Los arquetipos narrativos: ¿por qué son tan importantes?
¿Qué tienen de especial los arquetipos narrativos y por qué debes conocerlos?
Los arquetipos narrativos son unos de esos elementos de la construcción de historias que muchos o ignoran o subestiman, dejándolos a un lado en persecución de lo que consideran ideas únicas y nuevas.
En realidad, los arquetipos son una guía espectacular para que puedas añadirle profundidad a tu historia y que le ayudes a conectar con los aspectos más interesantes y misteriosos de la naturaleza humana.
Si te interesa aprender más sobre el tema, ¡no pares de leer!
¿Qué es un arquetipo narrativo?
Un arquetipo narrativo es un patrón que se repite en el tiempo de distintas formas y que actúa como la pauta a seguir de un concepto complejo. Dicho de otra forma, un arquetipo es un modelo narrativo estructural que nos muestra el camino correcto para desarrollar ciertos elementos en una historia.
Algunos arquetipos famosos a los que seguramente has estado expuesto son:
- El mentor: un personaje que actúa como guía del héroe, permitiéndole crecer tanto interna como externamente en la historia.
- El Señor Oscuro: un villano que actúa como una fuerza de la naturaleza y que representa la maldad pura.
- El imperio malvado: un sistema social corrupto con una cabeza de estado definida que actúa de forma maquiavélica.
- El elegido: un personaje relativamente normal que se ve envuelto en una gran aventura por juegos del destino.
¡Y así como estos hay muchísimos más! Te conviene conocer cada uno de ellos si quieres que tu historia sea capaz de sacarles el máximo provecho.
¿Cuál es su relevancia en las historias?
Pero ¿por qué te interesa sacarles provecho? Después de todo, antes mencioné que este patrón se repite en el tiempo, lo que técnicamente significa que todos los arquetipos que existen se han replicado miles de veces. ¿Tenerlos no haría que tu historia sea poco original?
Esta es una preocupación que muchos escritores tienen; de hecho, cada vez que escuchas a algún autor hablar de su miedo a “ser cliché”, de cierta forma lo que está diciendo es que no confía en los arquetipos.
De entrada te digo que esa creencia ES FALSA. Los arquetipos no le quitan originalidad a una historia. Decir eso sería pretender que porque tú y yo tengamos una infancia relativamente similar y trabajemos en la misma industria, somos dos gotas de agua.
Nadie pensaría que eso tiene sentido, porque más allá del contexto existen cientos de particularidades y diferencias entre nosotros que nos hacen bastante distintos. ¡Y precisamente por eso es que vale la pena conocer gente nueva! ¡Siempre te presentarán un mundo nunca antes visto!
Los arquetipos son útiles porque te ayudan a comprender con mayor facilidad elementos complejos en las historias y los beneficios y desventajas que aportan. Si los entiendes a fondo, entonces puedes jugar con las distintas partes de la estructura del concepto y añadir ideas propias y únicas.
Pongámoslo de esta manera. Imagínate que quieres ser el más grande diseñador de autos del mundo. Todo sobre ellos te encanta, pero apenas y conoces cómo funcionan. Solo sabes que te gustan y que quieres dedicarle tu vida profesional a esa industria.
Entonces, animado y motivado, compras todas las piezas que necesitas para armar el motor de un carro, con la intención de crear una máquina única y más potente que las que se conocen hoy en día.
Sin embargo, como no tienes mucho conocimiento sobre el tema, tú única opción es trabajar basándote en la imagen de un motor ya ensamblado, improvisando cambios según te parezca.
Si haces esto, lo más probable es que termines con un motor que no existe en ningún otro lugar del mundo, pero también es seguro que no será un buen motor y que, si es que llega a encender, dejará mucho que desear.
Eso es lo que hace un escritor cuando trabaja una historia sin entender cuál es el significado de los arquetipos que, de una forma u otra, está incluyendo en su narrativa: está construyendo un auto sin entender cómo funciona un motor.
¡Y no te confundas! Ni siquiera es una opción construir una historia sin arquetipos. Recuerda que estos conceptos se vuelven arquetipos precisamente por lo arraigados que están a la existencia humana. ¡Negarlos es negar tu humanidad!
Entonces, no luches contra ellos. Entiéndelos y comprende qué es lo que los hace especiales. A partir de ahí, podrás modificarlos para que sean algo verdaderamente nuevo y único.
¿Cómo explorarlos sin que se sientan clichés?
Ahora ya te quedó claro por qué necesitas entender y trabajar bien los arquetipos narrativos, pero seguramente encontrarías útil que te comparta algunos tips más claros para evitar que aquellos que incluyas en tu historia se sientan cliché y aburridos.
¡Aquí te paso algunos!
Explora la parte del arquetipo que a ti te intriga
Con la aparición y éxito de series como Invencible y The Boys, está claro que la audiencia y los escritores estaban intrigados por explorar uno de los arquetipos más recurrentes de la era moderna: el superhéroe.
Este arquetipo representa a un ser humano con facultades increíbles que decide utilizarlas para el bien. Estos personajes suelen tener brújulas morales increíbles y, aunque puedan tener fallas humanas, sus arcos siempre giran en torno a afrontarlas con valentía y superarlas.
Eso es genial, pero no necesariamente es todo lo que el arquetipo esconde. En realidad, cada arquetipo es un cubo con varias caras y facetas.
Si bien el superhéroe puede representar todo eso, también tiene otra cara: la del superhéroe corrupto. En este caso, hablamos de un héroe que solo pretende serlo y en realidad es alguien malvado que mira hacia abajo a las criaturas menos “especiales” que él.
A pesar de que hablamos del mismo arquetipo, la dinámica narrativa cambia radicalmente y por eso estas historias se sienten tan diferentes a las clásicas de Marvel y DC.
Esto lo lograron los escritores precisamente porque se enfocaron en el aspecto del arquetipo que más les interesaba a ellos, y eso le permite a sus historias encontrar avenidas nuevas y frescas para explorarlo.
Lo mejor de todo es que no necesitas invertir por completo el arquetipo para que esto suceda. Esto nos lo demostró Tolkien con Frodo, trabajando el arquetipo del elegido enfocándose únicamente en la lucha moral que este libra, ¡llegando incluso a fallar al final!
¡Por eso es importante que te enfoques en aquello que te intriga del arquetipo!
Considera la deconstrucción
La deconstrucción es una técnica que suele confundir a los escritores, haciéndoles creer que el hecho de que encuentren errores o fracturas en una idea significa que esta no tiene valor.
Eso les hace construir historias superficiales y “edgy” que entienden muy poco sobre los conceptos que exploran, pero, aunque este peligro esté latente siempre, eso no significa que la deconstrucción no sea extremadamente útil para lidiar con arquetipos.
Verás, la deconstrucción no puede considerarse una meta narrativa, sino un medio para desmenuzar una idea y criticarla honestamente de una manera más profunda e intelectual.
Si estás teniendo problemas para encontrar las distintas facetas del arquetipo que te interesa, la deconstrucción te puede ayudar porque te permitirá cuestionar aquellas cosas que das por hecho cuando piensas en dicho arquetipo.
Por ejemplo, si hablamos nuevamente sobre los superhéroes, la faceta negativa que mencioné antes se describe cuando pones en tela de juicio una característica particular del arquetipo: ¿un superhéroe tiene que ser forzosamente bueno?
Lo mismo sucede con Frodo: ¿un elegido necesariamente tiene que crecer en fuerza y poder para tener un impacto poderoso en la narrativa?
Como ves, la deconstrucción te ayudará a preguntar “por qué” y de ahí puedes entrar en diálogos interesantes que te harán comprender más a fondo el arquetipo y trabajarlo a tu manera.
Eso sí, procura no responder estas preguntas con un “¿y por qué no?”. Esa respuesta solamente demuestra que no comprendes el arquetipo lo suficiente para interpretar la utilidad de ese elemento. Trata de encontrar una respuesta verdadera y formulada que genuinamente refleje el poder del arquetipo.
Recuerda que el arquetipo solo es una base
Por último, es importante que te tomes muy en serio la definición que di del arquetipo: es un patrón que se repite en el tiempo de distintas formas y que actúa como la pauta a seguir de un concepto complejo.
Quizás al leer esto te llamó la atención la aparente incongruencia lógica de la definición, ya que al mismo tiempo estoy diciendo que es una constante y, a la vez, que su naturaleza es dinámica.
Entonces, ¿cuál es? ¿O es constante o es dinámica?
Pues, como te podrás imaginar, es ambas cosas de manera simultánea, de la misma forma que el hecho de que un auto tenga motor es una constante, pero el funcionamiento y diseño de dicho motor es una variable que cambia de modelo a modelo.
Ten presente que tú no estás tratando de entender los arquetipos para imitarlos a la perfección y crear una copia barata de algo que ya existe. Solamente estás entendiendo los bases del concepto para luego emparejarlo con tus propias perspectivas de vida.
¡Y listo! Espero que este artículo haya resultado interesante. La verdad es que soy un gran fanático de los arquetipos y pienso que todo escritor debe familiarizarse con ellos lo antes posible.
Si te gustó este contenido, seguramente disfrutarás este otro sobre cómo construir villanos complejos. ¡Échale un ojo!