Los dioses como elementos narrativos: ¿cuál es su valor?
Los dioses como elementos narrativos: ¿por qué debes tener cuidado al trabajarlos?
Tanto la mitología como la religión son temas extremadamente interesantes, y por eso es normal que los escritores trabajen la idea de los dioses en sus historias.
Ya sabes de qué hablo. Seres trascendentales con poderes increíbles que se encuentran como pilares de la realidad de sus mundos, ya sea como jueces de los mortales o como entes misteriosos con fines inentendibles para nuestras mentes limitadas.
Como este es un tema tan genial, pensé que sería genial hablar un poco sobre él. Si quieres aprender más al respecto, ¡sigue leyendo!
¿Qué representan los dioses?
Primero que nada, quiero dejar algo claro. En sí, cada dios, dependiendo de sus poderes y ramo de acción, puede representar algo distinto, así como Afrodita representa el amor, la pasión y la lujuria, mientras que Hermes representa la comunicación y la libertad.
Es importante entender eso a la hora de construirlos, pero también es crucial entender otro aspecto que sí aplica de forma general a los dioses: el símbolo que representan es un concepto en sí, una parte innegable de la realidad.
Lo que diferencia a los dioses de los humanos es que los primeros no se adaptan a la estructura del universo, sino que son los constructores de la misma. Ellos no necesitan entender o aprender porque ellos son el entendimiento en sí mismo.
Obviamente, aquí estoy hablando de dioses de verdad, no de los dioses estilo Thor o Loki de Marvel, que en realidad son sujetos muy poderosos y ya.
Estoy hablando de los entes como Cthulhu, la estrella mágica de Pinocho o la Idea del Mal en Berserk. Estos seres, a diferencia de los personajes regulares, no representan un arquetipo o una lucha humana, sino un concepto que participa de distintas formas en esas batallas.
Es la diferencia entre un personaje que está traumado por la guerra, y otro que ES LA GUERRA. El primero es una lucha humana, el segundo es una REALIDAD HUMANA.
¿Por qué es peligroso introducirlos en tu historia?
Ahora, ya sea para criticar o evangelizar, no es extraño que muchos autores incluyan dioses en sus historias para explorar una idea complicada sobre nuestro mundo. Ya sea para establecer que, si hay un dios, es un ente enfermo y malvado, o para presentar la idea de que los sistemas morales son esencialmente divinos y necesarios.
Independientemente de la postura que vayas a manejar, lo cierto es que estás jugando con fuego cuando introduces al “dios o dioses de tu mundo”.
¿Por qué? Porque, como mencioné antes, los dioses se supone que SON la estructura de la realidad y por lo tanto su visión y designios no son una cuestión de opinión, son el fin de las cosas.
Sé que este es un concepto difícil de aceptar, pero, narrativamente, lo que esto significa es que la postura del dios de tu historia DEFINE la moralidad de la misma.
Es decir, si creas un dios asesino y malévolo que piensa que la humanidad es una basura, entonces, en realidad, tiene razón, y no hay nada que los personajes puedan hacer para cambiarlo porque ese es el funcionamiento de su universo.
No es lo mismo que un rey tiránico que cree tener poder y conocimientos divinos, porque al final es un humano como el resto de los personajes, alguien con fallas y que no entiende por completo el mundo, por muy inteligente o perspicaz que sea.
Es por eso que las historias de Lovecraft son tan escalofriantes, porque si los dioses de ese universo son fríos, aterradores, distantes y desinteresados, en realidad todo lo que representamos los humanos, nuestros anhelos y designios, nuestras luchas y victorias, son inconsecuentes en la estructura de la realidad.
La introducción de un dios en tu historia puede afectar drásticamente lo que representa simbólicamente la lucha de tu protagonista. Es algo así como lo que sucede en Berserk, donde el dios es literalmente la idea del mal, nacida por los mismos deseos de los hombres.
Este personaje nos dice que, en el mundo de Berserk, ser malo o bueno es inconsecuente. No hay un castigo o una recompensa mayor por actuar de una forma u otra. Es por eso que alguien tan monstruoso como Griffith puede ser adorado, mientras que una persona buena y leal como Casca puede ser ultrajada y destruida sin que se le considere un crimen.
Esto hace que el espíritu de la serie sea extremadamente nihilista y pone en perspectiva el punto de la lucha de Guts, un hombre que, sabiendo esto, se resiste a aceptar su destino y el rol que le fue impuesto por una fuerza mayor.
En este caso, funciona muy bien con el arco del personaje, pero también es un testamento de cómo incluir estas ideas en tu historia puede afectar drásticamente el resto de los elementos que están presentes en ella.
Es por esta razón que historias como la trilogía de La Brújula Dorada se sienten tan superficiales para cuando acaban: la representación de “dios” en esa historias es tan patética (un hombre anciano, débil y cobarde), que afecta negativamente el símbolo del mundo narrativo.
¿Qué debes cuidar para que no rompan tu temática?
Si quieres evitar que los dioses te den problemas y rompan tu temática, una de las primeras cosas que debes hacer es tratarlos como lo que son: conceptos de la realidad.
Es decir, no son personajes típicos con un arco, sino que son elementos que aprovechas para trabajar una idea complicada en tu historia y apoyar el arco del resto de los personajes.
Por ejemplo, con Cthulhu, Lovecraft manejó la idea de lo escondido, de los secretos que están escondidos por una razón, y que el solo hecho de intentar conocerlos puede destruirnos por completo. Esta es el concepto que representa el dios, y a partir de ahí debes trabajar el conflicto que esta idea coloca sobre el personaje humano, el que realmente tiene que lidiar con lo que esta parte de la realidad significa.
¡Y ya con eso terminamos! ¡Espero que este contenido haya sido de tu agrado! Si te gustó y quieres leer otros parecidos, ¡no olvides suscribirte al newsletter del blog!
Tú en donde calificarías a doctor Manhattan. Creo que al menos en la película, es tratado como un ser que está comenzando a trascender, pero no sé si llega a convertirse en un Dios.
¡Lo describiste perfecto! Doctor Manhattan está en la transición de convertirse en un dios, pero al inicio de la historia es simplemente un ser muy poderoso. Más adelante, cuando pasa a representar un concepto más que a un personaje, podrías decir que su rol en la historia cambia.
Muy interesante el artículo, también seria interesante que abordaras el tratamiento que se podría dar de otro tipo de “dioses” menos trascendentales, más cercanos a como los muestran las mitologías griegas, nórdicas y otras, donde los dioses tienen conflictos y hasta pueden ser burlados y la forma en que personajes así pueden pertenecer a historias con mundos que tienen mitologías propias, me gustaría mucho leer tu opinión al respecto.
Creo que eso ya lo respondió, serían simplemente seres muy poderosos. No serían dioses narrativamente hablando.
Muchas gracias, era justo lo que estaba buscando desde hace tiempo, nunca pensé que incluir a un dios en una historia era algo de pensar ?, pero gracias a este blog ya sé cómo hacerlo.