Antagonistas justos: los villanos “buenos”
Antagonistas justos: los villanos pueden ser los “buenos” de la historia
Uno de los twists más interesantes que les puedes dar a los villanos de tu historia, es construirlos de forma tal que no sean malos en lo absoluto, sino que por su misma inclinación hacia la justicia terminen siendo un obstáculo real para tu personaje principal; en pocas palabras, conviértelos en antagonistas justos.
Si quieres aprender a fondo todo sobre este concepto, ¡asegúrate de leer este artículo hasta el final!
¿A qué me refiero con “antagonistas justos”?
Un antagonista justo es aquel que se opone al protagonista por razones genuinamente morales y justas. No es un villano que tiene un sentido distorsionado del bien, sino uno que en realidad está aliado con la moralidad.
Estos antagonistas no son muy comunes, pero eso se debe principalmente a que no es común que una historia tenga como protagonista a alguien inmoral que debe ser castigado. Usualmente, es en este contexto que el antagonista puede ser alguien justo: el protagonista es, desde el punto de vista moral, el villano de la historia; la única diferencia es que la historia se cuenta desde su perspectiva.
Por supuesto, en muchas ocasiones los escritores que manejan esta clase de personajes principales de todas formas construyen villanos malvados, que por medio de sus fechorías consiguen que el protagonista inmoral se convierta en alguien mejor.
Ese es el clásico arco que viven algunos antihéroes como Deadpool o Wolverine en muchas de sus historias.
Sin embargo, darle a este tipo de personajes un villano que los persigue no por algún fin siniestro, sino porque ellos genuinamente cruzaron una línea que no debían, también puede darle mucho valor a la historia.
Algo así vemos en Crimen y Castigo, donde el policía que actúa como antagonista en la historia, en realidad no tiene nada de villano desde el punto de vista moral. Narrativamente, su rol es antagónico porque se opone al protagonista, pero lo hace simplemente porque es un policía tratando de resolver un horrible crimen.
Estas dinámicas son interesantes cuando quieres trabajar los aspectos inmorales de tu personaje principal, haciendo que este se aleje de la ilusión de que es “el bueno de la historia” y no le quede otra que eventualmente enfrentarse a la monstruosidad de su ser y dominarla o caer ante ella.
Características que le permiten tener impacto narrativo
Ahora hablemos sobre algunas de las características que esta clase de personajes necesitan tener para dejar su huella en la narrativa. ¡Aquí te van!
Los antagonistas justos tienen un verdadero sentido de justicia
Es importante que, al construir estos personajes, no caigas en la trampa de convertirlos en mentirosos o hipócritas. Es decir, puedes trabajar historias con personajes así (es algo que Peaky Blinders logra con éxito con el inspector de policía), pero en ese caso estás volviendo al formato común de antihéroe contra villano. En realidad, no estás manejando un antagonista justo.
Para poder incluir este tipo de personaje, necesitas que su sentido de justicia sea verdadero y moral. Básicamente, lo que estás haciendo aquí es trabajar la clásica lucha entre el bien y el mal, pero desde la perspectiva de este último; tu historia no cuenta los sucesos a través del héroe, sino del villano.
¡Esto puede hacer que tu historia se sienta única y fresca!
Es una puerta a la redención del protagonista
En realidad, una de las principales razones por las que incluirías esta clase de antagonista, es porque quieres de alguna forma abrir la oportunidad de redención a tu personaje principal, ya sea para que falle en dicha conversión o la consiga al final.
Recuerda, en esta curiosa estructura narrativa, tu antagonista es en realidad un héroe, así que está en su naturaleza querer salvar al personaje principal, sin importar qué tan monstruoso sea este.
Esto es algo que vemos en la película de Catch me if you Can donde Tom Hanks interpreta a un policía que, a pesar de querer atrapar al protagonista que es un criminal, también es capaz de ver que es solo un niño asustado con un gran potencial para hacer el bien si se le da la oportunidad.
Gracias a esa bondad inherente en el personaje, es que el protagonista tiene la oportunidad de iniciar su redención.
También vemos algo parecido en Death Note, donde L le abre esta misma posibilidad a Light, excepto que este último decide no tomarla.
Esta traición hacia el antagonista justo también sirve para cimentar con más claridad narrativa la corrupción del protagonista, haciendo que su personaje tenga mucho impacto en la historia.
No le sirve ganar de cualquier forma
Una de las mejores formas de evitar que tu antagonista justo se corrompa, es recordando que para este personaje no sirve ganar traicionándose a sí mismo. Esto, curiosamente, es uno de los elementos más interesantes de estos personajes porque, por lo general, el antagonista siempre es el que juega sucio y carece de principios morales recios.
Siempre suele ser el heroico protagonista el que sufre a raíz de sus ganas de hacer lo correcto aunque duela; pero con este tipo de antagonistas tienes la oportunidad de explorar esta dinámica de manera inversa.
Dicho de otra forma, puedes hacer que tu protagonista se aproveche de esta virtud del antagonista para salirse con la suya, haciendo que se corrompa cada vez más y sea más difícil que pueda considerarse a sí mismo una buena persona.
Este es uno de esos símbolos narrativos que cambian drásticamente dependiendo del orden de los factores, ya que no es lo mismo que se aprovechen de la nobleza del protagonista, a que el protagonista se aproveche de la nobleza del antagonista.
Esto puede darle una dinámica muy particular a la historia que te permitirá explorar rutas narrativas espectaculares.
¡Intenta trabajar este tipo de antagonista!
Espero que este artículo te haya inspirado para que utilices antagonistas justos en tus historias. En verdad creo que pueden darle un toque genial a tu escritura y ayudarte a trabajar obras únicas y atractivas.
Si te gustó este contenido, considera leer este otro sobre cómo manejar varios villanos en una historia. ¡Seguro te gustará!