Batman vs Joker: un combate arquetípico

Batman y Joker son probablemente la pareja de héroe-villano más popular del planeta. Los enfrentamientos entre estos personajes han dado pie a algunas de las mejores historias que el género de superhéroes puede ofrecer, y siempre es emocionante ver con qué clase de tretas intentarán superarse mutuamente.

Por esto mismo, es interesante analizar por qué la dinámica entre estos personajes resuena tanto con las audiencias de todo el mundo; una dinámica que gira en torno a la relación entre el caos y el orden.

Si te interesa aprender más sobre el tema, ¡no pares de leer!

¿Qué es el caos?

En la academia española, el caos se define como “desorden o confusión absolutos”; un estado en el que hay mucha incertidumbre y nada o poco parece tener sentido.

De entrada, esta parece una descripción muy negativa para el concepto y nos hace creer que, si pudiéramos deshacernos del caos de la vida, todo estaría mejor.

Sin embargo, como sucede con muchos temas complejos, esa percepción es errónea, porque así como es cierto que el caos puede ser una fuerza destructiva, también es necesario que esté presente hasta cierto punto para llevar una vida saludable.

Vamos, es muy probable que el día de hoy no lo tengas planeado en lo absoluto y que sepas todavía menos qué sucederá mañana. Tal vez no conoces qué carrera vas a estudiar, si deberías cambiar de trabajo o si el próximo año estarás en la calle. Esto puede parecer negativo, pero es justamente esa incertidumbre lo que te obliga a “negociar” con el futuro, a crecer como persona y buscar que esas incógnitas se conviertan en variables que puedes predecir de una manera más segura.

Los factores impredecibles de la vida son lo que la mantienen interesante. Es por eso que cuando entras en una rutina demasiado definida con tu pareja te sientes atrapado y aburrido, porque como ser humano no estás hecho para lidiar con un mundo donde todo es predecible y cuantificable.

Dostoyevsky lo explica de manera magistral en Memorias del Subsuelo:

“Siendo así, díganme ustedes qué se puede esperar del hombre, de ese ser dotado de cualidades tan extrañas. Prueben a volcar sobre él todos los bienes de la Tierra; sumérjanlo en la felicidad tan profundamente que solo se perciban en la superficie algunas burbujas; satisfagan sus necesidades económicas hasta el punto de que sus únicas ocupaciones sean dormir, comer pan de especias y pensar en el modo de prolongar la historia universal…

Hagan todo esto, y verán como el hombre, por pura ingratitud, por necesidad de envilecerse, les corresponde cometiendo alguna villanía. Incluso correrá́ el riesgo de perder sus panes de especias y volverá́ a caer en las necedades más peligrosas, en los absurdos menos ventajosos, solo por mezclar a esa sensatez positiva un elemento fantástico, pernicioso. Precisamente sus sueños más fantásticos y sus más vulgares tonterías es lo que pretenderá́ conservar, solo para demostrarse a sí mismo (como si esto fuera necesario) que los hombres son hombres y no teclas de piano, aunque en verdad lo son para las leyes de la naturaleza, que las tocan, y con tal brío, que pronto no será́ posible desear nada sin antes consultar el calendario. Además, incluso si se comprobara que el hombre no es más que una tecla de piano y se le demostrase matemáticamente, el hombre no sentaría la cabeza: seguiría haciendo disparates, solamente para evidenciar su ingratitud y su conducta caprichosa. Y si los demás medios le fallan, se sumergirá́ en la destrucción, en el caos. Será capaz de provocar cualquier desastre únicamente para hacer lo que se le antoje. Lanzará maldiciones contra el mundo, y como solo el hombre puede maldecir (este es el privilegio que más claramente lo distingue de los demás animales), conseguirá́ sus fines, que son convencerse de que es un hombre y no una tuerca.

Si me dicen ustedes que el caos, las tinieblas y las maldiciones pueden estar también calculados de antemano y tan exactamente que este cálculo paralizará el impulso del hombre, y, por lo tanto, la razón triunfará una vez más; si me dicen esto, les contestaré que el hombre no tendrá́ ya más que un medio para hacer su voluntad: volverse loco.” – Memorias del Subsuelo pág 59-61.

Es una forma muy clara de explicar la naturaleza impredecible y libre del hombre, que se revelará incluso cuando la comodidad y el orden intentan imponerse sobre él.

¿Qué puede aportar a una historia?

El caos es un elemento fantástico en las historias precisamente porque invita al actuar de los personajes. Es decir, todos tenemos un nivel de desorden máximo que podemos soportar, y una vez que pasamos de ese límite tenemos que hacer algo para resolverlo.

De la misma forma, el caos es un elemento perfecto para romper el status quo de una historia y crear una nueva serie de conflictos que te permitan explorar a tus personajes de distintas maneras.

Por lo general, el elemento del villano suele ser quien representa esta ruptura en el orden, tal como sucede con el Joker, que es una respuesta directa a los constantes intentos de Batman por imponer el orden en Ciudad Gótica.

Dicho esto, no es exclusivo de los antagonistas, ya que, como veremos adelante, el orden también puede tener un elemento oscuro que justifica las acciones de un héroe contra él.

¿Qué es el orden?

El orden es una situación o estado de normalidad o funcionamiento correcto de algo, ya sea en las relaciones humanas o en sistemas complejos.

En pocas palabras, cuando hay orden las cosas funcionan como están destinadas a funcionar. El mundo es predecible y los comportamientos tienen sentido. Si eres de los que planea su jornada con mucho cuidado, entonces hay pocas cosas que dejas al azar: sabes a qué hora empezarás a trabajar, a qué hora comerás y cuándo irás a dormir.

No haces muchas cosas fuera de ese plan y eso te permite entender el curso que tomará tu vida, al menos en el futuro cercano.

De entrada, es muy fácil entender por qué el orden es un elemento deseable para la vida de las personas, sin embargo, al igual que el caos, se vuelve un problema cuando hay demasiado de él.

Si alguna vez en tu vida has leído o estudiado un poco de historia y estás familiarizado con los regímenes tiránicos, entonces sabes a qué me refiero.

Así como el caos puede evolucionar rápidamente a anarquía, el orden puede convertirse en tiranía si no se calibra apropiadamente, efectivamente colocando a las personas en cajas y dándoles poco lugar al que moverse.

El orden excesivo es prejuicioso, parte de conclusiones objetivas y las cuestiona muy poco, y por eso en un mundo demasiado ordenado, es difícil moverte del lugar en el que estás.

Es por esto que en muchas historias de Batman, él termina siendo el creador del Joker, porque sse está explorando esa idea de que el deseo por el orden termina provocando el resurgir del caos, ya que la misma estructura natural se resiste a ser colocada en una caja tan estrecha.

¿Qué puede aportar a una historia?

Al igual que el caos, el orden puede tener un papel heroico y otro antagónico, en ambos casos reflejando la necesidad de eliminar los aspectos impredecibles del mundo y ponerlos bajo el control humano.

Es un elemento que obliga a los personajes a buscar sentido en el mundo y determinar una lista de prioridades con aquello que justifica la existencia humana.

Batman se convierte en el orden porque el asesinato de sus padres llena su vida de caos. Por lo tanto, decide hacer algo que tiene sentido para él, con reglas claras y límites marcados por él mismo. Es el equivalente a colocar tus manos sobre las cuerdas de una guitarra para detener su vibración.

Sin embargo, así como ese gesto consigue que todo se aplaque y el silencio cree armonía, también provoca que aquellos que extrañan el sonido se revelen contra la violenta interrupción, y ahí es donde el Joker aparece.

¿Cómo trabajar estos elementos en una misma historia?

Bueno, este artículo se puso muy filosófico, pero espero que eso te entusiasme más y te ayude a ver que no amamos a estos personajes solo porque sí, sino porque representan paradojas complejas sobre la existencia humana.

Pero ¿cómo lo hacen? ¿Qué elementos están aprovechando los escritores para explorar este apasionante dilema? ¡Aquí te comparto los más importantes!

Justifica su existencia

Si quieres que tanto el orden como el caos sean elementos que se pueden manejar a profundidad con los personajes de tu historia, necesitas forzosamente asegurarte que ambos elementos están bien justificados.

En el caso del Batman, la muerte de sus padres es un perfecto elemento para que entendamos su necesidad por el orden. En el caso de Joker, es su odio por el mundo y la existencia de Batman.

De hecho, justamente porque el Joker es más una fuerza del caos que una persona de carne y hueso, es que su conflicto con Batman se siente tan poderoso y trascendental. Como bien sabes, la motivación del Joker en la mayoría de las historias es representada como un amor por el caos solo porque sí, porque así le demuestra al mundo que él es el único cuerdo que existe.

Esto está muy representado en la historia animada The Dark Knight Returns donde se nos revela que el Joker queda un estado catatónico cuando Batman se revela, diciéndonos que su motivación no puede tener sentido si no existe una fuerza del orden contra la que oponerse, ya que como agente del caos, no puede existir sin su contraparte.

Esas justificaciones en los personajes nos sirven para entender su fuerte persecución por el orden y el caos respectivamente, y nos ayudan a adentrarnos en la filosofía de vida que les impulsa a ser tan tercos con esas perspectivas.

Explora el lado oscuro y el luminoso de cada concepto

Como mencionamos antes, tanto el orden como el caos tienen aspectos positivos y negativos. Ni uno es completamente malo, ni el otro es completamente bueno.

Si quieres que tu historia realmente sea profunda, necesitas explorar eso a fondo.

Es por esto que muchas personas critican a Batman por su regla de no matar, precisamente porque es una regla que se inclina de forma extrema hacia el orden, casi de una forma dogmática. Ahora, en realidad esta es una regla que debe existir con el personaje, o de lo contrario su papel como representante del orden terminaría por convertirlo en un tirano y Batman dejaría de ser un héroe.

De la misma forma, el Joker nos ayuda a ver la perspectiva de los criminales que le temen a Batman, que ya no son capaces de ejercer el caos que antes sí podían realizar. Es una respuesta al exceso de orden que este personaje refleja que, aunque puede representar un bien para la ciudad, no lo es para ellos, y por eso se rebelan.

Batman no es un héroe para todos y sus mejores conflictos con el Joker lo reflejan. Esa complejidad es lo que permite que la dinámica entre ambos sea tan interesante.

Permite que la trama constantemente rete estas ideas

Si analizas con cuidado muchas de las historias de Batman contra el Joker, te darás cuenta que constantemente este último hace todo lo posible para poner a prueba la capacidad de orden de Batman.

El Joker constantemente intenta llevarlo hasta el borde, con la esperanza de que acepte el caos y pase una línea de la que ya no puede volver.

Esto es algo que se refleja de forma magistral en Under the Red Hood, cuando la obsesión por el orden de Batman le impide asesinar al Joker después que este presuntamente acabara con uno de los Robins.

Incluso como audiencia, nos vemos inclinados a cuestionar la moralidad de Batman, de si está bien que no caiga en el caos al menos un poco para librar al mundo de un mal mayor.

Es este dilema de la trama lo que nos invita a retar estas ideas, a la utilidad que el orden y el caos realmente tienen o deben tener. ¿Dónde se marca el límite para uno y otro? ¿Qué tanto te debes comprometer con un lado de la balanza?

Son preguntas interesantes que le aportan mucho valor al desarrollo de tu historia.

No le des una respuesta definitiva a tu audiencia

Uno de los mejores elementos de la película The Dark Knight de Christopher Nolan, es la forma en la que presente preguntas interesantes sobre el caos y el orden, pero deja que la audiencia tome sus propias decisiones.

Una de las escenas que mejor refleja esto es cuando Batman se ve obligado a crear una máquina que invade la privacidad de todos los ciudadanos de Ciudad Gótica. Si necesitabas un símbolo más claro de los excesos a los que el orden puede llegar, pues realmente no se puede ser mucho más directo que esto.

Sin embargo, al final de la película Batman destruye esa máquina y hace que nos preguntemos: ¿eso estuvo bien? Vamos, con eso lograron detener a un psicótico asesino, ¿no puede servir para evitar otras ataques del caos?

Es una pregunta que puede tener muchas respuestas dependiendo de a quién se las formules, y lo mejor es que la película no te dice exactamente qué es lo mejor.

De la misma forma, cuando Joker le miente a Batman sobre la locación de su amada y de Harvey Dent, lo que está haciendo es remover la ilusión de control del personaje; haciéndole creer primero que puede predecir y planear el desenlace del conflicto, pero luego revelando creando más confusión y desorden en el trayecto.

Ahí empiezas a preguntarte si realmente existe tal cosa como imponer orden en el caos o si es mejor entender los patrones de la locura para ser capaz de competir contra él.

Son elementos muy interesantes que nos hacen sentir que el héroe realmente está metido en apuros y permiten que el villano se sienta como una fuerza abrumadora. Ambos tienen perspectivas fuertes y sólidas, pero nunca sabes quién tiene la ventaja en realidad.

¡Y con eso acabamos! Ahora sabes cómo puedes manejar con profundidad el orden y el caos en una historia.

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