¿Cómo encontrar la motivación para continuar una historia trabada?
¿Cómo encontrar la motivación para continuar una historia trabada?
Especialmente cuando la escritura no es nuestra principal fuente de sustento, es normal que sea difícil conseguir la motivación para sentarnos a continuar una historia que está bastante trabada.
De hecho, quizá esta sea la primera razón por la cual algunos escritores novatos no terminan de hacer el salto del trabajo de aficionado al profesional.
Para que esto no te suceda, deja que te comparta algunos tips que te ayudarán a evitar este mal. ¡Sigue leyendo!
¿Siempre es buena idea continuar?
Bueno, antes de entrar de lleno con los consejos, me parece que tenemos que responder una pregunta clave: ¿debemos acabar cualquier historia que empecemos? ¿Somos un fracaso por dejar las cosas a medias?
Pues, depende.
Si bien es cierto que un escritor que corta todas las historias que empieza y que no tiene la disciplina para continuar, está lejos de alcanzar la cima, también es cierto que no todo lo que sale de nuestra mente creativa vale oro.
Es probable que empieces a construir una historia con una premisa que te sonó bien en teoría, pero una vez que la trabajas te das cuenta de que no es tan interesante o es tan difícil de escribir que tus habilidades de ahora no son suficientes para hacerle justicia.
En ambos casos, lo mejor es matar la historia y ponerse a trabajar en otra cosa. Se vale dejarlas guardadas en caso de que quieras volver después, pero hay veces en las que nos podemos equivocar como artistas y debemos reconocerlo a tiempo. ¡No tiene nada de malo!
Una buena pista para detectar si tu historia debe ser abandonada (o rehecha desde cero) es cuando te sientes constantemente en la necesidad de cambiar casi todos los aspectos clave de la trama: el protagonista, la personalidad de los principales, el background de todos ellos, el sistema mágico, la ambientación, etcétera.
Por supuesto, no las avientes a la basura solo porque sí. Ten una conversación seria contigo mismo y define con cuidado si la historia tiene una dirección que te gustaría seguir.
4 técnicas que te servirán
Ahora que ya definimos que hay ocasiones en las que está bien abandonar una historia, hablemos de qué hacer cuando no queremos hacerlo; cuando tenemos algo entre manos que sabemos que es genial, pero que nos demanda mucho trabajo y no tenemos la motivación para sentarnos a escribir.
Para lograrlo, hay cuatro técnicas que te resultarán muy útiles. ¡Aquí te van!
Vuelve a la planeación
Seré honesto contigo. Si tu historia tiene potencial, pero no tienes la motivación para continuarla, lo más probable es que sea porque no la has planeado lo suficiente ni te has metido de lleno en los elementos que necesita y su significado.
Una buena planeación no se trata solamente de hacer un recuento de lo que sucederá en la historia, también te debe servir para entender con más profundidad los símbolos más complejos de tu historia, aquellos que tu subconsciente está incluyendo sin que siquiera tú te des cuenta.
Parte del crecimiento como escritor es aprender a entenderte a ti mismo y la forma en que funciona tu cerebro creativo, y eso solo lo puedes lograr de dos formas: capacitándote y entrando en diálogos profundos contigo mismo sobre tu escritura.
Si quieres destrabar tu historia, necesitas entender qué es lo que quiere decir por medio de sus escenas y la forma en la que se conectan entre ellas.
Tómate una tarde y ponte a trabajar en esto. Siéntate y empieza a planear cada una de las escenas de tu obra. Primero pon un tercio de ellas, y después piensa un poco en lo que cada una representa, en lo que las hace indispensables. Continúa así hasta que la motivación vuelva a aparecer y te sientas emocionado con el potencial de tu obra.
Por supuesto, si esto nunca llega a pesar de que diste lo mejor de ti, quizás necesitas planear algo nuevo.
Como dato curioso, a mí de hecho me ha sucedido que planeando una historia trabada, surge la idea para otra mucho mejor y termino haciendo esa. Dicho de otra forma, ¡esta técnica puede ser más provechosa de lo que piensas!
Procura entender lo que quieres lograr con la historia
Como mencioné antes, si no sabes a dónde va tu historia, no tiene ningún sentido que la continúes, pero al mismo tiempo debes saber cuál es tu propósito personal con ella.
¿Quieres manejar un tema difícil? ¿Quieres crear una aventura impresionante? ¿Quieres manejar un drama emocional poderoso? Un mensaje se puede transmitir de muchas formas, pero la intención del artista también juega un rol importante.
¿Por qué empezaste a escribir esa historia? ¡Y no me digas que no sabes! Sí lo sabes, solamente no te lo has preguntado en serio ni te has esforzado por responder. Créeme que te entiendo si sientes que no había una razón de fondo, eso es una muestra de que estabas haciendo una labor artística, pero existe un motivo por el cual quisiste hacer una historia oscura en lugar de una divertida, o una de asesinos en lugar de piratas.
Una vez que lo entiendas, sentirás cómo la historia empieza a tomar vida frente a ti, ¡y no te podrás despegar del teclado!
Piensa en los elementos que te hacen ruido y qué hacer con ellos
Por supuesto, también existe la posibilidad de que tengas una historia muy planeada, que te ha obsesionado por años, pero aún así te cuesta volver a ella porque algo le está faltando.
En este caso, lo más probable es que tu planeación y lo que los personajes quieren, no va de la mano. Por lo tanto, cuando los forzaste a que actuaran como tú querías, la historia empezó a sentirse falsa y rota.
¿Cómo puedes darte cuenta de esto? Pues, cuando empiezas a escribir escenas una tras otra y no te está gustando el resultado. Todo va “de acuerdo al plan”, pero no te transmite lo que te transmitió cuando lo planeaste, porque los símbolos se contradicen y no funcionan.
Por ejemplo, si planeaste que tu personaje actuaría de una forma soberbia en un punto particular de la historia, pero empezaste a escribirlo como alguien generoso y bueno, si aún así haces que actúe contra su naturaleza, entonces tú mismo sentirás que algo anda mal.
Lo mejor aquí es leer de nuevo toda la historia y tratar de identificar qué estuvo mal en la construcción de los personajes o el desarrollo de las escenas. Seguramente, encontrarás muchas áreas de mejora y serás capaz de pulir tu historia mucho más y lograr que se convierta en algo que te hace sentir orgulloso.
Se vale cambiar el fondo de tus personajes para que se adapten más a lo que necesitas. Solamente recuerda que deben ser congruentes a su manera; no puedes hacer que hagan cosas que no son compatibles con ellos sin ninguna explicación.
Ponte a trabajar
Por último, déjame decir que te entiendo. Quizás eres alguien muy apasionado, que no hace otra cosa que pensar en formas de mejorar su historia, pero la universidad, la familia o el trabajo se meten en tu camino.
Me identifico contigo, pero al mismo tiempo no te excuso. ¿Por qué? Pues, porque tu también tienes una responsabilidad con tu lado artístico y tu historia, y necesitas darle su prioridad. Solamente porque la escritura no te dé dinero (todavía) no significa que debas considerarla como algo trivial.
Al final del día, es una expresión de un dolor que te atormenta, y una exploración idiosincrásica de la visión que tienes del mundo. ¡No nos prives de ella! Aunque sea difícil y arduo, ponte a trabajar.
Plantéate un horario y síguelo. Pueden ser 15 minutos diarios y ya estarás haciendo la diferencia. Verás como esa rutina termina haciendo que te enamores de nuevo de tu historia y la acabes antes de que te des cuenta.
¡Espero que este artículo te haya servido! Si quieres estar al tanto de otras publicaciones, ¡suscríbete al newsletter del blog!
Muchas gracias por los consejos.
Ahora que empezando a replantar mi historia, intentaré tomar esto en cuenta. Ya habia tenido un mal presentimiento sobre que estaba haciendo algo mal, pero no sabia que cosa.