¿Cómo evitar que el mundo gire alrededor del protagonista?
¿Cómo evitar que el mundo gire alrededor del protagonista?
Una de las principales razones por las que los protagonistas muchas veces no son nuestra parte favorita de la historia, es porque se vuelve poco creíble y abrumador el inmenso enfoque que el universo tiene sobre ellos.
Ya sabes, es como cuando estás viendo una película romántica y, durante la escena del gran gesto romántico, la multitud detiene lo que está haciendo para presenciar el final de la historia y aplaude como si entendiera todo lo que estos dos extraños han vivido para estar juntos.
Si bien hay veces en las que las historias pueden salirse con la suya al introducir estos elementos, eso solamente significa que debes asegurarte de incluir ciertos elementos para que este fenómeno no se vuelva negativo para tu obra.
Si quieres aprender más al respecto, ¡sigue leyendo!
¿Qué significa que el “mundo gire alrededor del personaje principal”?
Siendo honesto, aunque parezca que de buenas a primeras el concepto se explica solo, es normal que te surjan dudas a la hora de definirlo. ¿Por qué? Bueno, porque puede ser que una historia donde el protagonista es alguien muy importante, que está involucrado en todos los conflictos cruciales del universo narrativo, no necesariamente lo tenga a este como centro.
Eso es porque todas las historias, de una forma u otra, estarán enfocadas principalmente en el personaje principal. Después de todo, si seguiste los consejos de John Truby, tu protagonista será la persona más interesante de tu mundo por definición, y eso inevitablemente empujará la trama a favorecerlo.
En realidad, este es un fenómeno parecido al plot armor, en el sentido de que lo que lo vuelve negativo o positivo es su nivel de presencia y la forma en que es introducido.
¿Cuándo se vuelve un error narrativo?
A lo mejor estarás pensando algo como: “Pero JEFS, yo he visto películas donde me estresa cómo el mundo parece existir solo para el personaje principal y otras en las que esto no sucede, así que claramente es algo que puedo evitar”.
Bueno, en realidad, lo que puedes evitar es que se convierta en un error narrativo; en algo que rompe la suspensión de la incredulidad de la audiencia y hace que terminen por despreciar al personaje principal.
Con esto, lo que trato de decir es que no te debe asustar darle un lugar muy importante a tu protagonista en tu historia. Hay estructuras narrativas que necesitan ese enfoque (como los arquetipos de El Elegido, por ejemplo) y sería muy mala idea ignorar el elemento solo porque un crítico de Rotten Tomatoes lo recomienda.
Tu labor es evitar que su incidencia se vuelva invasiva y termine por llenar la historia de conveniencias narrativas que favorecen sobremanera al protagonista.
¿Cómo evitarlo?
Ya llegado a este punto, lo único que queda es compartirte algunas buenas prácticas que te ayudarán a encontrar un buen balance para tu historia.
¡No te las pierdas!
Dale vida a los personajes secundarios
Una de las principales razones por las que es negativo centrarte demasiado en tu personaje principal, es que los personajes secundarios dejan de ser personajes y se convierten en instrumentos narrativos para mover al protagonista de una escena a otra.
Eso se puede ver fácilmente en historias donde, por ejemplo, la mejor amiga o amigo del protagonista no parece tener ninguna motivación o deseo propio, sino que sigue de un lado al otro al protagonista como si estuvieran atados por un cordón invisible.
Esto le transmite a la audiencia que no es una persona real y por eso se vuelve dañino para la historia; además que impide que los personajes secundarios añadan complejidad al arco del personaje principal.
En cambio, si le das vida a esos personajes secundarios, les permites tomar decisiones propias independientes del personaje principal, entonces la audiencia sentirá que tu mundo es variado y que el protagonista es solo una de tantas perspectivas que se pueden explorar.
Permite que el mundo cambie a su manera
Si eres una persona que se toma en serio los problemas del mundo, entonces seguramente te has frustrado al darte cuenta de lo difícil que es cambiarlo.
Y, además, si eres alguien que ha intentado activamente hacerlo, entonces también sabes que tus acciones, por muy bien intencionadas que sean, no siempre ofrecen los resultados que esperas.
Eso es porque el mundo es sumamente complejo y tú como individuo no tienes todas las respuestas. Habrá veces en las que las cosas saldrán como quieres y predices, y otras en las que no.
Entonces, para que tu mundo se sienta real y no como un instrumento que se somete a las necesidades de tu protagonista, debes permitirle actuar de forma independiente a los deseos de este.
Los personajes, las facciones e incluso los aliados deben cambiar de formas que están atadas a los que ellos mismos representan y los aprendizajes que han obtenido a lo largo de la trama. De esa forma, tu protagonista se sentirá como una pieza en una maquinaria grande y compleja, en lugar del operador que decide qué es lo que la máquina hará después.
No dejes que la historia se incline demasiado a favor del protagonista
Por supuesto, además de la construcción de mundo y de los arcos de los personajes secundarios (incluyendo a los villanos), también es importante considerar la trama.
Esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo porque, al final del día, tu protagonista debe estar inmiscuido en todos los conflictos de tu historia.
La palabra clave ahí es “inmiscuido”, es decir, solo debe formar parte de ellos. No tiene que ser el que los resuelva todos ni tampoco el protagonista de cada uno. Esto es algo que Full Metal Alchemist: Brotherhood hace a la perfección, porque permite que los protagonistas formen una relación cercana con cada uno de los personajes secundarios, pero deja que estos obtengan victorias únicas que los personajes principales no podían ejecutar.
Eso hace que, aunque los hermanos Elric se vean constantemente en el centro de los embrollos, no te parezca que el mundo gira a su alrededor, sino que el mundo actúa por su cuenta y ellos hacen lo mejor que pueden para moverse a través de él.
¡Y con eso acabamos! Espero que estos consejos te hayan servido.
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