al respecto.
Ahora, si tu obra no tiene ni de cerca esa profundidad y aún así parece que no la acabarás nunca, quizás lo te hace falta es organizarte mejor y trabajar con más ganas.
Velocidad: nivel Stephen King
De nuevo, si conoces a este escritor, seguramente te queda muy claro que aquí estoy hablando de autores que pueden sacar un libro en menos de ocho meses.
Este tipo de escritores se enfocan en una premisa y la trabajan con la mayor profundidad de la que son capaces, presentando una estructura narrativa relativamente sencilla, pero que sabe qué es lo que quiere y está confinada a unos límites fácilmente reconocibles para la audiencia.
La disciplina es crucial para este sistema, así como la planeación y el entendimiento de los personajes.
Dicho esto, escribir rápido no es una virtud en sí misma, sino escribir rápido y bien. Incluso alguien como Stephen King solo se propone redactar seis páginas al día, porque es muy complicado hacer más de eso sin que la obra pierda calidad.
¿Qué determina lo rápido que debes escribir?
Si algo quedó claro hasta ahora, seguramente es el hecho de que ningún método es objetivamente mejor que el otro.
Por eso, deja que te explique cuáles son los aspectos que debes considerar para entender qué prototipo de autor te conviene emular.
¡Sigue leyendo!
La longitud de la saga
Mientras más larga sea una saga, más personajes tendrá, más conflictos con potenciales consecuencias, más localidades, más bagaje y más desarrollo de mundo. Es por eso que es crucial que tengas una idea clara de la longitud de tu narrativa para determinar si debes enfocarte más en el maratón que en la carrera.
Las historias cortas y potentes necesitan que trabajes intensamente en ellas, que te empapes todo el tiempo de las ideas que maneja y cada día las ataques hasta que no haya nada más que extraer.
Por su lado, las narrativas largas y complejas requieren un inmenso trabajo de preparación y estructuración, un proceso que puede llegar a tomar varios meses dependiendo de la saga.
Define qué es lo que quieres primero, y dependiendo de eso decide qué te conviene más.
La complejidad del mundo
Por supuesto, la longitud de la saga no es lo todo, porque existen series muy largas que se desarrollan en un universo relativamente sencillo. Un ejemplo podría ser Gilmore Girls o Friends.
Estas obras se pueden dar el lujo de tomarse con más calma la planeación y pasar de una forma más ágil a la fase de redacción.
Por el contrario, obras con un mundo muy complejo, con una inmensa cantidad de facciones, personajes, culturas, conflictos políticos, etcétera, necesitan forzosamente asegurarse que la ruta que está tomando la narrativa podrá aterrizar todos los elementos, o de lo contrario existirá una alta probabilidad de que aparezcan huecos narrativos o que ciertos puntos de la trama sobren por completo.
La complejidad de los personajes
No necesitas escribir personajes exageradamente complejos para que una historia tenga valor. Es decir, es muy distinta la complejidad que tiene un personaje como Edmundo Dantes a la que tiene Moana. Ambos son buenos personajes, pero sus historias persiguen niveles de profundidad muy diferentes.
Es por algo que El Conde de Montecristo es un libro de más de mil páginas, con conflictos sumamente intrincados y complejos, y Moana es una película para niños de una hora y media.
No estoy atacando a ninguna de las dos, simplemente estoy mostrando que está bien si la complejidad de tus personajes te pide trabajar más tiempo o menos tiempo.
Lo importante es que definas qué es lo que quieres de ellos y estés dispuesto a trabajar lo suficiente para que tengan las herramientas necesarias para dártelo.
Tu propio tiempo personal
Y bueno, obviamente no soy ajeno al hecho de que muchos de los escritores aspirantes que leen este blog no pueden dedicarse de lleno a la escritura.
Créeme, lo entiendo. La familia, la escuela, el trabajo… todas son responsabilidades que están mucho más arriba que tu pasatiempo de escribir novelas, pero no permitas que se conviertan en excusas.
Si solamente puedes apartar 30 minutos a la semana para trabajar en tu novela, entonces asegúrate que ese tiempo sea sagrado y productivo.
Organízate y dale a tu historia el cariño que se merece. ¡Es crucial para que alcance su máximo potencial!
¡Ahora llegamos al final del artículo! Quiero pensar que te ha servido y que ahora sabrás definir qué velocidad de escritura es la ideal para ti.
Si fue así o no, ¡no olvides dejarme un comentario!
Un claro ejemplo de una enorme planeación es cuando te introducen a Oudor muy temprano en la historia y que ese pequeño detalle hace que una de las ultimas escenas tenga un enorme peso y explique la razón de porque es Oudor.