La pérdida de memoria como recurso narrativo: ¿cómo usarlo bien?
La pérdida de memoria como recurso narrativo: ¿cómo usarla bien?
Seguro has visto más de una vez la clásica ruta narrativa en la que uno de los personajes sufre un accidente y, súbitamente, pierde su memoria, ya sea de unos pocos días o de prácticamente toda su vida.
No es algo extraño, pero lo que sí es extraño es la frecuencia con la que la audiencia reacciona a este elemento con frustración o una risa cínica.
¿Por qué sucede esto? ¿Cómo evitar que pase? Si te interesa conocer la respuesta, ¡estás en el lugar indicado!
¿Qué representa la pérdida de memoria?
En realidad, la pérdida de memoria es un elemento narrativo que tiene como propósito forzar un arco de redescubrimiento en el personaje.
Si ya has tenido la oportunidad de leer el artículo en el que hablo a fondo sobre ese tipo de arco, entonces sabes que se utiliza cuando el personaje debe reinterpretar algo que ya formaba parte de su vida, pero que no entendía de la forma correcta.
Personajes como Simba en el Rey León o Maui en Moana lo experimentan, y son perfectos ejemplos de cómo construir este tipo de arcos.
Dicho esto, ellos no representan la única forma de hacerlos. Lo cierto es que la pérdida de memoria también es un detonante genial para esto, como es el caso de Jason Bourne o Niënor en Los Hijos de Húrin.
El punto aquí es que la trama empujará al personaje a redescubrir quién es, aprendiendo cosas en el camino que pondrán en perspectiva la clase de persona que es y le permitirán verse a sí mismo de una forma más profunda, ya sea que esto lo lleve a convertirse en alguien bueno o empeorar como persona.
¿Por qué es peligroso utilizarlo?
Todo eso suena muy interesante y positivo, así que quizás te estés preguntando entonces por qué puede ser tan negativo este elemento si no tienes cuidado.
Bueno, la palabra clave es que el elemento “fuerza” este tipo de arcos en la historia. En pocas palabras, tiene una altísima probabilidad de convertirse en un elemento artificial que se siente más como una conveniencia narrativa que como una ruta narrativa válida y congruente con la historia.
Además, como es algo que cambia por completo el camino que estaba siguiendo el personaje y, hasta cierto punto, le pone pausa, puede ser muy dañino para este, efectivamente sacándolo de la historia, como sucedió con C.C en Code Geass, por ejemplo.
¿Cómo aprovechar este elemento correctamente?
La buena noticia es que hay buenas prácticas que puedes ejecutar este elemento y asegurarte que no es algo negativo para la historia.
¡Aquí te las comparto!
No es un botón de reseteo
Uno de los principales problemas que puede generar este elemento, es que los escritores pueden caer en la trampa de usarlo como un botón de reseteo, como algo que permita al personaje crecer en algo muy distinto a lo que es al inicio.
Ya sabes, el típico villano que pierde súbitamente su memoria y termina redimiéndose, esperando que como audiencia lo perdonemos simplemente porque se le olvidaron las fechorías que hizo.
Esto es un problema justamente porque le roba al personaje la oportunidad de realmente enfrentar esas fallas y trabajarlas con la trama, permitiéndole crecer y evolucionar a lo largo de la misma.
No estoy diciendo que no puedas tener éxito haciendo esto, lo que estoy diciendo es que la pérdida de memoria, en todo caso es solo el vehículo que te invita a presentar el arco; el trabajo lo debes continuar tú y asegurarte que el personaje deba enfrentarse a quién fue.
No es un botón de reseteo que mágicamente arreglará tus problemas.
Debe estar bien justificado
Otra de las trampas en las que puedes caer es meter a los golpes la escena que provocará la pérdida de memoria. Ya sabes, haciendo que el personaje se resbale de la nada y se golpee la cabeza con la pared.
Lo cierto es que las personas no van por la vida perdiendo la memoria por cualquier cosa. Cuando estos traumas suceden usualmente se deben a situaciones extremadamente críticas o accidentes terribles, y en una historia no puedes meter estas cosas sin que la narrativa lo amerite.
Eso significa que es crucial que estructures bien el momento que llevará a la pérdida de memoria, asegurándote que su inclusión se siente natural y que tiene sentido con la ruta narrativa que ya estabas llevando.
Esto es tan difícil e importante, que muchas historias que incluyen este elemento prefieren iniciar con él, de forma que la audiencia compre de entrada la premisa y no se preocupe de inmediato por la manera es que fue incluido.
Debe continuar la evolución del personaje, no prevenirla
La frustración de la audiencia con este elemento, muchas veces ni siquiera está relacionado con el elemento en sí, sino con la sensación de que está poniendo tres puntos suspensivos en la construcción del personaje.
¿Por qué? Bueno, porque en lugar de aprovechar las cosas que ha aprendido hasta el momento, lo devuelve a un estado anterior donde necesita descubrirlas nuevamente.
Eso se siente fastidioso, porque rápidamente te parece que te hicieron perder el tiempo y que lo que viene también lo hará.
Esto también es una muestra de una pérdida de memoria mal establecida, porque simplemente llevará al personaje a donde empezó, pero tomará el doble de tiempo llevarlo ahí.
Un ejemplo de cómo evitar este problema está en Code Geass, curiosamente, pero esta vez con Shirley. Este personaje se definía en buena parte por su amor por el protagonista y, para evitarle dolor, este se ve obligado a borrar su memoria.
Lo interesante es que el personaje siente que algo le falta y termina enamorándose nuevamente del personaje principal, lo cual le permite evolucionar como personaje y también le da una profunda y dramática lección a él.
En este caso, la pérdida de memoria no previno la evolución del personaje, sino que la habilitó, ayudándola a redescubrir el concepto que ya conocía y reinterpretarlo de una manera más profunda.
¡Así es como se hace!
El conflicto que nace de su presencia, debe prometer tanto como el que evita
Game of Thrones, al menos en las primeras temporadas, era sin duda una de las mejores series que se han hecho jamás; sin embargo, la pérdida de memoria de Bran fue sin duda uno de esos momentos que demuestran que hasta los buenos se equivocan.
El problema aquí es que este elemento para lo único que sirve es para retrasar el conflicto que se desataría una vez que todos descubrieran qué fue lo que bran vio antes de caer y quien lo arrojó al abismo.
Esa es sin duda una ruta narrativa genial y emocionante, así que verla ser arrojada al refrigerador es bastante molesto y conveniente, como que los escritores no supieron que hacer con el personaje por el momento, y decidieron congelarlo en el tiempo.
Lo que salva este momento es que el evento desata un conflicto interesante en Bran, que sigue dejando mucho que desear, pero por lo menos te permite olvidarte más rápido de “lo que pudo ser”.
Berserk también hizo esto momentáneamente, pero tuvo la sabiduría de reincluir a Casca en la historia, en el camino creando toda una trama que giraba en torno a su pérdida de memoria por el trauma y que hizo que el protagonista creciera como persona.
En pocas palabras, el conflicto que nació es mucho más interesante que el prospecto de tener a Casca llorando todos los días, y por eso es tan genial.
¡Y con eso llegamos al final del artículo! Ojalá hayas aprendido algo nuevo y te sientas listo para probar suerte con este elemento.
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