Consejos para escritores: ¿cómo lograr que la creatividad fluya?
Consejos para escritores: ¿cómo lograr que la creatividad fluya?
Quizás el reto más difícil para un escritor es encontrar una manera real y constante de poner su creatividad a fluir justo cuando lo necesita.
Si bien es cierto que existen miles de maneras de inspirarse y de que cada persona es muy particular en este aspecto, existen ciertos consejos generales que le servirán a todo el mundo, incluso aquellos que no están pensando en convertirse en escritores.
Si quieres ayuda con este tema, ¡sigue leyendo!
Olvídate de “la musa”
Una de las peores cosas que puede hacer un artista es depender de la famosa “musa”. Ya sabes, ese momento de creatividad trascendente en el que parece que las ideas fluyen solas una tras otra, como si alguien guiara tus pensamientos de forma experta.
Esto es genial, no lo niego, y deberías aprovecharlo siempre que se presente, pero es muy malo para ti que dejes que dicte el momento en el que te pones a trabajar.
Para empezar, es muy probable que una “musa” te ayude a empezar una historia, pero muy difícilmente te ayudará a terminarla. Además, la dichosa viene cuando quiere, y si se tarda un par de meses, probablemente ya ni recuerdes que era lo que significaban varios elementos que pusiste en la obra.
En el caso de los escritores, esto es particularmente malo, porque la historia se sentirá como una combinación de ideas y caprichos que no tienen una verdadera conexión entre sí.
La inspiración es una buena herramienta para escribir, pero no es ni la única que existe ni la más efectiva. ¡No dependas de ellas y ponte a trabajar aunque no sepas qué escribir!
Establece una rutina y síguela
¡Esta es la verdadera musa! Si realmente quieres que la creatividad llegue en cuanto la invocas, entonces tienes que entrenar tu mente para que sepa cómo acceder a ese rincón de tus pensamientos donde se esconden las grandes ideas.
Por supuesto, la mejor forma de hacer esto es teniendo una rutina y cumplirla con cierta disciplina.
De nada sirve que te sientes a escribir “cuando se te antoja” o “cuando se te ocurrió algo cool”. Eso no te ayudará a construir historias coherentes y profundas, y perpetuamente te convertirá en un aficionado, no en un profesional.
Lo cierto es que escribir una buena historia lleva mucho trabajo y una gigantesca cantidad de revisiones donde quitas y pones palabras, símbolos y diálogos. Todo debe tener una razón y un propósito, los hechos deben suceder lógicamente y la temática tiene que ser congruente; y la única forma de lograr esto es sentándote a escribir todos los días (o lo más seguido posible) y planear con cuidado todo lo que sucede en la obra y su importancia narrativa.
Lo mejor de todo es que si mantienes un régimen así por un par de años, te volverás una persona brutalmente creativa, porque tu cerebro sabrá exactamente cuáles son los procesos que debe seguir para crear cosas nuevas.
Historias que antes te tomaba meses idear, ahora las podrás traer en cuestión de minutos, y las escribirás con mucha más facilidad.
Para que tengas una idea, la obra que me dio la victoria en los Wattys 2019 en la categoría de Fantasía, Jagger, ¡fue un arduo trabajo que empecé hace unos diez años! Los cuatro primeros fueron los más intensos, justamente porque me propuse trabajar al menos una hora diaria en el libro (y eso sin contar todas las horas del día que pasaba pensando en él y cómo mejorarlo).
Hubo ocasiones en las que pasaba 50 minutos frente a la pantalla sin escribir ni una palabra, sumido en mis pensamientos y analizando cada aspecto de la trama, y, de repente, las piezas hacían “clic” y los últimos diez minutos eran increíblemente provechosos.
Fíjate cómo las ideas no me llegaban por inercia, sino porque ponía mi cerebro a trabajar y me esforzaba por darle una forma clara a mi estructura creativa. Con el tiempo esto se volvió más sencillo, pero siempre es un reto y requiere dedicación.
No hay atajos para ser un gran escritor, y tampoco los hay para que fluya la creatividad.
Lee MUCHO
Este consejo te ayudará a que no te trabes una vez que la idea, en su forma más general, llegue a tu mente.
Con esto, me refiero al típico momento en el que sabes que quieres hacer “esto” en tu historia, pero no sabes bien el “cómo”.
En estos casos, lo que te ayudará es pensar en historias que ya lograron hacerlo muy bien, y tratar de identificar los elementos que hicieron posible que la idea funcionara.
Una vez que lo entiendas, será mucho más fácil encontrar símbolos que queden con tu historia y te ayuden a ejecutar de manera espectacular esa genialidad narrativa que tu mente alcanzó a producir.
Por ejemplo, si quieres contar una historia sobre un héroe trágico, te conviene leer Edipo Rey; si quieres hablar sobre una épica aventura en un mundo fantástico, entonces lee el Señor de los Anillos; si quieres tratar temas filosóficos complejos, échate Crimen y Castigo; si buscas construir una historia con un lenguaje poético y estético, toma ideas de Paraíso Perdido.
Los grandes escritores de la historia son una fuente inagotable de técnicas increíbles para construir obras profundas y complejas. ¡Léelos lo más seguido posible!
Trata de explorar una idea que no entiendes del todo
Si con todo esto, todavía no logras que tu creatividad se active, entonces lo mejor que puedes hacer es pensar en una idea compleja que circunda tu mente y procures explorarla de la manera más honesta posible.
Dostoyevsky es un genio en esta área. Lo que él hacía con sus historias es presentar dos lados de un argumento bastante complejo y lleno de idiosincrasia, de forma tal que tanto él como el lector fueran capaces de entender las distintas perspectivas que presenta el problema y, así, sacar sus propias conclusiones.
Fíjate que Dostoyevsky no buscaba decirte “qué pensar”, sino “en qué pensar”. Él no estaba haciéndole propaganda a una ideología particular; él estaba explorando una idea que no entendía por completo.
Entonces, ¡haz lo mismo! Busca una idea que te cause conflicto, investiga las distintas formas en las que el ser humano ha interactuado con el problema, y crea una historia que contenga personajes y eventos que te ayuden a explorarla.
¡Créeme que tu creatividad empezará a hacer de las suyas y podrás crear algo genial!
Si te gustó este artículo, probablemente te encantará este sobre cómo transmitir ideas profundas en una historia. ¡No te lo pierdas!
Hola ¿Podrías recomendarme una rutina para que pueda escribir?
Oye, respecto a lo de la rutina, ¿podrías recomendarme alguna? o sea, ¿cuantas horas debo estar escribiendo? Y mucho más importante, ¿Como le haces para cuanto tienes un bloqueo?
Te preguntó más que nada porque soy de esas personas procrastinadoras y ese uno de los problemas que tengo a la hora de escribir mi libro (eso y que a veces sufro de bloqueos, o sea, no sé que escribir en ese momento o como describir algo).
Ojala y puedas ayudarme.
¡Hola, Santiago! Realmente, tu rutina depende mucho de ti mismo. Si lo único que puedes hacer es sentarte 15 minutos a trabajar en tu obra, entonces proponte escribir al menos 20 minutos todos los días, sin distracciones ni trampas. El chiste es que vayas formando el hábito y le enseñes a tu cerebro a identificar el momento en el que tiene que ponerse creativo. Es normal que a la hora de escribir tardes un tiempo en que fluyan las ideas, eso no necesariamente significa que tienes un bloqueo.
Eso sí, si resulta que de verdad lo tienes, lo mejor es que salgas y hagas otras actividades. Haz deporte, sal con amigos, trabaja como voluntario, viaja a otros lugares, lee nuevos libros, etcétera. Usualmente, cuando tienes un bloqueo mental real, es porque estás demasiado ensimismado en ti mismo y no tienes una idea que te atormente lo suficiente como para escribir una historia sobre ella. De nada te sirve meterte más en tu cabeza en esos casos; sino salir y ver hacia afuera.