7 pasos para empezar una historia nueva

7 pasos para empezar una historia nueva

7 pasos para empezar una historia nueva

No importa cuánto tiempo tengas trabajando en tu carrera de escritor, escribir una historia nueva nunca será algo fácil, sin embargo, existen ciertos pasos que puedes seguir para hacer que el proceso creativo inicial sea mucho más manejable.

Si estás en proceso de crear tu primer libro o historia corta, o simplemente quieres descubrir algunos tips para escribir cosas nuevas con mayor constancia, ¡este artículo es para ti!

¡Aquí te compartiré 7 pasos que te resultarán muy útiles para arrancar la producción de cualquier historia!

1. Piensa en la clase de historias que te interesan

Un consejo que quizá no escuchamos mucho por ahí, es que el primer fan de nuestras historias debemos ser nosotros mismos. Tiene poco sentido que te enfoques en construir una obra según lo que el “mercado quiere” o lo que “vende”.

Como artista, tu deber no es generar dinero, sino hacer que tu audiencia viva una experiencia única que le ayude a ver ideas interesantes desde otra perspectiva.

Eso último solo lo conseguirás si tú mismo estás sumamente interesado en la temática, setting y género de tu propio trabajo.

Piensa en tus historias favoritas y los géneros en los que están presentes, y parte de ahí para crear tu propia narrativa. Este ejercicio te ayudará enfocarte y empezar a construir una visión clara de lo que explorará tu trabajo.

2. Empieza a escribir todas las premisas que se te ocurren

Después del primer paso, lo normal es que te encuentres con uno de estos escenarios: tienes millones de ideas en la cabeza o no tienes ni una.

Ambos casos son igual de malos, porque los dos reflejan que todavía no tienes una meta para tu proyecto artístico. Entonces, ¿cómo solucionamos esta situación? Pues, nos sentamos a trabajar.

Toma un lápiz y papel o tu celular, y empieza a escribir cualquier idea que se te venga a la mente a modo de premisa.

Es decir, en un párrafo relativamente pequeño, procura resumir esa idea que te vino a la cabeza de una forma coherente y clara.

Está bien si no te sale a la perfección o si terminas escribiendo una sola idea en el papel que no te convence del todo. El punto es que participes en el ejercicio mental de siquiera “crear” una historia.

Hasta ahora, lo que ha pasado por tu cabeza son imágenes fugaces, vagas y abstractas, sin nitidez ni color. Esta paso te ayudará a definir esas ideas y convertirlas en conceptos narrativos tangibles sobre los que empezar a construir.

3. Toma la que más te intriga y desarrolla a tu protagonista o protagonistas

Una vez que tengas tu lista de ideas, selecciona la que más te entusiasma y empieza a desarrollar a tu protagonista.

Piensa en sus virtudes, fallas, habilidades, su contexto social, emocional y familiar, su personalidad y su forma de entender el mundo. Crea una backstory corta y explica la vida del personaje desde su inicio hasta el momento en el que empieza la historia.

Eso sí, asegúrate que esas características son las ideales para ayudarte con la premisa que piensas trabajar.

Por ejemplo, si tu premisa gira en torno a una película de acción donde un arqueólogo se dedica a descubrir los secretos mejor escondidos de la historia, entonces quizás te convenza darle al protagonista una inteligencia afilada, entrenamiento militar y unos nervios de acero.

Si, por otro lado, tu premisa se trata de una sociedad de héroes donde todos tienen poderes, quizás sería mejor que tu protagonista sea alguien débil y uno de los pocos que sabe lo que se siente tener que esforzarse cuando tus talentos naturales no están ahí.

En pocas palabras, construye un protagonista que pueda interactuar con la premisa de formas interesantes, ayudándote a ti mismo a explorarla con mayor facilidad.

4. Articula el conflicto central de la obra

Una vez que tengas tu premisa y tu protagonista, lo siguiente que puedes hacer es pensar en el conflicto central de la obra, ese que estará en el medio de la trama y tendrá la mayor cantidad de importancia.

Exprésalo en un párrafo y asegúrate de que esté sincronizado con la premisa y la construcción del protagonista.

Podría ser algo como “destruir un anillo mágico para acabar con el señor oscuro” o “vencer al imperio y salvar la galaxia”.

Identificar este macro conflicto de ayudará muchísimo a imaginar un arco para tu personaje principal y empezar a elaborar la construcción de tu mundo.

Nota: ten presente que, incluso si tu historia no pertenece al género fantástico, de todas maneras necesitas trabajar la construcción de mundo desde el punto de vista narrativo. Por ejemplo, una cosa es el Nueva York de la vida real y otra muy distinta es el Nuevo York con el que interactúan los personajes. Esta diferencia va más allá de la época histórica porque también es afectada por el contexto social del personaje, estatus económico, amistades, trabajo, etcétera.

5. Desarrolla a un villano que apoye las fallas de tu personaje principal e impacte el conflicto central

Ya llegamos al momento en el que el villano debe hacer su aparición. ¿Quién o qué será la fuerza que impulsa a nuestro protagonista a actuar? ¿Quién le da vida al conflicto central?

Similar a lo que hiciste con tu protagonista, ahora te toca trabajar con cuidado al villano, entenderlo a fondo y conocer exactamente por qué hace lo que hace. Asegúrate que sus cualidades obliguen a tu protagonista a corregir sus fallas y que su participación es necesaria para que el conflicto central aumente en tensión y urgencia.

Este paso es especialmente importante si estás pensando construir una historia con una moral compleja y ambigua, que trabaja temáticas profundas y difíciles de articular.

6. Estructura los primeros tres capítulos de tu libro o las tres primeras escenas de tu historia corta

Ahora que tienes lo básico, es hora de trabajar en la estructura de tu obra. Ojo con esa palabra: “estructura”. Aquí no vamos a escribir todavía el inicio de nuestra historia, sino que vamos a colocar de forma resumida los sucesos de, al menos, los tres primeros capítulos del libro o las tres primeras escenas si pensamos crear una historia corta.

Los acontecimientos se relatarán en orden cronológico con la idea de lograr que se conecten de una forma natural y orgánica.

Esto te ayudará a ver si lo que desarrollaste hasta ahora son piezas que realmente compaginan entre sí. No pasa nada si en el futuro te das cuenta que hay que hacer modificaciones a esta estructura, eso está bien. El punto es que exista una base de la que partir.

También te recomiendo que, después de escribir estos tres capítulos, vuelvas a la hoja de planeación y adelantes los tres siguientes. Esta es una práctica genial para asegurarte que el flujo de tu historia se mantiene unificado y coherente de principio a fin.

A su vez, aquí también es una buena idea definir qué tipo de lírica piensas usar, qué narrador es el más apropiado para tu narrativa, qué personajes secundarios deberías empezar a incluir, etcétera.

7. Escribe el primer capítulo o la primera escena

¡Y ahora sí! Ya llegó la hora de escribir tu historia. Aquí puedes dejar que tu creatividad fluya con todo y disfrutar (y sufrir) junto a tus personajes.

Al inicio, puedes empezar pequeño, simplemente enfocándote en sacar el primer capítulo que planeaste o la primera escena.

Eso sí, te recomiendo que no te obsesiones con este primer borrador y pases semanas puliéndolo hasta que quede perfecto. Es mejor que dejes que tu historia fluya y, cuando tengas una visión más amplia de la progresión narrativa, vuelvas a realizar ajustes y corregir detalles.

¡Y ese fue el último paso! Si los sigues, estoy seguro que te será mucho más sencillo empezar una historia nueva.

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