El ladrón honesto como arquetipo narrativo: ¿qué representa?
El ladrón honesto como arquetipo narrativo: ¿qué representa?
A pesar de que en el artículo pasado hablé hasta el cansancio de los arquetipos narrativos, lo cierto es que después de acabar me quedé pensando un buen rato más sobre el tema.
En ese trance, se me pasó por la cabeza el arquetipo del ladrón honesto y no pude evitar sentirme atrapado por él.
Desde Aladdín hasta Robin Hood, el ladrón honesto ha sido capaz de añadirle un sabor distinto a cientos de obras, pero ¿por qué? ¿Qué tiene de especial? ¿Por qué nos encanta? ¿Qué representa?
Si te interesa descubrir la respuesta a estas preguntas, ¡estás en el artículo correcto!
¿A qué me refiero con ladrón honesto?
El ladrón honesto es un arquetipo narrativo conformado por un personaje que, a pesar de que comete actos criminales, sigue siendo una persona alineada con el bien.
Por lo general, un ladrón honesto tiene razones morales para cometer sus fechorías y suele plantearse a sí mismo límites que le permiten mantener un cierto nivel de “pureza ética” independientemente de sus acciones.
En pocas palabras, no es una persona malvada aunque sus acciones puedan demostrar lo contrario, pero tampoco es una persona del todo buena y ahí es donde yace su complejidad y utilidad para una historia.
Nota: el ladrón honesto y el criminal redimible no son lo mismo (aunque guardan cierta similitud). El criminal redimible en realidad es un personaje malvado, pero que tiene aspectos virtuosos que mantienen abierta la puerta a una posible redención.
¿Cuál es su importancia simbólica?
Lo interesante de un ladrón honesto es la complejidad ética que añade a la historia, demostrando que la vida es mucho más difícil que “hacer eso que es legal, y evitar aquello que es ilegal”.
Incluso actos tan fácilmente calificados como malos como robar y engañar, pueden tener áreas grises y ambigüas según el contexto del que las ejecuta, y esa realidad puede dar lugar a historias increíbles.
Un ladrón honesto bien construido nos demuestra que las apariencias engañan y que las etiquetas suelen no decir la verdad en su totalidad.
En parte, es por esto que el ladrón honesto suele enfrentarse a figuras de autoridad con una posición arraigada en la sociedad. Esto permite que ese mensaje de “no todo es lo que parece” sea todavía más poderoso, ya que el ladrón es el bueno y el “hombre respetable” es corrupto.
¡Es realmente interesante!
¿Cómo construirlo?
Como todo buen arquetipo, el ladrón honesto también tiene elementos centrales que forman parte de su estructura.
Si te interesa conocerlos, ¡sigue leyendo!
Desarrolla su sistema moral
Aunque ya establecimos que tu ladrón no es una mala persona, lo cierto es que realiza actos criminales que no son precisamente buenos y eso debe hacerte reflexionar sobre lo extraño que este arquetipo.
Vamos, creo que todos podemos estar de acuerdo que las acciones son las que definen la alineación moral de una persona, pero ¿qué sucede cuando las intenciones también ponen en perspectiva esas acciones?
Precisamente lo que hace un ladrón honesto es retar ese prejuicio inicial que todos tenemos cuando nos encontramos con un exconvicto o alguien que nos consta ha hecho cosas malas. Quizás detrás de todo existen razones muy complejas y particulares, razones que, si estuviéramos en los zapatos del otro, también nos habrían impulsado a cometer el mismo crimen que esa persona… o tal vez no.
La diferencia ahí está en el sistema moral de cada quien, en su entendimiento del bien y del mal. Por ejemplo, si fueras Jean Valjean, considerarías que robar una hogaza de pan para tu familia hambrienta es un acto moral; pero si fueras Javert considerarías que el que comete un crimen tiene el alma manchada para siempre.
Entonces, para que la filosofía de vida de tu personaje tenga sentido, necesitas establecer un sistema moral propio que presente un balance entre las acciones inmorales que comete y la persona que es en su interior.
Dale una motivación a sus acciones criminales
Ese balance del que hablé antes, en realidad es mucho más difícil de justificar narrativamente de lo que parece, ya que, en sí, es una incongruencia en el personaje.
Es por esto que las historias más exitosas que usan este arquetipo dedican una buena cantidad de tiempo a desarrollar la backstory del personaje, usualmente incluyendo una especie de trauma o necesidad que les ha obligado a tener una perspectiva moral más… “flexible”.
Aquí es donde entra la “hermana enferma” o el “de otra forma, muero de hambre”. Las tragedias de la vida han hecho que las estructuras éticas tradicionales sean insostenibles y el personaje deba expandirlas para poder sobrevivir.
Esta motivación es importante para que esa incongruencia que mencioné antes no rompa la lógica del personaje, sino que, por el contrario, le añada complejidad a su desarrollo.
Hazlo que tenga fallas y virtudes claras
Una vez que estableciste el elemento que “corrompió” al personaje, lo siguiente es marcar sus fallas y presentar las cualidades virtuosas del personaje.
Tal vez es alguien obsesionado con la venganza (Robin Hood), tal vez es alguien que no se valora a sí mismo (Aladdín) o una persona incapaz de confiar en otros (Nami). Estas fallas te permitirán desarrollar su arco de personaje y que su conflicto sea realmente complejo.
En cuanto a sus virtudes, quizás es alguien generoso, sensible o heroico. Tal vez es incapaz de lastimar a alguien aunque eso signifique que su misión falle o es una persona que regala todo lo que roba a los pobres.
Ese balance de virtudes y fallas es lo que hará que se sienta como una persona real y su desarrollo sea atrapante.
¡Y listo! Ahora conoces lo más importante sobre el arquetipo del ladrón honesto. Si te gustó este artículo y quieres leer otros parecidos, ¡suscríbete al newsletter del blog!
Hola
Sería bueno un artículo sobre “el sentimento de culpa” o “la culpa” como recurso narrativo o el simbolismo que hay detrás de ello para la construcción de un personaje o el arco del mismo y cómo desarrollarlo en la trama.