El everyman: un arquetipo de personaje excepcional
El everyman: un arquetipo de personaje excepcional
Si hay algo de lo que me encanta hablar es de los arquetipos, especialmente aquellos que la mayoría de las personas dan por sentado, sin darles el mérito que se merecen.
Justamente, el arquetipo del everyman es uno de los que cae sobre esa definición y por eso quiero hablarte a fondo sobre él en este contenido.
Si quieres aprender más al respecto, ¡no pares de leer!
¿Qué es un everyman?
Un everyman (traducido al español como “hombre cualquiera”) es básicamente un personaje que no tiene ninguna habilidad o inclinación moral excepcional y se ve inmiscuido en problemas de gran escala tomando un rol protagónico.
En pocas palabras, es literalmente un sujeto promedio que de repente se ve obligado a crecer para enfrentarse a los dilemas que le presenta la vida.
Como seguro ya te diste cuenta, este arquetipo es muy común. Luke Skywalker, Harry Potter, Neo y Eragon son todos everyman, y lo cierto es que probablemente a ti ya se te ocurrieron muchos más.
Como ves, cada uno de ellos tuvo que salir de su zona de confort para adentrarse en un mundo desconocido, donde tuvieron que redescubrir sus propias cualidades y sacarles el máximo provecho.
¿Qué representa como símbolo?
A pesar de que mencioné que un everyman no tiene una habilidad excepcional, lo cierto es que esto solo aplica de entrada.
¿Por qué? Bueno, porque simbólicamente lo que representa un everyman es el potencial escondido en cada uno de nosotros. Es decir, a pesar de que a primera vista parece una persona que no voltearías a ver dos veces, existe algo especial dentro de ellos que les permitirá convertirse en una pieza clave para afectar el mundo que le rodea.
Aunque Harry parecía un simple huérfano maltratado, introvertido y debilucho, también tenía la capacidad de actuar con valentía y guiarse con un corazón bondadoso.
Esto estaba escondido detrás de su faceta común y simple, y los eventos de la historia lo ponen a prueba precisamente para obligar al personaje a crecer y alcanzar ese potencial que está debajo de la superficie.
Por eso es que las historias de esta clase de personajes son tan apasionantes. La mayoría de nosotros siente esa necesidad de demostrar que somos más de lo que somos, más de lo que los demás pueden ver. Cuando en una historia vemos a alguien como nosotros romper sus barreras, nos sentimos inspirados a hacer lo mismo.
¿Cómo construirlo?
Ahora que sabes lo que es este arquetipo, ha llegado la hora de que hablemos sobre cómo construirlo. ¡No te pierdas estos consejos!
Deja que empiece muy lejos de su meta
El everyman, hasta cierto punto, es algo así como un avatar para la audiencia. Es decir, es el medio por el que tus espectadores o lectores podrán verse a sí mismos dentro de la narrativa.
Esto no significa que debes quitarle la personalidad al everyman como creen algunos escritores, sino que revela la importancia de que el personaje realmente enfrente grandes obstáculos (internos y externos) para convertirse en lo que debe ser.
Recuerda que cada uno de los miembros de tu audiencia tiene un potencial que no ha explotado y ese es el elemento que les permitirá conectar con el everyman y enamorarse de su historia.
Sin embargo, si este simplemente consigue todo lo que quiere sin mayor problema y resulta que TODAS las habilidades que necesitaba adquirir ya las tenía desde el principio, entonces no habrá nada allí para engancharse.
¡Por eso es crucial que sigas este consejo!
Haz que su crecimiento sea progresivo y que necesite ayuda
Nadie se vuelve un experto en su arte de la noche a la mañana, incluso si tiene ciertas aptitudes que le facilitan el trabajo. Para ser bueno en cualquier cosa, hay mucho sudor y trabajo de por medio, y lo mejor de todo es que eso, lejos de ser algo malo, es justamente lo que hace que perseguir una meta difícil y ambiciosa sea tan valioso.
Un everyman lo que hace es introducir ese concepto en una narrativa y abrir puertas para explorarlo. Dicho esto, como escritor es tu responsabilidad que la trama le ayude a crecer progresivamente, de forma que su evolución de un Don Nadie a alguien poderoso y relevante sea creíble.
Por supuesto, aquí entra otro punto importantísimo: alguien normal necesita aprender de personas más excepcionales que él para trascender sus propias limitaciones.
No lo olvides, tu personaje no es un genio ni un superdotado. Solo es un sujeto tratando de hacer lo mejor que puede con las herramientas a su disposición, constantemente dudando de si será capaz de cumplir su cometido o si terminará fracasando como tantas veces en su vida.
Si solo busca mejorar por sus propios medios, se encontrará con un muro infranqueable y forzosamente necesitará que alguien más le eche la mano, porque no puede recurrir a alguna habilidad mágica para resolver todo por su cuenta.
Entender esto no solo te ayudará a crear un personaje con el que es fácil encariñarse, sino que también ayudará a que los personajes secundarios de la historia puedan impactarla de forma relevante.
Conecta la trama con el crecimiento del personaje
Una de las cosas más geniales de un everyman es que te ayuda a que la audiencia descubra un mundo complejo y extraño, y a los actores que viven en él de una forma más orgánica.
Eso sucede porque el everyman, precisamente porque es un sujeto cualquiera, no conoce mucho sobre el balance de poder que controla su universo, y necesita que otros personajes más experimentados le expliquen las cosas.
Sin embargo, esto también produce el efecto negativo de que los escritores se sienten justificados para hacer toda la construcción de mundo por medio de exposición, constantemente saliéndose de la trama central para explicar cosas que realmente no son relevantes para el ritmo narrativo.
En esas instancias, las preguntas del everyman, lejos de ser algo que la audiencia aprecia, se vuelven molestas e intrusivas y ya el personaje deja de tener vida propia y se convierte en un infomercial aburrido.
¿Cómo solucionas esto? Bueno, asegurándote que la trama le permite al personaje conocer y crecer exactamente aquellas áreas que son cruciales para el desenlace de la narrativa.
Así como Luke no aprende a utilizar un sable de luz hasta la segunda película cuando el uso de esa arma se vuelve necesario para la historia, debes asegurarte que cada una de las escenas que demandan algo del personaje están en ese punto medio en el que “no puede, pero podría si se esfuerza o recibe ayuda”.
Esto no significa que sea capaz de resolver todos los problemas de la historia, sino que la trama le ayude a crecer progresivamente a medida que los obstáculos aumentan en número y complejidad.
Es por eso que la estructura de una historia es muy importante para que un everyman pueda ser memorable, y es muy importante que no lo olvides.
Haz que falle
Para ser honesto, esto es algo que podrías incluir en casi todos los arcos de personaje; sin embargo, en el caso del everyman es una absoluta necesidad que lo coloques y le des prevalencia.
Precisamente porque tu personaje no es excepcional, sino que está en camino de serlo, la narrativa debe reflejar esta realidad haciéndole perder contra otros personajes que están mucho más adelantados que él.
Le deben ganar por inteligencia, fuerza, prudencia, maña… cualquier cosa que se te ocurra y quede con la historia es válida, en parte porque justamente son las derrotas lo que te permitirá que el personaje se explore a sí mismo y mejore esas facetas en las que es débil.
En pocas palabras, es por medio de perder que tu personaje puede encontrar la motivación para crecer y superar sus barreras personales.
Justo porque este elemento falta en Rey es que su arco de personaje es estático y extremadamente aburrido. Rey no pierde prácticamente nunca y es por eso que nunca aprende nada; ergo, no crece a lo largo de la narrativa.
¡Y ya terminamos! ¡Espero que esto te sirva y hayas aprendido mucho!
Si tienes una pregunta o quisieras agregar algo, ¡hazlo en los comentarios! ¡Con gusto te leeré!