El romance obsesivo: ¿qué puede aportar a una historia?
El romance obsesivo: ¿qué puede aportar a una historia?
En el artículo que es escribir sobre el romance, mencioné que existen distintos tipos de formas de presentar este elemento en una historia y que cada uno tiene un propósito distinto.
Bueno, si leíste ese artículo y pensaste que a lo mejor estaba exagerando, entonces créeme que en cuanto entremos a detalle sobre el romance obsesivo, verás que no era para nada el caso.
Si quieres descubrir más al respecto, ¡asegúrate de leer hasta el final!
¿En qué se diferencia el romance obsesivo del natural?
A diferencia del romance “natural” (es decir, el que es saludable y bueno) el romance obsesivo en realidad representa una falla del personaje.
Dicho de otra forma, es una conducta destructiva, tanto para el personaje mismo que ejerce la obsesión como para el que recibe el supuesto cariño.
Es algo que podemos ver en la relación que tienen Jaime y Cersei Lannister, o la que tiene Gollum con el anillo único.
Para ponerlo en términos todavía más llanos y sencillos, el romance es algo que ayuda al personaje a crecer, mientras que el romance obsesivo es algo que amenaza con destruirlo.
¿Qué puede darle a tu historia?
Lo interesante de un romance obsesivo al contrario de una simple obsesión, por ejemplo, es que de entrada el personaje se siente justificado moralmente para realizar cualquier acción en la historia. ¿Por qué? Bueno, ¡porque lo hace por amor! ¿Qué causa más noble hay?
Esto de hecho puede permitirte abrir rutas narrativas dramáticas interesantes, presentar plot twists sorpresivos o desarrollar conflicto entre distintos personajes.
Es casi como si pudieras utilizar la aleatoriedad y la impulsividad a voluntad en tu historia, porque el personaje obsesivo se deja llevar por sus emociones, no por un sentimiento lógico y razonable.
¿Cómo construirlo?
Ahora, no quiero que lo mencioné anteriormente te haga pensar que un romance obsesivo es algo así como una lámpara mágica. No caigas en la trampa de abusar demasiado de este elemento narrativo, porque terminarás forzando demasiado la suspensión de incredulidad de la audiencia.
Así como sucede con cualquier otro elemento, es crucial que lo construyas bien, ¡y justo de eso hablaremos ahora!
Establece la personalidad de ambos personajes
Las parejas son una cuestión de dos, y por eso es importante que te enfoques en los que serán protagonistas del romance obsesivo.
Para que este elemento tenga valor, es crucial aplicar esta idea en la práctica, porque de lo contrario jamás tendrán profundidad.
Por ejemplo, en Megamente, Hal, nuestro villano, es un perdedor que está obsesionado con Roxanne, pero eso es básicamente lo más que se extiende su personalidad. No hay ninguna faceta rescatable en el personaje, ni tampoco existe siquiera una relación real entre él y Roxanne.
Vamos, este elemento funciona en Megamente porque la temática de la historia no tiene nada que ver con la obsesión, pero justo por eso es una muestra de cómo no debes presentar este elemento si quieres que tenga valor simbólico y narrativo.
¡Compara eso con Gollum y el Anillo Único! Bueno, a lo mejor te resultará difícil porque es difícil imaginar la “personalidad” de un anillo, pero no te confundas, ¡está ahí! El anillo consiente a Gollum, lo manipula y se apodera de su mente. ¡Es casi peor que tu ex!
Gollum, por su parte, es una criatura débil de mente y voluntad, con una avaricia peligrosa y una moral mal formada.
Esa es la combinación perfecta para desarrollar un romance obsesivo donde el personaje que la sufre será absolutamente incapaz de escapar de ella, y de ahí es simplemente natural que nazcan toda clase de conflictos interesantes para la narrativa.
Dale forma a la obsesión
Ahora, cuando hablamos de obsesión, justo nos referimos a algo que se apodera del personaje; es algo que supera su fuerza de voluntad y la domina por completo.
Entonces, la obsesión no es un elemento que puedas esconder, sino que, al contrario, debes darle la mayor forma que puedas, asegurándote de que queda claro que el personaje no está en verdadero control de sí mismo.
La obsesión debe sentirse incluso opresiva, como que el mismo personaje es capaz de darse cuenta de que lo está destruyendo, pero aún así es incapaz de dejarla a un lado.
Dale consecuencias positivas y negativas a la obsesión
¿Alguna vez has visto una película romántica donde los protagonistas tienen una relación dependiente y obsesiva y te has desesperado porque la historia lo pinta como “romántico”? Bueno, además de tener mucho sentido común, también se nota que tienes una buena sensibilidad para la construcción de arcos obsesivos.
El problema de esas historias (además del pésimo mensaje que envían), es que están manejando el símbolo con deshonestidad. Sin embargo, esto también es un problema en una historia como Megamente, porque solo muestra consecuencias negativas a la obsesión.
Una buena historia deberá reflejar ambas cosas, mostrando cómo el personaje recibe una que otra victoria por su obsesión y también mostrar cómo lo destruye.
Por supuesto, al final del día debe ser mostrada como algo negativo, porque se trata de una falla de personaje, pero así como es útil mostrar que un personaje avaro termina con la ventaja de que tiene mucho dinero, también debes mostrar que la obsesión también puede ayudar a una persona a actuar con valentía o resolución, o a tener un propósito que le permita avanzar.
Este balance es justo lo que humaniza al personaje obsesivo y nos hace temerle más, porque la realidad es que sí está obteniendo algo de su enfermo comportamiento. La recompensa está ahí, y eso hace que sea más difícil creer que algún día se detendrá.
Únela al arco de los personajes
Ya he mencionado varias veces que el romance obsesivo es una falla de personaje, pero en términos más concretos, lo que esto termina significando es que debe formar parte de su arco de personaje.
Como este es un elemento que monopolizará gran parte de su vida, es crucial que eso quede reflejado en la narrativa; que veamos al personaje explorar su obsesión y los efectos que está causando en aquellos que lo rodean y la persona que supuestamente ama.
Al final, puede decidir que está en lo correcto y que no tiene nada de malo “amar demasiado”, pero si no exploras ese conflicto en su arco, te quedarás con algo superficial y que no aporta mucho como símbolo.
Por ejemplo, en el anime Mirai Nikki, una parte importante de la trama gira en torno a un romance obsesivo entre el protagonista y una fanática que tiene. Sin embargo, quien experimenta un arco con respecto a esta relación no es ella, sino él, y eso hace que el símbolo se vuelva falso.
La historia actúa como que la falla estaba en el protagonista por no recibir de brazos abiertos a su psicótica pareja, en lugar de permitirle a ella crecer como persona y encontrar una forma saludable de querer.
Esto, a su vez, también hace que ella como personaje sea plana, porque fue prácticamente la misma de principio a fin.
¡Y ya llegaste al final! Espero que estos consejos te hayan servido y tengas una mejor comprensión de este elemento narrativo.
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