El personaje perdido: ¿qué representa como símbolo?

El personaje perdido: ¿qué representa como símbolo?

El personaje perdido: ¿qué representa como símbolo?

Seguro que esta escena te resultará familiar: un personaje, después de tocar fondo, se encuentra solo y perdido en medio de un bosque.

No es muy extraño toparse con esta clase de escena y eso nos puede dar una pista del valor que tiene introducir el concepto del “personaje perdido” en nuestra narrativa.

Si quieres entenderlo a fondo, ¡estás en el lugar correcto!

¿A qué nos referimos con “perdido”?

Es importante recalcar que, en este caso, cuando hablo de un personaje perdido me refiero tanto en el sentido literal como en el metafórico. En pocas palabras, estoy hablando de un personaje que genuinamente no sabe dónde está y cómo salir de ahí, y que está en un lugar que retará sus principales fallas morales.

Es algo así como cuando Stitch dice “estoy perdido”, justo después de abandonar a Lilo, o como cuando Tom Hanks se queda varado en una isla.

Estas circunstancias son distintas a las de personajes como Hanzel y Grettel, por ejemplo, porque el estar perdidos para ellos no representó una debilidad moral interna, sino que el símbolo se reduce al hecho en sí de estar en un lugar desconocido (que es otro símbolo del que hablaremos en un artículo posterior).

¿Qué representa como símbolo?

Este elemento representa el estado psicológico del personaje y suele venir acompañado de un duro golpe emocional, donde el personaje finalmente se vio obligado a cuestionar un aspecto crucial de su ser.

Puede ser su avaricia, su egoísmo, su ingenuidad, etcétera. En fin, algo que obligue al personaje a darle un rumbo a su vida y encontrar el camino correcto, lo cual narrativamente se traducirá en que el personaje dejará de estar perdido.

Es un elemento muy interesante precisamente por eso: porque une de manera literal el conflicto interno del personaje con el que se está experimentando de momento en la trama.

¡Por eso es tan genial!

¿Qué elementos necesita para tener valor narrativo?

Por suerte para todos, sacarle provecho al concepto del personaje perdido no es tan complicado como a lo mejor podrías pensar. En general, solamente necesitas que estén presentes tres elementos. ¡Aquí te los comparto!

Debe representar una falta de moral

“A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado”. Así empieza la Divina Comedia, una de las historias con mayor contenido moral y ético que se han creado jamás.

Y sí, no es casualidad que esta obra empiece con el concepto del personaje perdido. Después de todo lo que hemos discutido, seguro que no te sorprende que una obra que desee manejar temas morales haga uso de un símbolo que une fallas éticas con desarrollo de la trama.

También es algo que podemos ver en el Conde de Montecristo, cuando Edmundo es arrojado a una prisión lejana por culpa de su propia ingenuidad; o cuando Nemo es secuestrado por retar a su padre.

Este elemento es crucial para que el evento tenga valor narrativo e impacto en el arco del personaje.

La circunstancia hace que el personaje enfrente un conflicto interno

Ahora, de nada te sirve una falla genial si no haces que tu personaje la explore. Está bien que de entrada no se dé cuenta de lo que provocó su mal, pero eventualmente tiene que ser capaz de identificarlo.

Esto es crucial porque es precisamente a partir de la resolución de esa falla que el personaje puede dejar de “estar perdido”. Si esto falta, el símbolo estará incompleto.

Lo que encuentra debe impactar fuertemente su arco

Una vez que el personaje se ha enfrentado a su falla como personaje y ha crecido, entonces llega el momento de la resolución del conflicto, del instante en el que deja de estar perdido.

Pero ¿cómo deja de estar perdido un personaje? Bueno, básicamente, encontrando algo familiar. Esto puede ser tanto un monumento que le dice donde está como una persona que le muestra el camino correcto.

Lo importante ahí es que aquello que encuentre impacte su arco de una forma significativa, que sea algo que resuena con ese conflicto interno que el personaje enfrentó.

En el caso del Conde de Montrecristo, Edmundo encuentra al abate Faria, que le devuelve la esperanza cuando no hacía otra cosa que contemplar el suicidio y le quita la estupidez que lo llevó a esa prisión.

En una historia como Kung Fu Panda 2, tenemos a una vieja adivina que le enseña al héroe los traumas de su pasado y le ayuda a enfrentarlos cuando este se encuentra en su momento más bajo.

Este elemento varía muchísimo, como te seguro ya te diste cuenta, y por eso es muy importante entender a fondo a nuestros personajes y el arco que están viviendo.

¡Y con eso acabamos! Ojalá este contenido te haya resultado interesante. Si fue así y quieres leer otros parecidos, ¡no olvides suscribirte al newsletter del blog!

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