Don’t Look Up: una sátira hueca y superficial

Don’t Look Up: una sátira hueca y superficial

Don’t Look Up: una sátira hueca

Tenía rato que no me topaba con una película como Don’t Look Up, pero, lamentablemente, rompí mi racha y ahora vuelvo a iniciar mi etapa de depresión absoluta por el estado de la industria artística moderna.

Lo cierto es que tanto la premisa como el elenco de esta película me emocionaron mucho y los primeros minutos fueron increíblemente prometedores. Esto es algo que no estaba destinado a durar y quedé más frustrado que impresionado por el final.

Siendo honesto, no pensaba hablar de esta película porque me parece que es una más del montón, pero existe tanto revuelo alrededor de ella que me pareció oportuno explicar dónde está su falla más grande para que otros escritores no caigan en la misma trampa.

Si te interesa conocer más al respecto, ¡sigue leyendo!

Sinopsis de Don’t Look Up

Don’t Look Up empieza con dos astrónomos que se topan con un descubrimiento aterrador: un gigantesco cometa se estrellará con la Tierra en poco más de seis meses, aniquilando toda la vida en el planeta.

Este horroroso presagio los lleva a la Casa Blanca para intentar convencer a la presidenta de la importancia de movilizarse lo más posible para lidiar con esta amenaza. Tristemente, se topan con un gabinete más interesado en la política mundana y las apariencias que el futuro del mundo.

La película es una sátira social que claramente intenta hacer alusión al cambio climático y el discurso político alrededor del mismo, en el que ciertos sectores lo niegan mientras otros se aprovechan del mismo para obtener ventaja política, sin que ninguno de ellos realmente procure tomar medidas útiles para resolver el problema.

¿Te la recomiendo?

Después de leer eso, quizás estés un poco confundido, quizás pienses algo como: “Pero, JEFS, esa premisa suena bastante interesante y la crítica social parece bastante moderna y oportuna, ¿por qué la criticas con tanta fuerza?”.

Bueno, para empezar, estoy de acuerdo con que la premisa da para mucho. Como dije antes, ¡esto es justo lo que me llevó a verla para empezar! ¿Un conflicto crucial para la raza humana que termina siendo absorbido por políticos inútiles y los medios de manipulación masiva? Por favor, ¡deja me pongo mi sombrero de rebelde anti sistema y preparo las palomitas!

Sin embargo, para que las críticas sociales realmente sean interesantes, deben tener algo de profundidad y eso es algo que a esta película no le interesa en lo más mínimo.

Aunque los actores que están en ella son del máximo nivel (hablamos de Meryl Streep, Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Jonah Hill, etcétera) el script hace poco o nada para sacarles provecho, convirtiéndolos a todos en estereotipos y clichés andantes más pertenecientes a un panfleto propagandístico que una verdadera crítica social y humana de un tema más que relevante para todos.

En esta película, todo falla (temática, arcos de personaje, tono, ritmo narrativo), pero creo que todo se reduce a un inmenso problema que causó toda esta catástrofe, un problema que también tenía el tamaño de un cometa “asesina planetas”.

El gran problema de Don’t Look Up

Don’t Look Up cae en la clásica trampa que sufren la mayoría de las sátiras, especialmente aquellas que tienen un componente político: cree que existe para educar a la gente.

El creador de Don’t Look Up, Adam McKay, claramente piensa que entiende al ser humano a la perfección, así como el problema al que hace alusión, por lo que no está interesado en trabajar lo que el otro lado (el que opina distinto a él) piensa o considera. Obviamente, todos esos deben ser unos completos idiotas tan estúpidos y avariciosos que, incluso enfrentándose a la total aniquilación, serían incapaces de actuar con la menor pizca de cerebro.

Hay un cinismo extremadamente fuerte en la película, que deshumaniza drásticamente a la facción opuesta a los protagonistas y que hace que todas las escenas de la película manejen ideas superficiales y falsas.

Olvídate de motivaciones que tengan sentido, de una trama coherente y de personajes de carne y hueso. Todos aquí son caricaturas que te harán predecir el final de la película cuando no han pasado ni veinte minutos.

Ahora, estoy seguro que algún crítico que lea esto dirá algo como “es que no la entendiste, es una sátira, los villanos son así justamente porque son una burla de sus contrapartes reales”. Lamentablemente, si esta es la defensa que se usa, es muy débil y demuestra una gran incomprensión de lo que es una sátira.

Para empezar, las sátiras no son directamente “críticas políticas o sociales”, sino deconstrucciones de conceptos ya establecidos.

Por ejemplo, Watchmen es una sátira que deconstruye el concepto de los superhéroes.

El Quijote es una deconstrucción de las novelas de caballeros.

Fight Club es una deconstrucción de la cultura consumidora estadounidense y la idea clásica de la masculinidad.

Una buena sátira no parte de la premisa de que el concepto que deconstruye es objetivamente malvado, sino que se dedica a explorar lo que sucedería cuando ciertos elementos, usualmente idealizados, se ponen en tela de juicio y se corrompen.

Una sátira no es una excusa para colocar personajes huecos y estereotípicos, sino una estructura narrativa que te permite explorar ideas preconcebidas bajo una luz distinta y una perspectiva fresca.

Don’t Look Up olvidó esto, y por eso dejó de ser un proyecto artístico para convertirse en una propaganda de la idea que su autor quería hacerte llegar: todos los que niegan el cambio climático son republicanos estúpidos y ricos que están dispuestos a dejar morir el mundo si con eso pueden conseguir dinero y poder.

Vamos, esto puede ser cierto, pero debe existir al menos algo de profundidad en tu exploración, empezando por establecer qué es lo que hace que estas personas lleguen a estos extremos porque, no te confundas, por muy tontos y deplorables que te parezcan siguen siendo “humanos” como tú y como yo; es decir, también son espejos en los que podemos mirarnos si tenemos la humildad suficiente.

Pintarlos como villanos huecos y superficiales sin duda ayuda a tu argumento político, pero no te ayudará a crear las bases de una historia profunda que realmente se acerque a la raíz del problema.

En pocas palabras, Don’t Look Up es otra de esas películas que carece de valor artístico y temático. Quizás te distraerá lo suficiente para que te acabes tus palomitas gracias a los grandes actores que participan en ella, pero si quieres algo profundo que te haga ver las cosas con una nueva perspectiva, no te servirá de mucho.

¡Y ya! Esta es mi opinión y lo cierto es que quiero escuchar la tuya. ¿Estás de acuerdo? ¿Fervientemente en desacuerdo? ¡Cuéntamelo todo!

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