La destrucción en las historias: ¿cómo debe manejarse este elemento?
La destrucción en las historias: ¿cómo debe manejarse este elemento?
Especialmente en las historias épicas y cargadas de acción, es normal que veamos una gran cantidad de destrucción a lo largo de la narrativa.
Quizás Hollywood ha logrado que esto sea visto en general como algo sin sustancia, como que solo está ahí para atraer masas y entretenerlas sin sentido, pero esa es una visión muy superficial de lo que la destrucción puede aportar como símbolo narrativo.
Si te interesa descubrir más al respecto, ¡sigue leyendo!
¿Qué es la destrucción?
Cuando hablamos de la destrucción, nos referimos a la violencia desmedida contra una serie de objetos, personas o locaciones que produce cambios difíciles o imposibles de reparar. Es decir, que tu personaje rompa un jarrón contra la cabeza de su enemigo, no es destrucción, pero que destruya una serie de casas, sí lo es.
La diferencia está en que la destrucción es algo menos personal, no es individuo contra individuo, sino individuo contra masa o facción contra facción. Es algo que tiene una escala más grande y que, en sí, no ataca a una persona, sino un concepto, como una raza, un lugar, una secta religiosa, etcétera.
¿Cuál es su significado simbólico?
La destrucción, como símbolo, tiene como base dos razones de existir:
- Establecer peligro;
- Generar una pérdida.
No tienen que suceder ambos al mismo tiempo siempre, pero es importante que por lo menos uno de los dos esté siempre presente y realmente aparezcan uno de estos dos fines (hay más elementos que están relacionados con la identidad del destructor, pero hablaremos de eso más adelante).
De hecho, es por esto mismo que la destrucción en una película de Hollywood muchas veces no significa nada, porque no genera una sensación de peligro real ni tampoco le quita algo importante a la historia.
Es como la típica escena en donde destruyen una embajada aleatoria en una película de acción cualquiera. La explosión se ve flashy y espectacular, pero de por sí no nos ayuda a emocionarnos con la historia, simplemente se utiliza para romper el hielo sin tener un peso simbólico.
Si quieres evitar que esto suceda, lo mejor que puedes hacer es meter personajes dentro de esa destrucción y tratar de que, por medio de sus reacciones, la audiencia entienda cómo se debe sentir ante lo acontecido.
Por ejemplo, es gracias a estos dos elementos que la escena de Captain America: Civil War donde hacen un atentado contra la asamblea de las Naciones Unidas, es tan poderosa.
Si recuerdas bien la escena, seguramente volvió a tu mente la imagen en la que Pantera Negra se arrastra hacia su padre muerto. El ataque le roba a su progenitor y activa su arco, además de que produce la sensación de que todo puede salir mal en cualquier momento.
A partir de ese instante, la película empieza a llenarse de tensión, y ese efecto no se hubiera conseguido de la misma forma si la destrucción no hubiera estado presente. Un simple disparo de un francotirador no hubiera tenido el mismo efecto ni hubiera escalado el drama de la misma forma.
Eso es un gran logro, porque, en una película de superhéroes, es todavía más difícil lograr que la destrucción signifique algo, porque los personajes protagónicos son tan poderosos, que un edificio entero cayendo sobre sus cabezas no significa mucho.
Es por eso que las escenas de Man of Steel y Batman v Superman, donde Superman destruye toda Metrópolis y el capitolio explota, se sienten tan insípidas. Ninguna de las dos ayuda a aumentar la sensación de peligro (porque Superman no tiene nada que temer) y no existe una verdadera pérdida para la audiencia, porque no tiene ninguna conexión con esos lugares o las personas que estaban en ellos.
Compara eso con escenas como la destrucción de Konoha por Pain en Naruto Shippuden. El momento es sumamente impactante, porque pone al villano en una escala de poder sin precedentes en la serie y de inmediato establece lo peligroso que es, al mismo tiempo que acaba por completo con la ciudad más importante de la historia.
¡Así es como se utiliza la destrucción con propósitos narrativos!
Tipos de destrucción desde el punto de vista narrativo
Por supuesto, dentro de este contexto, también existen ciertas variaciones simbólicas más idiosincrásicas que están relacionadas con el rol en la historia de quien ejecutó la destrucción.
Es decir, no es lo mismo que una ciudad sea arrasada por un héroe a que sea destruida por un villano. ¡Hablemos más sobre eso!
La destrucción ejercida por el villano
Este tipo de destrucción es el más sencillo de entender, ya que se adhiere de una forma mucho más directa a los propósitos narrativos de la destrucción como elemento en las historias.
Sin embargo, eso no significa que puedes hacer que tu villano destruya todo solo porque sí y esperar que eso te dé buenos resultados. El tema aquí es que la destrucción exagerada también puede volverse aburrida, porque de nada te sirve establecer cincuenta veces que el villano es “peligroso y poderoso” si ya había quedado claro desde el inicio.
Esto es algo de lo que pecan muchos animes como Dragon Ball y Fairy Tail, que muchas veces cuentan con escenas de destrucción bastante genéricas que se podrían remover sin que la historia pierda valor por eso (es decir, no son más que relleno).
Cuando villano destruye algo, esto no solo debe tener los elementos mencionados anteriormente, sino que también debe venir acompañado de una filosofía de vida, algo que justifique su actuar malévolo.
Dicho de otra forma, la destrucción debe ayudar a la audiencia a entender parcialmente sus motivaciones y actitud ante la vida, la forma en la que busca su propia justicia.
Volviendo al caso de Pain, destruir Konoha, para él, no fue un acto cruel, sino uno necesario para que el mundo conozca la paz por medio del dolor. La destrucción que provocó es un reflejo de la forma en la que piensa y eso le ayuda a que sea un villano distinto y memorable.
Algo similar ocurre en Watchmen con Ozzymandias, quien destruye todo Manhattan porque consideraba que las personas necesitaban tener un enemigo común (Dr. Manhattan) para unirse bajo una bandera y dejar de luchar.
La destrucción ejercida por la naturaleza
Como bien sabemos, la naturaleza también puede ocasionar una gran destrucción si le propone, quizás más terrible que la que el ser humano puede provocar por su cuenta.
Sin embargo, su propósito narrativo es distinto, porque la naturaleza no puede ser tomada como un villano en sí misma, sino que es una inevitabilidad de la vida.
Por eso, cuando el daño llega por este ente, siempre debe existir un conflicto relacionado con la supervivencia y el significado de la vida humana, algo que justifique su existencia incluso cuando parece que la Tierra misma lo rechaza.
Este elemento suele estar presente en películas como Lo Imposible, donde vemos que los personajes se enfrentan a su propia mortalidad y de repente se sienten pequeños y débiles ante una fuerza que ni siquiera parece saber que existen.
Eso sí, para que la naturaleza realmente pueda cumplir su rol como debe ser, es importante que los personajes estén bien construidos y establecidos, porque como no hay un villano directo que le dé justificación a la destrucción, necesitas que el vínculo de la audiencia con los personajes sea muy fuerte, hasta el punto de que es suficiente para hacerles temer por su vida y llorar su pérdida.
Es por eso que películas como 2012 o Terremoto no fueron más que un espectáculo visual sin mucho valor, porque la construcción de personajes dejó mucho que desear, y la destrucción no pudo tener ningún tipo de peso narrativo: el peligro apenas se sentía, la pérdida de los personajes no representaba nada y el dilema existencial prácticamente no se tocó.
La destrucción ejercida por el héroe
Este es, probablemente, la forma más compleja de utilizar la destrucción, pero puede ser genuinamente poderoso si lo haces bien.
En este caso, la destrucción no produce una verdadera sensación de peligro, pero sí debe producir una pérdida extremadamente profunda que debe afectar profundamente el futuro del héroe (o antihéroe, ya que, generalmente, los personajes que hacen esto suelen caer en esa categoría).
Personajes como Kratos, de la saga God of War, ejercieron una destrucción que les arruinó la vida y de la que son, en buena medida, responsables.
Esa última palabra es clave: “responsables”. No cometas el error de quitarle toda la culpa a tu personaje, porque entonces su conflicto se volverá falso y perderá muchísimo peso narrativo.
Eso es porque, en el caso de los héroes, la destrucción debe ser un elemento que forme una parte clave de su arco de personaje, ya sea porque se arrepienten de lo que hicieron y quieren enmendarlo de alguna forma, o tienen que volver a creer que dentro de ellos existe la posibilidad de hacer el bien.
Si lo manejas bien, esto puede dar pie a increíbles historias, con héroes complejos y profundos.
¿Qué sucede con la destrucción en medio de las peleas?
Si eres fan del anime, seguramente estás pensando en todas esas batallas entre semidioses en las que destruyen montañas y hacen explosiones cósmicas, y preguntándote qué rol juega ahí la destrucción.
Bueno, justamente ese es un ejemplo (en la mayoría de los casos) cuando la destrucción simplemente está para entretener y dar congruencia al sistema de poder de la historia. Realmente no es un propósito narrativo, sino una consecuencia de las reglas de la obra.
No tiene nada de malo, pero si quieres manejar la destrucción como elemento narrativo, entonces esas escenas no te servirán como punto de referencia.
¡Y listo! Espero que este artículo te haya gustado. Si tienes alguna duda, quisieras aportar algo o simplemente dar tu opinión, ¡hazlo en los comentarios de abajo!