La estupidez y sus usos narrativos
La estupidez como elemento narrativo: ¿por qué hacer personajes tontos?
Lo normal es que los escritores sueñen con escribir personajes inteligentes, épicos y admirables; de esos que hacen que se te erice la piel cuando su arco está llegando a su momento climático. Sin embargo, es mucho más raro que los autores entiendan que se puede conseguir algo muy parecido utilizando la estupidez como característica de personaje.
Si te interesa aprender más sobre el tema y descubrir cómo puedes aprovechar este elemento narrativo, ¡no pares de leer!
¿Qué es la estupidez?
La estupidez es el concepto que se utiliza para definir a una persona que muestra torpeza o a que le cuenta comprender las cosas.
En el universo narrativo hay una infinidad de personajes estúpidos, no en cuanto a su valor narrativo (que es algo totalmente distinto), sino a su inteligencia, por lo general perteneciendo estos a la categoría de comic relief.
Podemos pensar en personajes como Timón y Pumba de El Rey León, las gárgolas de El Jorobado de Notre Dame o el Genio de Aladdín.
Dicho esto, es todavía más interesante pensar en los personajes estúpidos que no se utilizan simplemente para risas y chistes, sino que son construidos con la intención de que consigan grandes cosas como Po de Kung-Fu Panda o Luffy de One Piece.
Estos personajes tienen la estupidez como un componente crucial de su persona y, en la gran mayoría de las ocasiones, se mantienen estúpidos desde que la historia empieza hasta que acaba; es decir, no suele manejarse como una debilidad que el personaje debe superar.
¿No te parece extraño eso? Después de todo, es difícil pensar que en el mundo real una persona estúpida pueda alcanzar grandes cosas… entonces, ¿por qué en las historias esto tiene perfecto sentido para nosotros?
¿Qué ofrece a una historia?
Lo interesante de la estupidez como elemento narrativo es que ayuda a explorar una parte de la vida humana que es menospreciada y subestimada constantemente: la inocencia y la honestidad.
Los personajes estúpidos se presentan a sí mismos de esa forma sin querer, ya sea porque son incapaces de entender el contexto en el que están parados o simplemente les resulta imposible darle la vuelta a la situación con su intelecto.
Algo así vemos en Kung-Fu Panda cuando Po es llevado a entrenar con Shifu y no para de hablar y decir tonterías por los nervios, y golpea a un muñeco que lo golpea de vuelta cayendo en un sinfín de artilugios de entrenamiento mortales para un novato.
Cuando vemos esta escena, nos reímos en buena medida por la estupidez de Po, ya que difícilmente nos vemos cometiendo esa cadena de errores tan tontos.
Sin embargo, al mismo tiempo lo entendemos, porque sabemos la clase de lógica que llevó al personaje a esa situación. Po quería impresionar a las personas que admira y simplemente no encontró cómo salir de ese problema y obtener lo que quería.
Si pensáramos en cómo hubiera lidiado con la situación alguien más inteligente, probablemente habría confrontado a Shifu y explicado que no sabe nada de Kung-fu, pero que para eso está ahí, para aprender (y probablemente habría sabido que el muñeco volvería a su posición original si era golpeado con fuerza).
Más adelante en la película, vemos cómo Po es maltratado una y otra vez por Shifu, pero en su estúpida inocencia no solo ignora el hecho de que lo están maltratando, sino que piensa que todo lo que le ocurre es parte de su entrenamiento y está feliz de participar en el maltrato.
Esto es entretenido y ayuda a que no nos tomemos tan en serio lo que está ocurriendo (después de todo, es una película para niños), pero también nos ofrece información importante sobre el personaje; sobre el hecho de que está dispuesto a pasarla mal con tal de ser mejor de lo que es.
Po no lidia con el problema de una forma bien pensada y profunda, sino a partir de una lógica básica y simplista, pero esa honestidad y transparencia es justamente lo que lo humaniza y lo hace un personaje tan conmovedor.
Los personajes estúpidos son justamente eso: son personas simples y humanos que no tienen la malicia intelectual para urdir planes y manipular el mundo a su antojo. Su limitación es virtualmente insuperable, pero aún así tratan de avanzar con sus capacidades.
Todos estamos conscientes de que el intelecto es la herramienta más poderosa que puede tener una persona para moverse por la vida, y es por eso que ver a alguien carecer de ella y esforzarse de todas formas nos resulta un conflicto tan interesante.
En este punto, seguramente estás pensando que hay otros elementos narrativos que pueden cumplir un rol parecido; después de todo, las backstories trágicas suelen ofrecer un mar de razones por las que deberías compadecerte del personaje que la vivió, ¿no es así?
Sin embargo, la estupidez es particular en este aspecto porque no se trata solo de invitar a la empatía, sino a entender que las cualidades del personaje que realmente lo hacen brillar son más complejas e idiosincrásicas que simplemente tener un cerebro privilegiado que lo puede sacar de cualquier problema.
En el caso de Po, su determinación a ser mejor, su gran aprecio y amor por las personas que le rodean, su humildad y su generosidad son las cualidades que le permiten convertirse en un héroe; y todas esas son características que cualquier persona puede replicar.
¿Cómo construir un personaje estúpido?
Si no tienes pensado que tu personaje estúpido tenga mucha relevancia narrativa, no existe mayor complejidad a la hora de prepararlo. Simplemente, con que no lo hagas fastidioso ya tienes. Sin embargo, si quieres que la estupidez forme parte de un personaje crucial para la trama que, además, vivirá un arco importante, hay varias cosas que debes considerar.
¡Aquí te las comparto!
La estupidez es una condición, no una debilidad de personaje
Para bien o para mal, si una persona nace con un intelecto poco privilegiado, hay muy pocas cosas que puede hacer para superar ese problema. Es simplemente una limitación que tendrá toda la vida.
Esta es una forma muy larga de decir que la estupidez no es lo mismo que la ignorancia o la ingenuidad; es decir, una cosa suele llevar a la otra, pero no están en el mismo saco. Una persona inteligente puede ser ignorante o ingenua, como Ariel en la Sirenita o Moana en Moana, y en ese caso serán verdaderas fallas de personaje que se pueden trabajar y superar.
La estupidez no se supera, simplemente se navega, usualmente haciendo que el personaje le saque el máximo provecho a lo que tiene y forme las ideas necesarias para resultar vencedor, aunque no entienda del todo lo que ocurre.
Para aquellos que ven One Piece, esto probablemente será muy fácil de entender, ya que Luffy, a pesar de haber vivido miles de experiencias increíbles y, supuestamente, aprender muchas cosas, sigue siendo tan idiota en el capítulo 1000 que en el primer episodio de la serie.
Lo cierto es que esto NUNCA cambiará porque no tiene que hacerlo. Luffy es estúpido, INCUESTIONABLEMENTE ESTÚPIDO, pero su estupidez tiene un fin narrativo que es importante para su personaje, para esa simpleza que lo caracteriza y le permite moverse con libertad a través de un mundo complejo y repleto de sistemas autoritarios y tiránicos.
Entonces, no lo olvides: la estupidez no es una debilidad de personaje; es una parte central de su personalidad como lo sería la inteligencia.
La estupidez debe profundizar las motivaciones del personaje
Como no me cabe duda que todos los lectores de este blog tienen una inteligencia privilegiada, estoy seguro de que más de una vez has sido víctima de extremas cavilaciones que muchas veces te empujan a la inacción.
Las personas inteligentes son inteligentes porque meditan con mucho cuidado las cosas, lo cual puede ser bueno, pero también es una fórmula clásica para que las decisiones lleguen tarde y a destiempo.
Las personas estúpidas, para bien o para mal, no utilizan su cabeza de esa forma, sino que se preocupan más por la parte emocional en lugar de la racional. Sus decisiones están DIRECTAMENTE atadas a lo que sienten y su forma de ver el mundo, incluso si esa perspectiva no está bien articulada.
Esta es la razón por la que escribir un buen personaje estúpido requiere, curiosamente, de un escritor extremadamente inteligente y profundo, alguien que sea capaz de traducir en acciones y gestos los pensamientos más profundos y complejos del personaje; pensamientos que ni él o ella entienden en lo absoluto.
Entonces, cuando un personaje estúpido toma una decisión idiota, lo tiene que hacer a través de una lógica que refleja sus verdaderas motivaciones y su forma de pensar, algo que le indique a la audiencia de qué va su arco y su progreso en la narrativa.
La estupidez no es una excusa para mover la trama a través de una serie de decisiones sin sentido, sino que debe ser una parte crucial del desarrollo del arco del personaje.
Haz que su estupidez sea consistente
Es importante entender que la estupidez debe ser consistente para que el personaje sea realista y esté bien construido.
Algo que me desespera de muchas series de comedia como The Office es que los personajes son tan estúpidos o inteligentes como lo demande la escena, lo cual termina quitándoles mucho de su carácter a medida que avanzan los capítulos.
Puede que te saquen una carcajada de vez en cuando, pero su valor narrativo se va perdiendo poco a poco, porque no hay una consistencia interna.
Con cada personaje estúpido debes marcar dos límites: uno sobre qué tan estúpido puede ser y otro para determinar qué tan inteligente puede ser.
Luffy podrá ser lo suficientemente idiota para retar a un Emperador Pirata con diez mil subordinados más que él… pero no tan imbécil como para no salir corriendo cuando empieza a ver que su tripulación está siendo aniquilada (como ocurre en el Archipiélago Shabondy).
De la misma forma, Po puede ser tonto al hablar y expresarse, pero es un estudiante muy intuitivo que, una vez que aprende algo, lo internaliza fácilmente.
Po es más inteligente que Luffy, incluso si sigue siendo estúpido, y eso lo menciono para demostrarte que incluso entre los personajes estúpidos hay niveles y clasificaciones que afectarán la clase de conflictos que introduces.
¡No lo olvides!
¡Y con eso acabamos! Espero que este artículo te haya resultado interesante y hayas aprendido una que otra cosa sobre la estupidez como elemento narrativo.
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