Trama épica o trama aterrizada: ¿cuál es mejor?
Trama épica o trama aterrizada: ¿cuál es mejor?
No es extraño que, a la hora de trabajar nuestras historias, en algún punto veamos una oportunidad para evolucionar la trama en algo más “grande”. Este es el típico dilema de “¿me conviene una trama épica o una trama aterrizada?” y lo cierto es que existen formas de descubrir cuál te servirá más.
También, puede ser que nos preocupe que las personas encuentren nuestra obra aburrida y ordinaria o, por otro lado, demasiado extraña y rebuscada.
En este artículo, vamos a hablar a fondo sobre el tema para que no te quedes enfrascado en esa encrucijada, así que, si te interesa, ¡no pares de leer!
¿Qué es una trama épica?
Las tramas épicas son aquellas que tienen en su centro un conflicto central con un gran alcance y relevancia en el universo de la historia. El conflicto es complejo desde un punto de vista logístico, con muchas facciones involucradas y distintas dinámicas de poder dentro de esas mismas facciones.
Es bastante común en géneros como la fantasía y la aventura, pero lo cierto es que puede estar presente en cualquiera. Algo así vemos en dramas como El Conde de Montecristo que, aunque no tiene nada mágico en su contenido, aún así involucra un viaje épico lleno de conflictos internacionales y conspiraciones.
¿Qué es una trama aterrizada?
Las tramas aterrizadas son aquellas que lidian con problemas humanos y, en lugar de presentar un conflicto central grandioso, están más interesadas en manejar los aspectos cercanos y personales de las luchas de los personajes.
Eso sí, no te confundas. Una “trama aterrizada” no es sinónimo de una trama que no tiene elementos fantásticos (algo que nos demuestra la película About Time”), simplemente que la historia en sí no va a lidiar con problemas que afectan el universo narrativo de la obra, sino solo aquellos que afectan personalmente a los personajes que están ahí.
¿Alguna es mejor que la otra?
Como seguro ya pudiste deducir por tu cuenta, ninguna de las dos tramas es necesariamente mejor que la otra; todo depende de aquello que te interesa explorar como autor con tu historia.
Por ejemplo, si te llamaras Jane Austen, estarías más interesado en lo que sienten y viven tus personajes, la forma en la que sus relaciones interpersonales y fallas propias les obligan a actuar para mejorar sus vidas o al menos intentar superar los obstáculos que se les presentan.
En cambio, si te llamas J.R.R Tolkien, te interesa explorar cómo las acciones de tus personajes afectan el mundo en el que viven y cómo este les afecta a ellos en una escala mayor.
En ambos casos, hay mucho enfoque en los personajes, la diferencia es que mientras la trama aterrizada explora el conflicto de una forma personal, la trama épica lo hace por medio de un viaje u odisea fantástica.
Ninguna de las dos es particularmente superior a la hora de manejar una mayor o menor cantidad de subtramas ni tampoco tiene una ventaja considerable a la hora de construir buenos arcos de personaje.
Todo depende de lo que tú quieras conseguir como escritor y la forma en la que imaginas el desarrollo de tu obra.
¿Cómo saber cuál necesita mi historia?
Como vimos anteriormente, la diferencia más grande entre una trama épica y una aterrizada gira completamente en torno a la forma en que el conflicto central explora la lucha de los personajes; es decir, el elemento que te dirá cuál es la mejor trama para tu historia son justamente tus personajes.
Lo que debes hacer es conocerlos a fondo, entender sus debilidades y la forma en que interactúan con el mundo en el que viven. En algunas ocasiones, puede ser que su situación sea tan particular y dramática que lo mejor sería construir un viaje que haga más creíble su transformación, mientras que en otros casos puede que su problema sea algo profundo que está sumido en el fondo de su alma y es de hecho la simpleza lo que le ayudará a enfrentarse a su falla.
Por supuesto, a eso debes añadirle lo que tú mismo quieres explorar como escritor y la forma en que lo has planteado en tu mente.
Ahora, quizás te podrás pensar algo como “pero JEFS, yo primero pensé en mi trama antes que mis personajes, ¿hice mal?”. ¡Para nada! Recuerda que antes hablé del “dilema” que puede surgirte mientras escribes, esa tentación a cambiar tu trama para que sea más épica o más aterrizada.
Justo lo que quiero es que tengas las herramientas para que, si eso te suceda, puedas tomar la mejor decisión. No estoy diciendo que tu trama está mal, simplemente que es importante subordinarla a lo que los personajes necesitan y lo que tú quieres como autor.
¡Y con eso acabamos! Espero que este artículo te haya resultado interesante. Si fue así y quieres leer otros parecidos, ¡no olvides suscribirte al newsletter del blog!